José Celestino Mutis y los alimentos

Cecilia Restrepo ManriqueLeyendo sobre José Celestino Mutis y su empresa, me pareció interesante investigar sobre las plantas comestibles que él clasificó en la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada.

Empiezo presentando al naturalista y medico Don José Celestino Bruno Mutis y Bosio: nació en 1732 en Cádiz, Andalucía, sus padres fueron Julián Mutis y Gregoria Bosio. No se conocen datos de su niñez, aunque parece que su familia era acomodada y pudo procurarle una buena educación, ya que tuvo la oportunidad, pocos la tenían en su época, de estudiar Gramática y Filosofía en Cádiz y luego Medicina en Sevilla, no obstante le gustaba la botánica, la geografía, las matemáticas y todo lo relacionado con la ciencia, por eso le apodaban, el ‘Sabio’ Mutis. Desde muy joven era destacado en el medio naturista y se relacionaba con reconocidos investigadores.

1760 fue un año crucial en su vida, tenía 28 años, y fue invitado por Don Pedro Messia de la Cerda, nuevo virrey en las tierras americanas, para servirle de médico en el Nuevo Reino de Granada. Su deseo fue siempre viajar algún día a estudiar las plantas de lugares lejanos y esta fue la ocasión para hacerlo, por lo cual, aceptó inmediatamente el honor ofrecido, esperando encontrar allí materiales que le permitiesen profundizar en los estudios naturistas y sobre todo del ecosistema Neogranadino.

El virreinato del Nuevo Reino de Granada se había conformado en 1739 con la integración de los territorios de Nueva Granada, Venezuela y Quito, eran tiempos de crisis tanto económica como social, ya que la Corona dedicaba mucho dinero para combatir a los piratas, había nuevos impuestos, se descontrolaba el contrabando y la sociedad estaba estratificada pues las diferencias sociales eran muy marcadas, situación ésta difícil de manejar.

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Placa conmemorativa en la casa donde vivió José Celestino Mutis en Cádiz

Volviendo al viaje de Mutis, tuvo que pasar muchas peripecias y aventuras para llegar a América dado que fue un largo trayecto repartido en tres etapas por sus variados medios de transporte, primero a mula, luego en champán (embarcación grande de fondo plano para navegar por los ríos) y finalmente parte en caballo y parte a pie. El Señor Mutis tuvo la precaución de elaborar un Diario de Viaje, con sus comentarios y observaciones, gracias al cual se conocen datos de este recorrido y su vida cotidiana.

Salió de Madrid el lunes 28 de julio de 1760, a las 8 de la noche, en recuas o mulos que llevan a las personas y sus equipajes, acompañado de guías y de Don Jaime Navarro; no acababan de salir de la ciudad cuando asustado el animal que Mutis montaba, por el ruido de las cuentas del rosario que iba rezando, lo tiro a tierra, lo que le ocasiono un aporreamiento del cuerpo, afortunadamentesin mayores consecuencias: “mi caída fue del lado derecho y tan fuerte que aplaste una caja de tabaco que traía en aquel bolsillo pero salvando la cajita de la aguja imantada que llevaba en el mismo bolsillo y el termómetro que llevaba en la mano”.(Mutis. 2002:39)

No comieron sino hasta las siete de la mañana, pan y vino, más tarde, a las nueve y media, llegaron a descansar a la posada donde los atendieron bien, a pesar de las escasas posibilidades. Durante todo el viaje Mutis procuro observar las plantas y recoger una que otra para su futuro herbario.

Su destino era el puerto Cádiz, su ciudad natal, allí lo esperaban las naves y el futuro virrey. Avanzaban con rapidez por el camino, atravesando diferentes pueblos españoles, parando de vez en cuando a descansar y a comer, algunas de sus comidas fueron: “el almuerzo con un gran plato de carne; la comida con una buena olla y la noche con una cena de carne y otro plato de asadura bien compuesta. El pan y el vino iban con exceso abundantes” (Mutis. 2002:41), se alojaban en posadas de desiguales calidades aunque siempre los trataban muy bien.

