CASIANO BASO (Siglo V d.C.)
Recopilación de recetas de vinos aromáticos, salutíferos y confección de vinagres

Encontramos en Geopónica la mayor recopilación de recetas a base de vino aromatizado de todas las obras clásicas, incluido Catón que le dedicó 20 capítulos, de los cuales la mayoría eran para la curación de animales, entre los que se encontraban los esclavos, ya que en esa época no se hacían muchas distinciones entre los seres humanos y las bestias. También Colmuela dedica 12 capítulos en su libro doce. Paladio, por el contrario, lo hace en diversos lugares y con desorden, por lo que esta obra, Geopónica, supone un tesoro en lo referente a la enología y vitivinicultura.

Se hecha de menos en esta recopilación la elaboración del vino de mirto, que describieron Catón, Colmuela y Paladio, así como la obtención del ‘vino griego’ que da Catón y Colmuela, aunque es posible que para los romanos este vino fueran una variante de los vinos de Tasos y de Cos que utilizan también agua de mar y sal .

En cuanto a la elaboración de vinagres aromatizados, que en aquella época se consideraba un accidente en el proceso de vinificación, son un verdadero hallazgo después de tantos siglos en los que han tomado tal cual se agriaban. Sabemos por Colmuela de la obtención de un vinagre de cebollas o de higos pero nunca la gran variedad que aquí podemos encontrar.

Hay que tener presente que las tres formulas de conservación en la antigüedad eran por medio del aceite, la sal y el vinagre, de ahí la gran importancia para los estudiosos de esta obra.

El prólogo del libro 8 de Geopónica está dedicado a su hijo y comienza de la siguiente forma: “Éste es, queridísimo hijo Baso, el contenido de este libro, octavo de los extractos sobre agricultura, que trata a las distintas maneras de preparar los vinos y otros aperitivos y de todas las formas en que se puede preparar el vinagre”. 

Preparación de los vinos salutíferos.- 

Hay un tipo de aderezo y preparación de vinos salutíferos que cura diversas enfermedades y que muchos de los autores antiguos elogian por su experiencia. La preparación no lleva ninguna droga sino que es sumamente simple, por ejemplo con rosas, con eneldo, ajenjo, poleo y sustancias de este tipo. Se debe triturar cada uno de los ingredientes mencionados, liarlos en un paño y sumergirlos en el vino según la manera que se reseña a continuación. 

Vino de rosas.-

Sobre este vino, vinum rosatum, encontramos recetas de Plinio, Apicio y también como producto de venta en el edicto de precios de Diocleciano.

Ata todo junto rosas de monte secas, anís, azafrán y algo de miel y échalo en el vino. Este vino está indicado para enfermos del estómago y del costado. 

Vino de eneldo.-

Vinos con umbelíferas como el eneldo, el anís y los hinojos tienen los mismos efectos como los hechos de perejil y apio.

Hay que poner en un pañuelo semilla de eneldo y luego dejarlo en el vino; este vino es soporífero, facilita la eliminación de orina y la digestión de los alimentos. 

Vino de anís.- 

El fruto del anís echado en el vino alivia la disuria y es beneficioso para las entrañas. 

Vino de peras.- 

Si se echan peras, el vientre estriñe el vientre. 

Vino de ásaro.-

Con las mismas propiedades lo hemos encontrado  en Dióscenes y Plinio.

Este vino es diurético, fortalece a los hidrópicos, a los enfermos de ictericia, hígado y ciática y a los que padecen fiebres tercianas, y quita los escalofríos. 

Vino de poleo.-

Con las mismas propiedades lo encontramos en Colmuela y con otras de Dióscenes.

El poleo tiene que cocerse en el vino hasta que reduzca a un tercio; este vino es un antídoto contra el veneno de los reptiles y útil para combatir los fríos invernales. 

Vino de laurel.- 

Este vino es muy caliente, diurético y beneficioso para la tos, el pecho y el cólico; ayuda también a los ancianos y es útil contra los reptiles y contra los dolores de oído, y alivia a las mujeres enfermas de matriz. 

Vino de hinojo.- 

Este vino abre el apetito, fortalece el estómago y es diurético. 

Vino de coniza.- 

Este vino está indicado para los enfermos de ictericia y del estómago y es antídoto contra los reptiles. 

Vino de uvas en agraz.- 

Este vino es estomacal y está indicado para los paralíticos, los entumecidos, los que padecen temblores y vértigo, los enfermos renales, los que tienen cólicos y contra las enfermedades epidémicas. 

