La revolución en los transportes marítimos  llegó con la construcción metálica en los cascos de los barcos y el empleo del vapor como medio de locomoción. A la riada de emigrantes se le sumó una clase social aristocrática y opulenta que hacía del viaje a América y viceversa un lugar de diversión y de encuentro social, consciente de ello las empresas navieras fueron acomodando sus barcos para este nuevo pasaje que daba mucho más dinero y que gracias a él hizo que, en parte, se humanizaran las travesías, hasta tal punto que el viaje en barco se convirtió en una moda en la que rivalizaban países por atraer a los clientes más exigentes y en la que las tecnologías se pusieron al servicio de una mayor potencia de los motores y todo el océano Atlántico se convirtió en una pista de carreras de buques, instaurándose como premio 'La Cinta Azul' que lo ostentaba aquel que hacía el recorrido en menos tiempo, acicate este muy preciado porque era el que mayor número de clientes atraía.

   El primer trasatlántico fue Great Western, barco de ruedas de 1.340 toneladas de peso y botado en el año 1.837 al que siguieron los cuatro Britania de 1.154 Tm. que empleaban 14 días y 8 horas en hacer la travesía. Pero el más lujoso de la época era el Great Eastern de 18.914 Tm. con seis grandes salones y su tres comedores. Pero fue en el año 1.879 cuando se empieza a emplear a verdaderos profesionales de la cocina para las rutas marítimas y fue en el Sobraon de la Devitt Moore Company la que instala la primera gran nevera con una capacidad para albergar diez toneladas de alimentos.

   Son el Lucania y el Compania, botados por la compañía inglesa Cunard en el año 1.893, los que se pueden denominar denominar los primeros barcos de lujo, transportando 2.000 pasajeros que eran atendidos por 159 camareros, cocineros y doncellas. Disponían de un comedor de 30 por 19 metros y varias cocinas, haciendo la travesía en 5 días y 17 horas.

   Ya en el siglo XX, el lujo era tal que pese al mayor tonelaje la tripulación seguía siendo la misma en número de personas, como es el caso del Britania que con sus 32.000 Tm. transportaba solamente 2.165 pasajeros atendidos por 300 servidores.

   Con la llegada de la primera Guerra Mundial estos barcos fueron transformados en buques hospitales, cruceros auxiliares, transportes o como portaviones, sufriendo grandes pérdidas.

   El primer trasatlántico tras la Gran Guerra fue el francés Ile de France que con 43.500 Tm. sólo transportaba 2.147 pasajeros, barco provisto con estabilizadores y que sólo llegó a tardar 4 días, 17 horas y 42 minutos en la travesía.

   Pero el más lujoso de todos los tiempos fue sin duda el Normandie de 80.000 Tm. que hizo la travesía en 4 días, 3 horas y 2 minutos, tenía un comedor principal de 92 por 14 metros, 8 comedores menores, 972 criados y cuatro cocinas, una principal, el grill room y la Kascher o cocina hebrea, todas eléctricas menos la del grill y todo esto para sólo 1.927 pasajeros.

   El Queen Mary con 80.774 Tm. y con capacidad para 2.300 pasajeros tenía una sola cocina central con una mesa central ocupada por el Chef que eléctricamente controlaba todos los servicios enviados por ascensores a los diferentes comedores, toda una maravilla para la época.

   Tenemos en nuestro poder la lista de víveres, en el año 1.947, que se consideraban necesarios para una travesía de 4 días y 12 horas que era el tiempo que este barco tardaba en hacer su recorrido y que exponemos a continuación como colofón de esta serie dedicada a la cocina en el mar.

Té: 700 libras; azúcar 2.240 libras; encurtidos 524 pintas; salsas 400 botellas; vinagre 625 pintas; aceitunas 700 cajas; sardinas 900 latas; fruta seca 2.000 libras, manzanas 100 cajas; naranjas 100 cajas; uvas 500 libras; peras 25 cajas; ciruelas 800 libras; melones 300; melocotones 15 cajas; plátanos 15 racimos; toronjas 50 cajas; limones 15 cajas, jamón 2.400 libras; conservas de fruta 825 latas; conservas vegetales 1.500 latas; nueces 200 libras; bizcochos 350 latas; cereales 3.900 libras; cereales para el desayuno 1.050 paquetes; mermelada 1.400 libras; tocino ahumado 3.700 libras; salchichas 900 libras; patatas 9,5 toneladas; leche fresca 1.000 galones; hielo 17,5 toneladas; queso 1.150 libras; huevos 70.000; mantequilla 2.800 libras; carne de vaca 15.000 libras; cordero 3.250 libras; ternera 1.250 libras; cerdo 1.400 libras; caviar 175 libras; salmón 600 libras; tortugas 2; langostas 600; ostras 2.500 libras; arenques 500 libras; lenguados 600 libras; rodaballos 500 libras; platijas 500 libras; mero 250 libras; halibut 250 libras; pescados diversos 4.000 libras; pescados en conserva100 cajas; volatería 300 unidades; pollos para asar 500; patos 400; patos salvajes 75; pavos 140; perdices 200; faisanes 200; palomos 600; vino 3.250 botellas; alcoholes 1.500 botellas; licores 130 botellas; agua mineral 10.000 botellas; cerveza 12.500 botellas; cigarros 3.000; cigarrillos 6.000 paquetes; tabaco de pipa 500 botes; barajas 300 juegos.

   Resulta tan interesante esta lista para saber los gustos alimenticios de una época que casi la considero un tesoro.