Llegando a Cordoba, el clima era muy caluroso, tuvo el Sabio antojo de saciar su sed y de tomar un helado, para esto era necesario traer a la casa la nieve para enfriar el agua, disponer de una garrafa, un criado y esperar hasta las 5 o 6 de la tarde a que estuviera listo, por tales circunstancias, no fue posible en esta ciudad, empero, este deseo se le cumplió días después cuando arribaron a Écija, donde tuvo la oportunidad de saludar a algunos familiares y amigos, y le obsequiaron un sabroso helado de canela, ”tuve también la complacencia de beber agua de nieve que se hizo enfriar en casa y a costa de Fr. Jose. Este era el mayor obsequio que a mí se podía hacer”. (Mutis. 2002:63) Habían viajado ya, durante un mes y nueve días.

Entretanto el virrey y su familia se encontraban en Puerto Real, Cádiz, donde debía alcanzarlo para embarcarse desde esta ciudad a Cartagena de Indias. Esto sucedió el 7 de septiembre de 1760, a las seis de la mañana, hora en la que finalmente zarparon a bordo del navío “la Castilla”. La travesía fue sin novedad, algunos días de calma y nublados. Allí Mutis tuvo la ocasión de prestar atención a algunos peces y aves, lo que le producía mucha felicidad. Después de navegar durante un mes y diecinueve días, el domingo 26 de octubre se hallaron enfrente de las costas de Santa Marta, lo que más llamo su atención fueron sus encumbrados cerros (Sierra Nevada de Santa Marta) y hacia las 9 de la mañana se elevó la bandera y el gallardete del navío, para anunciar la llegada, por fin estaban en tierras americanas. El 29 de octubre anunciaron la entrada a Cartagena con la pompa correspondiente.

Después de una corta estadía, con algunos inconvenientes de salud, continuaron con la segunda parte del viaje, se embarcaron en un champán por el rio de la Magdalena para llegar a Mompox, un pueblo muy bonito donde vivía gente muy distinguida y con mucha actividad comercial, después de varios días, el 8 de enero de 1761, salieron de allí en dirección a Honda. El champán es el medio de navegación en el rio, esta falúa debe su nombre al árbol con que lo construyen llamado champacada. (Noguera, 1980:243) Esta embarcación navega gracias a los bogas, hombres contratados, generalmente negros, quienes con una pértiga o palanca la empujan hacia el cauce del rio. La travesía se realizó por toda la rivera del rio donde hay infinidad de flora y fauna, lo cual tenía encantado al botánico pues pudo recoger algunas plantas, a pesar de los peligros que les acechaban, ya sea por los caimanes, por la fuerza de la corriente, el rigor del calor, los miles de mosquitos y las sabandijas. Igualmente pudo apreciar, a la orilla del rio, hermosos cacahuales, sandiales, platanales, así como, guamas que formaban parte del abasto para la alimentación de los tripulantes del bote. Observó con singular admiración la abundancia de tortugas que había en el rio y los huevos enterrados en la arena, los cuales eran muy apetecidos por los bogas.

A la altura de lo que llaman la “Angostura”, que es el paso más difícil del rio por la fuerza de su cauce, tuvieron que bajar y caminar un tramo para encontrar el champan más adelante, se sorprendieron por el mal estado de los caminos, especialmente este que conduce al interior del reino. En los 20 días recorridos pasaron por varios pueblos para finalmente llegar a Honda, el 28 de enero de 1761. En esta ciudad, cuya importancia se da comercialmente, permanecieron hasta el 17 de febrero para disponer del equipaje necesario en la nueva y ultima travesía, esta vez por tierra a lomo de caballo hacia Santa Fe de Bogotá.

El camino que llaman “El Monte”, es el que los conduce a la capital del reino, ya por su nombre se puede imaginar el lector los riesgos y quebrantos que tuvieron que abordar, además del fastidio que Mutis tenía al ir sobre un caballo. Aunque, por la presencia de Su Excelencia el Virrey, se esmeraron en hacer menos ásperos los pasos, el camino era tan malo que era un continuo peligro. La caminata fue larga y lenta, hasta llegar a Guaduas, allí sintieron el cambio de la naturaleza por la diversidad de plantas. El 24 de febrero entraron a Santa Fe, “esta es una ciudad muy cómoda para los europeos y con ventajas infinitamente más apreciables que las que hallé en Cartagena, Mompox y Honda, su temperamento es sumamente dulce y deleitoso, el agua suele estar al temple de media nieve, se come y se duerme con un indecible gusto y apenas hay cosas que altere estas delicias aparentes”. (MUTIS Jose Celestino. 2002. Viaje a Santa Fe. Pp215)

