Tradicionales entremeses españoles rellenos de bacalao o de pescada, naturales de Sevilla y Madrid, se les conoce también como "Pavías". Pavía es una ciudad italiana, de Lombardía, a orillas del río Tesino, son muy conocidas su sabia Universidad, fundada en el siglo XIV, y la hermosa Iglesia de San Pedro, donde se encuentra el sepulcro de San Agustín. Pavía fue escenario, en 1525 de una gran batalla en la que los españoles de Carlos V derrotaron a los franceses de Francisco I, quien hecho prisionero pronunció su célebre frase de: "Todo se ha perdido menos el honor y la vida".

Pero la ciudad de Pavía no tiene nada que ver con los bocaditos fritos de nuestra historia; si un regimiento español de caballería, que allá por 1856 se llamó regimiento de Húsares de Pavía, séptimo de caballería. A finales del siglo XIX, en Sevilla y Madrid, se denominan Soldaditos de Pavía, a unos pastelitos fritos, que recuerdan por su aspecto y colores a la chaqueta de dicho regimiento. Este origen etimológico ha causado algunas alternativas, algunos los ofrecen de color amarillo azafranado y la otra forma se origina en los bocaditos preparados por la condesa de Pardo Bazán - Cuyo hijo, marqués de Cavalcanti, sirvió en dicho regimiento - Que los presentó cruzados por una tira de pimientos rojos.

En el museo del ejército en Madrid, se exhibe el uniforme de los Húsares de Pavía, la chaqueta es roja, con cordones y hombreras amarillas; la pelliza, prenda hecha de pieles finas que se llevaba sobre un hombro, azul, también con galones amarillos. De modo que los "Soldaditos de Pavía" pueden ser rojos o amarillos, con pimiento o sin él.

Los chefs dicen que el pimiento no aporta al pastelito; lo que sí es fundamental es la calidad del bacalao y la técnica para despinarlo. El bacalao, desalado, sin piel ni espinas, se corta en tiras de regular tamaño y se rebozan en una pasta de freír azafranada; aquí está el parecido a la famosa chaquetilla, ya que el azafrán da un tono entre amarillo vivo y rojo.

Los soldaditos de Pavía se fríen en abundante aceite de oliva hasta que queden bien dorados.

Vaya usted a Sevilla pida una copa de manzanilla y unas cuantas "pavías", espere a que los frían y disfrútelas lentamente, no se puede llamar a los soldaditos como el "Fast Food" de la gastronomía española, por que estos tienen clase, una histórica alcurnia.