Vino de perejil.- 

Este vino fortalece el estómago, haciendo eructar y despertando el apetito. Es diurético y muy soporífero. 

Vino de ruda.-

El vino aromatizado con ruda se encuentra también en citas de Plinio donde dice que era conocido en Roma desde el año 333

Este vino es caliente y un antídoto contra los venenos mortíferos y contra los reptiles. 

Vino de alholva.- 

Este vino, una vez desmenuzada y echada la alholva, está muy indicado para el hígado. 

Vino de hisopo.-  

Este vino limpia el pecho, y como es caliente facilita la digestión; suelta el vientre. 

Vino de apio.- 

Echa en el vino semilla de apio triturada; ayuda a orinar y a eructar y contra la fatiga de los nervios y del hipocondrio. 

Vino de membrillos.- 

Pon en recipientes de barro membrillos muy perfumados y échales vino, a continuación calafatéalos alrededor y déjalos tres días y al cuarto consúmelo. 

Preparación de un vino purgante.- 

Cuando estén abiertos los hoyos (se trata del transplante desde el vivero hasta la viña), tritura raíces de eléboro negro, limpia alrededor las raíces de la vid, recúbrelas con el eléboro triturado y plántalas así (se pensaba que las raíces recogían los olores de las plantas sembradas a su alrededor). 

Un vino capaz de hacer subir la leche a una mujer y que no permite caer en ninguna enfermedad.- 

Recolecta tomillo cuando esté en flor, déjalo secar y tritúralo, luego echa en un recipiente de barro cuatro quénices adicionándole una metreta de vino blanco y déjalo durante cuarenta días. 

Un vino contra la disentería y el vientre suelto.- 

Coge treinta granadas algo verdes, rájalas, después ponlas en un recipiente de barro y echa tres congios de vino tinto seco y consúmelo pasados treinta días (Colmuela ofrece otra receta algo más compleja aunque también con granadas. Este vino se utilizaba además contra las tenias y lombrices. La farmacopea consideró la granada como un poderoso antihelmintico, y lo es, pero por sus principios contenidos en raíz y cortezas, incluyendo las del fruto y sus tabiques interiores, no por los granos. Pero las granadas se machacaban enteras, con lo cual el vino resultante era totalmente efectivo). 

Sobre el vino de ajenjo.- 

Desmenuza ocho dracmas de ajenjo, preferentemente del Ponto, átalo no muy prieto en un pañuelo y échalo en un ánfora; algunos echan sólo la mitad de ajenjo, y muchos mezclan con éste también canela. Una vez que hayas puesto el pañuelo en el ánfora, echa mosto hasta que se llene, permitiéndole un espacio de respiro para que no rebose al hervir. Prepara del mismo modo cuantas ánforas quieras. Utiliza el vino de ajenjo contra la fatiga del hipocondrio y del hígado y contra las digestiones y las molestias del estómago; elimina también los parásitos que viven en los intestinos. 

Fabricación de vino amíneo, fórmula de Dídimo.- 

Unos echan los vinos obtenidos de uva amínea en una vasija que haya contenido vino itálico y la entierran en un lugar al raso; otros añaden también unas pocas almendras amargas, mercurial perenne y vino cocido, y otros, en fin, áloe hepático y juncia. O bien dos dracmas de áloe, tres dracmas de amomo, cuatro dracmas de kóstos, cuatro dracmas de mercurial perenne, nueve dracmas de meliloto, dos dracmas de nardo indio y tres dracmas de canela por cada siete áfotas. Algunos agregan también un total de cuatro dracmas de mirra, canela y azafrán; otros emplean ácoro en lugar de mirra. 

Fabricación de vino de Tasos, fórmula de Florentino. 

Ponemos al sol las uvas maduras, distribuyendo los racimos, durante cinco días; al sexto a mediodía las recogemos calientes y sumergimos en mosto y agua de mar hervida hasta quedar reducida a la mitad, las sacamos y las colocamos sobre el lagar una noche y un día, las pisamos y recogemos el mosto en recipientes. Cuando hierva y se purifique, agregaremos una veinticincoava parte de arrope; y pasado el equinoccio de primavera los desliaremos pasándolo a recipientes apropiados. 

Fabricación de vino de Cos, fórmula de Bericio. 

Unos reducen a un tercio una mezcla de tres partes de mosto y una de agua de mar; otros mezclan un dos metretas de vino blanco una cótila de sal, tres cótilas de vino cocido, una cótica más o menos de mosto, una cótila de harina de yeros, cien dracmas de meliloto, dieciséis dracmas de manzana y dieciséis dracmas de nardo céltico. 