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Mutis estaba emocionado por la bella naturaleza del reino, sin embargo, su misión era otra y tuvo que atender enfermos por la falta de facultativos en la ciudad. Por el variado clima y las constantes lluvias enfermó de tercianas por lo cual escribió: “basta aquí decir que me detuvieron en la cama hasta el 3 de junio en que me levanté tan flaco y desfigurado como si hubiera padecido una gravísima enfermedad” (Mutis. 2002:128), con una recaída de 20 días más. Una vez recuperado continuó con su ejercicio de la medicina y poco tiempo tenía para la botánica aunque su idea de hacer un gran estudio de la naturaleza persistía, de esta manera pudo coleccionar flora en sus horas de descanso y describir algunas plantas.

Pasaron muchos años, también varios virreyes, para que se pudiera dedicar a la historia natural como era su deseo desde 1763, no obstante no fue hasta 1783, cuando nombraron virrey del Nuevo Reino de Granada a Don Antonio Caballero y Góngora, que logro materializar su plan a los 51 años de edad. El arzobispo y virrey, con la autorización del rey Carlos III, hizo realidad lo que se llamó la Expedición Botánica, cuyo objetivo era explorar, clasificar y describir la flora del reino complementada con estudios de astronomía, zoología y minería.

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Fue de gran ayuda para Mutis el naturalista sueco Carlos Linneo, a quien conocía con anterioridad, y le remitió muestras vegetales para su estudio y concepto. El señor Linneo encontró entre estas especies una nueva que nominó Mutisia, en distinción de su amigo, con la siguiente dedicatoria: “a la memoria de Jose Celestino Mutis, máximo botánico americano quien preparo una bellísima historia de las plantas americanas…”(DIAZ, Piedrahita Santiago.2008. pp 47) lo cual fue un gran halago para él.

Es así como la Expedición Botánica de la Nueva Granada nació oficialmente el 30 de abril de 1783, dicha empresa fue financiada por el Estado español mediante la cedula Real suscrita el 1 de noviembre del mismo año. El primer viaje exploratorio que se realizo fue a la población conocida como La Mesa de Juan Díaz donde recolectaron gran parte de las plantas, luego se trasladaronal al pueblo de Mariquita, cuya ubicación estratégica y bella vegetación fue fundamental para el desarrollo de la organización, además había fuentes de aguas termales que le ayudaban al sabio con sus dolencias.

Después de ocho años de trabajo en dicha villa, el nuevo virrey, Don Jose de Ezpeleta, quien se posesionó en 1789, ordenó el traslado de la Expedición a Santafé. En este momento la Empresa contaba a su vez con un gran equipo de herbolarios quienes recogían el material de estudio, de pintores y dibujantes encargados de hacer las láminas de las flores como Pedro Antonio García, Salvador Rizo y Francisco Javier Matis, de estudiosos que detallaban las características de las plantas, ellos no solo colaboraron sino que aportaron muchos conocimientos para el Reino. Una vez en Santafé se creó la Escuela de Dibujo donde se enseñaba gratis el dibujo botánico a los niños bajo la dirección del mayordomo, pintor y hombre de confianza, ya mencionado, Salvador Rizo.

La casa de la botánica donde albergaban los estudiosos de la Expedición tenían un horario de trabajo muy estricto: “se madrugaba, sin distinción de oficio, a oír la misa e iniciar labores, con la luz rompiendo el vaho de la tierra los herbolarios partían al bosque o a la llanura empradizada a recoger ejemplares modelos; los pintores –gremio travieso- se entregaban en un silencio de nueve horas al día…mientras el maestro en la biblioteca vecina desentrañaba libros y exprimía descripciones y meditaba sin tregua…” (Pérez y otros. 1954:87)

En 1801 recibió en Santafé la visita de renombrado aristócrata alemán, geógrafo y naturalista, Federico Enrique Alejandro, Barón de Humboldt, acompañado por el naturalista, médico y botánico francés Aimé Jacques Alexandre Goujaud Bonpland; “ellos habían llegado al Nuevo Reino, con el propósito de trazar el mapa de la región norte del Amazonas pero al saber de José Celestino Mutis deciden cambiar su ruta para conocerle y comparar sus colecciones con las del botánico”.(www.davidzuker.com/…/alexander-humboldt-y-celestino-mutis-el-encue…) Para este momento, Mutis, ya era sacerdote, tenía casi 70 años y dirigía la expedición como un centro de investigación. Los acogió con mucha generosidad y los instaló en una casa cercana a la suya, allí Humboldt pudo examinar los herbarios y tomar notas sobre los nuevos descubrimientos de la flora bogotana.

