Un breve recorrido por la cocina prehispánica y novohispana: las estufas y los utensilios para cocinar

El comal le dijo a la olla:
oye olla, oye, oye… (1)

Martha Delfin GuillauminHace años, conversando con un funcionario de Sonora, me contó que en la década de 1970 habían llevado estufas a los indígenas seris para que cocinaran con más facilidad, pero que éstos no las utilizaron por obvias razones, no estaban acostumbrados a usarlas, preferían los fogones al aire libre, y es que habría que recordar que en Sonora hace mucho calor, demasiado. Tanto es así que la broma es que si tienes hambre, rompas un huevo sobre el cofre del auto y se cocinará enseguida.

Luego me vine a vivir a la Ciudad de México y fue entonces que conocí la manera como se aprovechan los anafres para cocinar, no en todas las casas del centro del país se usan las estufas de gas o las eléctricas, en las de los campesinos podemos ver dichos anafres y los comales para cocinar. Esto también ocurre en la calle, es decir, las personas que ofrecen allí sus comidas emplean los anafres para preparar y calentar los alimentos como los tamales, los tacos o los atoles. Y es que vale reflexionar acerca de los utensilios y los muebles de cocina que desde antiguo se han empleado y se siguen empleando en México, como serían los mencionados anafres y los comales. Sigue leyendo

Las “alegrías” de México: el huautli

Original editado en esta web en diciembre de 2010, en este trabajo la actualización.

…in tonacaiotl, in tlaolli, in etl, in oauhtli…”
(“lo que conserva la vida, el maíz, el frijol, el amaranto…”)
Respuesta de los señores nahuas a los doce frailes. Siglo XVI [1]

Martha Delfin GuillauminEn cierta ocasión, mientras esperaba el transporte público en Huipulco, me entretenía observando los puestos de comida, ropa, artículos navideños y ¡dulces mexicanos! Así fue como disfruté viendo y comiendo palanquetas de amaranto, las ricas alegrías, como también se les dice.

La palabra amaranto viene del latín, amarantus [2], y esta voz a su vez del griego αμάραντος, “que no se marchita”:

Planta anual de la familia de las Amarantáceas, de ocho a nueve decímetros de altura, con tallo grueso y ramoso, hojas oblongas y ondeadas, flores terminales en espiga densa, aterciopelada y comprimida a manera de cresta, y comúnmente, según las distintas variedades de la planta, carmesíes, amarillas, blancas o jaspeadas, y fruto con muchas semillas negras y relucientes. Es originaria de la India y se cultiva en los jardines como planta de adorno.
m. Color carmesí. [3] Sigue leyendo