Sobre el vinomiel. 

Echa miel ática en un pote de barro cocido, ponlo sobre ceniza caliente para que eche fuera la espuma y añádele, después de que se entibie la miel, por cada sextario de miel cuatro sextarios de vino, a continuación echa el vinomiel en una vasija bien empegada, triturada y ata en un pañuelo doce gramas de kóstos secos y cuélgalo sobre el vinomiel, tapándolo y guardándolo en el sobrado. Algunos trituran doce gramas de mercurial perenne y de hinojo, lo mezclan en el vinomiel y a los quince días lo hallan extraordinario: está envejecido e incomparable. Otros fabrican vinomiel de este modo: mezclan con veinticuatro sextarios de vino seis gramas de mirra, doce gramas de canela, dos gramas de kóstos, cuatro gramas de espicanardo, cuatro gramas de pimienta y seis sextarios de miel ática, y lo ponen al sol a la salida del Can durante cuarenta días; esto es lo que llaman algunos ‘néctar’. 

Vinomiel de mosto. 

Hierve el mosto hasta que quede reducido a la mitad, mezcla por cada diez sextarios de zumo un sextario de miel ática u échalo en un recipiente de barro, que has de enyesar y poner a la sombra. Es preciso saber que el vinomiel de mosto es flatulento e inadecuado para el estómago, pero suelta el vientre. 

Preparación de agua de manzana. 

Corta en trozos pequeños y despepita con una caña treinta y dos manzanas de la mejor calidad, ponlas en ocho sextarios de excelente miel y déjalas ocho meses, luego tienes que mezclar eso con doce sextarios de agua vieja de lluvia y ponerlo al sol en los calores del Can, preservándolos de la lluvia y el rocío. Otros obran mejor al preparar el agua de manzanas en la forma que sigue: trocean y extraen el jugo de las manzanas  maduras de la mejor calidad, mezclan cuatro sextarios de jugo, ocho sextarios de excelente miel a la que se le haya retirado la espuma y doce sextarios de agua de lluvia, lo ponen al sol, y luego de haberlo cocido a fuego moderado, lo consumen. Otros lo cuecen al baño María, para que se cueza con el agua más que con el fuego, como en Beroia (existieron tres ciudades con este nombre en la antigüedad, una en la región macedónica de la Beocia, otra en la Tracia y la otra al norte de Siria, cerca de Alepa). 

Preparación de hidromiel. 

Toma agua vieja de lluvia, o si no es posible hervida hasta reducirla a un tercio, mezcla con ella una cantidad suficiente de miel y échala en un recipiente, poniéndola diez días a la sombra y dejándole un orificio de ventilación, y consúmelo, así; si se deja envejecer estará mejor. Los médicos expertos o administran para la debilidad, sabiendo que se compone sólo de agua y miel. Otros mezclan con miel nieve pura, lo agitan y lo reservan, y se convierte en un remedio contra las quemaduras. Lo llaman ‘vienemiel’. 

Preparación de rosamiel. 

Después de quitarles las espinas, desmenuza rosas hermosas, de monte si las hay, exprímelas en un tornillo y coge dos sextarios de jugo y un sextario de miel, y luego de quitarle la espuma a la miel agrégala al jugo de rosas, batiéndolo enérgicamente en un recipiente; luego guárdalo en un sitio que no tenga humedad. 

Preparación de vino de apio. 

Mezcla doce gramas de semilla de apio (algunos ponen dieciséis), seis gramas de semilla o de hojas verdes de ruda, un sextario de miel a la que se le haya retirado la espuma y cuatro o cinco sextarios de vino, y resérvalo durante quince días. (este vino era recomendado como diurético y bueno para los males de vientre) 

Preparación de vino de especias, fórmula de Demócrito. 

Ocho gramas de pimienta lavada, dejada secar y bien triturada, un sextario de miel ática y cuatro o cinco de vino blanco añejo. (este vino era conocido en el mundo romano como ‘conditum vinum’. 

Preparación de un arrope excelente, fórmula de Leontino. 