Mutis obsequio a Humboldt “una importante colección de quinas de Nueva Granada la cual incluía cortezas escogidas, ejemplares de herbario con flores y con frutos y magníficos dibujos en folio mayor iluminados en color” (Diaz. 2000: s/p)

Por su parte Humboldt y Bonplant le dieron, en agradecimiento por el trato recibido, la obra “plantes Aequnoctiales” con la siguiente dedicatoria: “a Don Jose Celestino Mutis director en jefe de la Expedición Botánica del reino de la Nueva Granada astrónomo real de Santa Fe de Bogotá como una fiel marca de admiración y reconocimiento” (Diaz.2000:s/p)

Estaban vinculados a la empresa reconocidos investigadores como Juan Eloy Valenzuela, primer subdirector, Francisco Antonio Zea, científico, Fray Diego García, primer zoólogo sistemático, Francisco José de Caldas, primer director del observatorio, Sinforoso Mutis, naturalista, Jorge Tadeo Lozano, zoólogo y otros, quienes trabajaron con metodología y seriedad.

La empresa funcionó casi por treinta años como centro dedicado al estudio de los recursos naturales. El legado fue la abundante iconografía representada en más de 2.500 láminas iluminadas en color y 2.448 monocromas figurando cerca de 2.700 especies de la flora del Nuevo Reino de Granada. Quedaron también publicaciones sueltas, cartas, apuntes y observaciones. Esta colección se encuentra actualmente en el Real Jardín Botánico de Madrid. (Diaz Piedrahita. 2008: 89)

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A continuación presentare algunas de las 21 especies comestibles registradas en la Expedición Botánica y que hicieron parte de los condimentos y aromatizantes de las comidas coloniales, conservándose su uso hasta la actualidad:

Vainilla (Vanillaplanifolia): “la vainilla fue domesticada por tribus indias del sur de México que la utilizaron especialmente para dar aroma al chocolate. Los españoles aprendieron a usarla y establecieron un comercio activo con Europa” (Leon, 1987:87) es la principal especie en producción comercial. A propósito los remito a www.historiacocina.com/paises/articulos/mexico/vainilla.htm

Te de Bogotá: (Symplocostheiformes) El descubrimiento del té de Bogotá o palo blanco fue un proyecto de Mutis quien, convencido de que iba a incrementar las riquezas de la colonias americanas, lo presento a la corona como un alimento de buen gusto y con “preciosas virtudes medicinales, lo que lograría superar al te de China” (Frias.p:251) en su carta al rey le decía: «…a Vuestra Excelencia se sirva apreciar con la acostumbrada piedad, este descubrimiento, elevándolo a la alta comprensión de Su Majestad, bajo cuya protección se divulgará en todo el mundo el precioso Té De Bogotá». (Hernández de Alba.1968). El optimismo de Mutis lo llevo a afirmar: “estará a competencia del té de la China y tal vez con celos de otras naciones para beneficio de la humanidad”.(www.accefyn.org.co/ revista/Volumen_13/50/273-277.pdf).

Su infusión ayudaba a la digestión, liberaba de la transpiración y mejoraba la circulación. Es una lástima el no haberse concretado este proyecto. Para más información los remito al excelente trabajo de nuestro director al respecto en:https://www.historiacocina.com/es/ tebogota.

