HISTORIA  Y EVOLUCIÓN DE LA ALIMENTACIÓN MILITAR EN EUROPA EN LOS SIGLOS XIX Y XX

(Undécima parte)

 

Artículo de Miguel Krebs
Diciembre 2008

 

NO HAY RACIÓN QUE LES VENGA BIEN 

SOLDADOS ALREDEDOR DE UN HUEVO FRITO 

La Ración C que fuera utilizada por el ejército norteamericano desde su intervención en la Segunda Guerra Mundial y en la guerra de Corea (1950 -1953) sufrió permanentes modificaciones a lo largo de ambas contiendas siendo reemplazada por las raciones MCI (Meal Combat Individual) a partir de 1958 en la guerra de Vietnam.

En realidad la ración MCI era una variante de la ración C  conservando casi todos sus defectos, particularmente su peso y transportabilidad ya que los alimentos estaban envasados en latas y su peso excesivo provocaba un descenso operacional en el soldado. Estas raciones se diseñaron como de uso infrecuente ya que se pensaba alimentar a las tropas mediante las raciones A y B pero en los hechos no fue posible.

Para 1966 se introdujo la ración LRP, Long Range Patrol, (Patrulla de Largo Alcance) basada en las Jungle Ration (Ración para la Jungla) empleada en el Pacífico por las tropas norteamericanas durante la Segunda Guerra Mundial pero haciéndolas más livianas y transportables aunque tenía menos calorías que la ración MCI.

En las LRP comenzó a emplearse alimentos liofilizados teniendo en cuenta que las características del terreno vietnamita permitía un rápido abastecimiento de agua para hidratar la comida pero no tuvieron en cuenta que las fuentes acuíferas podían ser envenenadas o empleadas como trampas explosivas. Finalmente en 1981 se incorporan en las fuerzas armadas norteamericanas las Raciones MRE abreviatura de Meal Ready to Eat (Comida lista para comer) aunque los ensayos de esta nueva modalidad para alimentar a las tropas habían comenzado seis años antes.  

RACIONES MRE 

DOS SOLDADOS EN IRAK A PUNTO DE COMER UNA RACIÓN MRE ( Foto de  Sarah Underhill ) 

En los años 80 con el objetivo de proporcionar a las fuerzas armadas raciones de más alta calidad se desarrollaron las MRE (Meal Ready To Eat), la T Ration (Ración de bandeja) y la MKT, (Mobile Kitchen Trailer) o cocina rodante de campaña y en 1992 se modificó el estándar anterior de una comida caliente cada tres días por el de  una comida caliente por día. Estadísticamente,  el ejército de los Estados Unidos consumía anualmente entre el 70 y 75% de las raciones de campo empleadas por el Departamento de Defensa.

Las raciones MRE  no solo se hicieron imprescindibles en el campo militar sino que también se extendió su uso a las zonas de desastres como apoyo nutricional para la población civil.

Con la experiencia recogida en Vietnam y por supuesto en las guerras anteriores, se llegó a la conclusión que una alimentación equilibrada en nutrientes y calorías no era suficiente debido al rechazo generalizado por su desagradable sabor y la poca variedad en los menús, motivo suficiente para que el soldado dejara la comida a mitad de camino dejando incompleta su ingesta diaria.  

Los hábitos de alimentación desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial fueron cambiando a un ritmo acelerado y las preferencias por otros tipos de comidas (linkear con la nota sobre la historia del fase food)) originaron en las nuevas generaciones nuevas exigencias.

El ejército norteamericano durante la guerra de Vietnam incrementó la incorporación de soldados de distintas razas, creencias y hábitos alimenticios lo que motivó al Departamento de Defensa a ampliar y diversificar los menús respetando las condiciones particulares de los combatientes. 

UNA RACIÓN DIFÍCIL DE DIGERIR

TAPA LIBRO DE COCINA

El Brigadier General  Walter S. McIlhenny, hijo del  presidente de la McIlhenny Company fabricante de la famosa salsa picante Tabasco, se había familiarizado durante la Segunda Guerra Mundial con la provisión de las raciones C y tuvo la idea de editar en 1966 un recetario en clave de humor (para hacer las cosas más llevaderas durante la guerra de Vietnam) conocido como Charley Ration Cookbook, un folleto de cocina compuesto de 10 páginas con recetas en las que se empleaba la salsa de tabasco para disimular el verdadero sabor de los alimentos enlatados de las raciones C. El envío a los soldados se hizo en un envase de metal que contenía una botella de tabasco alrededor de la cual estaba enroscado el recetario con el agregado de un puñado de abrelatas P38.