Cuece hasta reducir a un tercio cincuenta sextarios de un mosto muy bueno y cien de un vino igualmente bueno, y después de quitarle la espuma lo dejarás extraordinario (El arrope o mosto cocido fue muy utilizado en la antigüedad. Entre los tratadistas latinos se distinguen tres tipos de función del grado de coccion a que se sometía el mosto: 1.- ‘defrutum’ o mosto reducido a la mitad o a dos tercios. 2.- ‘sapa’ obtenida por la reducción del mosto en dos tercios mediante cocción. 3.- ‘caroenum’, obtenido por reducción de un tercio y que parece tratarse de un producto no conocido por los agrónomos anteriores) . 

Preparación de un vinagre diferente, y como se puede convertir en vinagre el vino, fórmula de Varrón. 

Coge raíz de acelga, trocéala y échala en el vino, y a las tres horas será vinagre; y si quieres que se recupere su estado anterior, échale raíz de col. 

Tener vinagre sin necesidad de vino, fórmula de Varrón. 

Echa en un recipiente melocotones tiernos, tuesta cebada y espárcela por encima dejándolo que se pudra todo junto unos días, luego fíltralo y consúmelo. Conseguirás igualmente vinagre sin necesidad de vino de esta manera: Echa en un recipiente de barro higos tiernos, cebada tostada y pulpa de cidra, remuévelo a menudo, y cuando se macere, cuélalo y consúmelo. Fabricarás vinagre sin vino así: cuece yeso con agua de mar, mézclalo luego con agua de río, y una vez filtrado consúmelo. 

Un vinagre indicado para la buena digestión y la salud. Fórmula de Soción. 

Echa en un recipiente ocho dracmas de escila y uno o dos sextercios de vinagre con pimienta, menta, canela y enebrina, y consúmelo pasado un tiempo. 

Preparación de un vinagre dulce, fórmula de Soción. 

Toma una vasija de vinagre muy fuerte, añádele en la misma vasija igual cantidad de buen mosto obtenido de pisar la uva y úntala con pez, dejándola durante treinta días. Después consúmelo. Algunos fabrican un vinagre dulzón como sigue: hierven a la vez una metreta del mosto recogido de pisar la uva y dos metretas de vinagre hasta que se consume la tercera parte. Otros hierven a la vez dos metretas de mosto, una metreta de vinagre y tres de agua potable hervida, hasta que se consume un tercio del total. Quedan dos tercios. 

Preparación de vinagre fuerte, fórmula de Soción. 

Deja secar durante dos días orujo de uva y échalo en el mosto junto con unas pocas uvas en agraz, con lo que conseguirás que esté fuerte, y consúmelo pasados siete días; o bien agrégale pelitre, con lo que también estará fuerte. Lo podrás fuerte asimismo, si coges una cuarta o quinta parte del propio vinagre, lo cueces al fuego y lo vuelves a añadir al resto, dejándolo al sol durante ocho días. Dejan el vinagre muy fuerte y agradable las raíces viejas de la grama, las pasas, las hojas de piruétano, o sea, de peral silvestre machacadas, las raíces de zarza y el suero de la leche, así como los carbones al rojo de un roble quemado, el cocimiento de garbanzos y los tejuelos de barro al rojo inmersos en él. 

Conservar el vinagre, fórmula de Apuleyo. 

Mezcla habas con cidra fuerte y échalas en el recipiente. 

Fabricar vinagre de pimienta, fórmula de Apuleyo. 

Pon en un pañuelo pimienta con su cáscara, cuélgalo sobre el vinagre durante ocho días y consúmelo así. 

Comprobación de si el vinagre contiene agua, fórmula de Apuleyo. 

Echa nitro en el vinagre, y si sube como si hirviera considera que tiene agua. 

Como duplicar el vinagre, fórmula de Demócrito. 

Toma una cantidad precisa de vinagre, por ejemplo una metreta, mezcla con éste una metreta de agua de mar hervida hasta quedar reducida a la mitad y guárdalo en un recipiente. Algunos ponen cebada a macerar, la cuelan y mezclan una metreta de la maceración con una metreta de vinagre, lo remueven junto, le echan una cantidad suficiente de sal tostada caliente todavía y, tapando el recipiente, lo dejan veinte días. Algunos echan en agua higos que se hayan mojado y podrido en los árboles y obtienen vinagre dejando que se pudra todo junto. 

Fabricar vinagre de escila. Fórmula de Pitágoras. 

Pon en un recipiente de barro treinta y seis sextarios de vinagre excelente y muy fuerte y macera en el vinagre durante doce días capas interiores de escila blanca troceadas muy por menudo y secadas al sol durante treinta días. A continuación separa el vinagre, guárdalo y consúmelo cuando quieras; pues el vinagre de escila no será de menos utilidad que el vino de escila.