Canela (Cinnamomumverum): el árbol de canela fue encontrado en Zipacón, siguió el mismo camino del té de Bogotá ya que “la posibilidad de comerciar había despertado grandes expectativas en el virreinato”, se trataba del arbusto de canela americana, el cual con “la llegada del virrey Caballero y Góngora al frente del virreinato iba a propiciar un mayor apoyo a este ramo de la canela y se iban a explorar nuevas zonas para su posible beneficio” ( Frias. 1987:244), sin embargo el traslado de la Expedición a Santafé en 1790, dejó atrás los cultivos y Mutis se dedicó al estudio de la flora. Sus propiedades medicinales eran quitar el mal olor de la boca, el dolor de estómago y disolver ventosidades.Para ampliar sobre el tema consultar en www.historiacocina.com/es/hacer-aguas-de-canela-y-de-cinamomo

Azafrán criollo (Escobedia grandiflora): Azafrán de tierra o raíz de color. Mutis la describió de esta manera: “de sus raíces…los naturales las usan diariamente en sus comidas en lugar de azafrán y su gusto y color lo suplen perfectamente. Muelen estas raíces y su corteza carnosa, da un material muy abundante de color coccíneo, el que dejan sentar en el agua y luego lo secan para uso diario” (Inventario vegetal.2009:56) se utiliza para dar color a las comidas aunque su sabor es muy diferente al azafrán de pistilos. Para ver información de su uso consultar: www.historiacocina.com/paises/artículos/colombia/margaritas.htm

Guascas (Galinsogaparviflora): Llamada guasca en el dominio muisca, es tradicional en la sabana de Bogotá y se usa para darle sabor a la sopa tradicional de esta región conocida como Ajiaco Santafereño. De acuerdo al diccionario de vozes (ibid) culinarias guasca es una hierba de hojas verdes ásperas, de la región andina y de antiquísimo uso en su alimentación especialmente en sopas como el ajiaco bogotano. (Moreno. 2008:28) Las guascas son de origen prehispánico y se usan para condimento, al respecto consultar en nuestra revista.

Camote (Ipomoea Batatas) también conocida como boniato, batata. “Abajo lejos de la luz, crecen perfumadas, dulces, carnosas y henchidas de vitaminas, las batatas que han alimentado pueblos desde hace ocho mil años” (Inventario. 2009:62) con ellas se hacen bombones, helados y es muy nutritiva. En México también es utilizado para preparar dulces, se puede consultar en: www.historiacocina.com/es/los-dulces-poblanos-algo-rico

Chontaduro: (Bactrisgasipaes): Otros nombres, cachipay, pupunha, pijuayo, pixbae, pejibaye. “Como Bactrisgasipaes, José Celestino Mutis definió el chontaduro, un fruto comestible que, según los cronistas de la Colonia, era consumido por los indígenas de Cachipay (Cundinamarca) y los negros del Pacífico colombiano”. www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3074867. Es una planta de la familia de las palmeras, de ella se utiliza casi todo, desde el tronco de cuyo interior se extrae el cogollo o palmito, hasta su fruto muy consumido en el Valle del Cauca acompañado de sal o miel. (Credencial. 2008:37) Hoy en día se vende en las calles de Bogotá, ampliando su consumo en la capital Colombiana.

Sabila (Aloe Vera): Se consume mezclada con jugos de frutas, se le atribuyen usos medicinales de origen árabe como lo afirma nuestra compañera Martha Delfín, y de cosmética para hacer jabones. www.historiacocina.com/es/archivo-parroquial.

Ñame (Dioscore apolygonoides): Este gran tubérculo fue introducido en América por los africanos, durante la colonia, en el comercio de esclavos. Se consume mayormente en la costa Atlántica. Se prepara de variadas formas, ya sea, cocido, en motes o sopas, o relleno, con él se hace “fufú” que son bolitas de puré de ñame. También se elaboran frituritas de ñame en aceite de palma, en tamalitos y cocinados al vapor. Para más datos ver “Cultivos introducidos desde África y su consumo en América” en: www.historiacocina.com/colaboraciones/caribe/africa.htm

Guayaba agria(Belluciagrossularioides): Esta fruta también es conocida como guayabo de monte y coronilla. Su cultivo es de tierra cálida por tanto su recolección se hizo en Mariquita en 1783.

Ahuyama (Calycophysumpedunculatum): También llamada zapallo, auyama. Los muiscas sembraban Cucurbitáceas como la ahuyama y la calabaza. Con la ahuyama se pueden elaborar platos dulces o salados, sopas y purés igualmente sus semillas se tuestan y sirven de pasa bocas.