 En 1984 editó un segundo recetario de carácter oficioso que iba adosado a millares de botellas de esta salsa picante rumbo a cuarteles y acantonamientos para que los soldados acompañaran con Tabasco las raciones MRE en vista de que los menús que la componían no eran precisamente una obra maestra del arte culinario y por ende, difícilmente digeribles. Lo que no está claro es si esta donación de millares de botellitas de Tabasco la hizo con un afán netamente altruista o realmente se escondía detrás  un interés comercial apoyado por esta campaña de marketing directo.

 

SOLDADO CARGANDO UNA BOLSA FRH 

Las raciones MRE tenían como primordial condición la de reducir drásticamente su peso, volumen y aumentar los valores nutricionales y energéticos lo que dio motivo para crear un nuevo método para calentar las comidas y bebidas denominado FRH (Flaméeles Ration Heater) en reemplazo de los calentadores de combustible sólido.

El FRH es un ingenioso sistema de calentamiento por  acción exotérmica, reacción entre sus componentes de magnesio y hierro por adición de agua, que produce temperaturas de aproximadamente 80º C suficiente como para calentar rápidamente los alimentos liofilizados contenidos en bolsas que se introducen en la bolsa mayor  FRH.

Una ración MRE contiene un plato principal, un segundo, pan, postre, bebida y un calentador FRH en tanto que los accesorios son muy similares a los utilizados durante la Segunda Guerra Mundial a excepción del P 38, el famoso abrelatas plegable que ya no se emplea debido a que todos los preparados están empaquetados en bolsas especiales de las que solo hay que tirar de la parte superior para abrirla.

Uno de los puntos críticos al comienzo del empleo de estas raciones fue la escasa cantidad de fibra que contenían los alimentos  motivo para que los soldados rebautizaran a la MRE como “Meal, Refusing to Exit” (Comida Negarse a Salir) en tanto que algunos sostenían  que  las raciones eran incomibles, designándola con el nombre de “Meal Rejected by de Enemy” (Comida rechazada por el enemigo) o “Los cuatro dedos de la muerte” a las raciones que contenían 4 salchichas.

Desde 1994 la variedad ha ido en aumento en materia de menús llegando a 24 platos diferentes. En el 2006, se eliminó el recipiente de bebidas o vasos para ser reemplazo por “bolsas de bebidas” o Beverage Bags las que contienen productos deshidratados y solos se les añade agua para ser ingeridos inmediatamente o calentados por el sistema FRH.

Sin embargo lo que todavía no han logrado solucionar  las autoridades militares y científicas, es que el combatiente consuma la totalidad de las raciones provistas calculadas en alrededor de 4200 Kilocalorías, consumo estimado de un soldado en actividad de combate y que al ingerir menor cantidad de la prevista, se encuentre en un balance negativo de energía. Esto hace suponer que, o bien no se ha llegado a satisfacer las preferencias de muchos soldados en materia de palatabilidad o que un problema de stress  causado por las nuevas condiciones de combate quiten el hambre.

Además, debido a nuevas modalidades operativas, se están investigando variantes del MRE para que sus componentes puedan ser digeridos durante la marcha evitando las detenciones para su preparación. En el fondo no dejan de ser los mismos principios del ejército napoleónico o de los tercios españoles en la guerra de Flandes donde lo importante era el tiempo, factor fundamental para ganarle de mano al enemigo o tomarlo por sorpresa por lo que  no había tiempo para acampar y preparar comidas.

En un principio se habían impuesto una serie de normas técnicas muy estrictas para las raciones MRE algunas de las cuales fueron modificadas más tarde. El envasado debía soportar caídas desde 380 metros en paracaídas o desde 30 metros sin él; el máximo de vida útil de estos paquetes oscilaba entre los  3 y 5 años a una  temperatura de 21º C o 6 meses a 38º C. Los alimentos debían contener en conjunto 2800 a 3200 Calorías, de  50 a 54%  de carbohidratos y 16 hasta el 17% de proteínas; el embalaje camuflado no debía pesar más de  una libra (0.545 gr.) y  su tamaño no debía exceder el de un MCI (Meal Combat Individual)

 El MRE estaba compuesto originalmente de 12 menús consistentes en 39 productos de los cuales una parte era provista por organismos fabriles estatales y otros por empresas privadas en tanto que se tercerizaba su embalaje.

Así como después de finalizada la guerra de Malvinas se llegaron a vender  en algunos kioscos en el  sur de Argentina los chocolates que estaban destinados a la alimentación de los soldados y que nunca llegaron a sus manos,   las raciones MRE han generado un negocio paralelo que es su reventa a través de Internet. Durante el fenómeno originado por el huracán Katrina en  Florida, Bahamas, Luisiana y Mississippi, se distribuyeron entre la población, raciones MRE que luego aparecieron en los remates de E Bay a un precio inferior al que pagaba el ejército de los Estados Unidos a sus proveedores.  Esto provocó  un debate acerca de una supuesta comercialización ilegal dado que no existe hasta el momento, ninguna legislación que prohíba su venta fuera del ámbito militar.