Yerba de anís (Capraria biflora): Algunos la llaman te de Cúcuta, sin embargo se siembra en el departamento de Cundinamarca a 1.700 msnm.

Arracacha (Arracaciaxanthorrhiza): Apio criollo, racacha. Es una raíz tuberosa originaria de los Andes. Se cultiva entre 600 y 2.300 msnm en Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela. Su raíz es la parte comestible mientras que el tallo y las hojas se aprovechan para forraje de los animales. Se dispone en diferentes cocidos, purés, pasteles, sopas y en platos dulces. También se ha industrializado su harina, se vende frita y precocida. Es una raíz muy consumida en Colombia. www.historiacocina.com/paises/articulos/gastrocolombia.htm

Granadilla ymaracuyá (Passifloraedulis): Llamadas también frutas de la pasión porque provienen del genero passiflora, este nombre se debe al jesuita Giovanni Battista, quien, en el siglo XVII vio en la flor de esta enredadera los símbolos de la pasión de Cristo y la utilizó para la catequesis de los indígenas: “el estilo dividido en tres lóbulos se asemeja mucho a los clavos de la crucifixión; la corola interior con sus pétalos filamentosos nos recuerda la corona de espinas; el ovario levantado sobre un pedúnculo parece evocar un cáliz y los cinco estambres simbolizarían las cinco llagas en los miembros y el costado” www.rjb.csic.es/jardinbotanico/ficheros/documentos/pdf/…/panacea.pdf Cuando llegaron los conquistadores la describían como unas” frutas que colgaban de un bejuco…” Ver en: www.historiacocina.com/paises/articulos/colombia/mercado.htm

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Quina (Chinchona officinal?): Mutis se emocionó mucho al encontrar esta especie de quina, que ya conocía, pues pensó que con ella iba a financiar parte de la Expedición por sus propiedades medicinales. Existían tres especies de quina: roja, blanca y amarilla “tan selecta como la de Cuenca, según resultó de examen químico que de ella se hizo en la corte” (Diaz.2008:55) La quina formaba parte de las especies medicinales, como se mencionó, y la formulaba para curar las fiebres, aunque no siempre tuvo buenos resultados, al parecer, por falta de estudios en el tema. Sin embargo, en el campo alimenticio podría figurar como bebida y condimento, ya que, hay un documento titulado “Modo de hacer la cerveza de quina” donde expresa la formula con que el botánico hacía cerveza y vinagre dequina: “esta cerveza o vinagre lo hace para su uso diario el célebre botánico Don Josef Celestino Mutis de las buenas especies de Quina de Santa Fe de Bogotá, que se conocen con los nombres de quina naranjada que antes llamaban de color canela, roja, amarilla y blanca. (Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos. 1798. Tomo IV. Imprenta de Villalpando. Madrid. Semanarios 85 y 86)

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BIBLIOGRAFIA

DIAZ, Piedrahita Santiago. 2008. Mutis y el movimiento ilustrado en la Nueva Granada. Ediciones Universidad de América. Academia Colombiana de Historia. Bogotá D.C.

FRIAS, Núñez Marcelo.1987. Aspectos económicos y comerciales de las expediciones científicas: el proyecto del Nuevo Reino de Granada”, Real Academia Nacional de Farmacia, Monog. XXVI, Madrid.

HERNÁNDEZ DE ALBA Guillermo, 1968. Archivo epistolar del sabio naturalista don José Celestino Mutis, vol. I. Editorial Kelly. Bogotá.

INVENTARIO VEGETAL. 2009. Argos. Bogotá

LEON, Jorge. 1987. Botánica de los cultivos tropicales. Instituto Interamericano de cooperación para la agricultura. San Jose de Costa Rica.

MORENO, Blanco Lacydes. 2008. Diccionario de vozes culinarias. Universidad Externado de Colombia. Bogotá.

MUTIS Jose Celestino. 2002. Viaje a Santa Fe. Cofas S.A.España

NOGUERA, Mendoza Aníbal. 1980. Crónica grande del rio de La Magdalena, tsIy II. Ediciones Sol y Luna. Bogotá.

PEREZ, Arbeláez Enrique y otros autores. 1954. La Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada. Tomo I. Ediciones Cultura Hispánica. Madrid.

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Revista

Credencial. Septiembre 2008. Año XLIV. N° 462.

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