OTRAS ALTERNATIVAS 

Manteniendo el tradicional  concepto de raciones para grupos,  subsiste en  el ejército de los EE.UU. como ya hemos mencionado, la ración  A  compuesta de  alimentos frescos en caso de contar con refrigeración, cocinados y servidos por personal para el caso en que los soldados puedan reunirse a comer en forma mancomunada en  una cocina central de campaña o de cuartel; Ración B, integrada por productos deshidratados y enlatados que no necesitan refrigeración y la  Ración  T, menús enlatados para ser calentados con el sistema FRH de calor exotérmico.

Las  raciones individuales MRE (Meal, Ready  to  Eat) ya descripta y la GTW, (Go To War Ration) ración de respaldo para situaciones de emergencia, son las denominadas raciones individuales para ser consumidas en los escenarios de batalla donde no es posible hacerlo en grupos.

Las raciones RLW-30 (Ration Lightweight) denominadas de racionamiento restringido, están compuestas por alimentos deshidratados de alto contenido energético para operaciones de hasta 30 días; LRP (Long Range Patrol) para asalto inicial con una duración menor de 10 días compuestas de alimentos precocidos deshidratados; la ración GP-1 (General Purpose Improved) de supervivencia, para uso de 5 días consecutivos que contiene 6 barras comprimidas integradas por  una azúcar, dos de cereales y tres de galletitas dulces, y finalmente la ración de combate FSR (First Strike Ration), una ración compacta de consumo durante la marcha cuya ingesta se hace sin detenerse y diseñada para un período no mayor de tres días de combate intenso y rápida movilidad.

Una ración FSR ocupa un 50% menos de espacio que las MRE normales y proveen 2900 Kilocalorías integradas con 15% de proteínas, 53% hidratos de carbono y 34% de grasas y su contenido lo componen  sándwiches rellenos de atún o pollo, bebidas energéticas en polvo, barras de cereales, leche enriquecida con calcio, carne liofilizada, salsa de manzana fortificada, nueces, goma de mascar de cafeína y complementos.

Las denominadas raciones especiales como la ración RCW (Ration Cold Weather) para condiciones extremadamente frías están  integradas por alimentos secos cocidos con el agregado de dos bolsas con raciones para 24 horas y por último, la T Cold Weather (tiempo frío) que incluye un suplemento de 1200 kilocalorías por comida, pan, sopa, bebida, galletas y dulces.  

TODOS JUNTOS A LA MESA

COMIDA RUSHM 

 Otra manera de sustituir la antigua cocina de campaña es empleando la Unidad Remota de Calentamiento de Comida RUSHM (Remote Unit Self Heating Meal)  que viene dentro de una caja de cartón cuyo contenido puede ser calentado en lugares abiertos. Cada caja está provista de golosinas en barra, bolsas de bebidas ( que eliminan los vasos y ocupan menos lugar), cucharas, servilletas, sal, pimienta, salsa picante y bandejas con comidas preparadas y listas para ser calentadas por el sistema exotérmico colocado debajo de cada una que se pone en funcionamiento al activar una lengüeta de plástico que rompe una bolsa de agua en cada nivel para dar comienzo  al proceso de calentamiento levantando temperaturas de más de 60º C entre  30 y 45 minutos. 

Cada caja de 40 libras (18 Kg.) contiene 4 bandejas de material polímero (plástico biodegradable)   con comida de 6 libras (2,70 Kg.) cada una que luego de ser calentadas se reparten sobre las bandejas que acompañan el pack para cada soldado. 

ALIMENTACIÓN EN EJÉRCITOS ACTUALES 

Para los  ejércitos, cada hombre  tiene un enorme valor material y potencial que es necesario cuidar porque además de su difícil reemplazo, ha requerido una inversión de alto coste para su instrucción, equipamiento y mantenimiento, razón suficiente para ofrecerle desde el punto de vista nutricional un alimento diversificado de buena calidad tratando de mantener en lo posible su hábitos alimenticios.

En la actualidad casi todos los ejércitos emplean una ración similar al MRE con lógicas variantes que derivan de sus presupuestos, hábitos alimenticios y posibilidades de producción, pero como hemos visto, son los EE.UU. quienes llevan la delantera en la investigación de raciones de combate diseñados para cada situación.

Desde 1955, año en que se integró a la OTAN, el ejército Alemán tiene en la ciudad de Koblenz, su propio centro de investigación bajo el nombre de Bundesamt Für Wehrtechnik und Beschaffung (Oficina federal para técnicas de defensa y suministro) en el que se estudia y perfecciona permanentemente los hábitos alimenticios de los soldados según las condiciones y terrenos en los que desarrollan sus actividades.

Su ración individual de combate lleva las siglas Epa, Einmannpackung (Paquete para un solo hombre) que como dato curioso, en los primeros años de producción de estas raciones, llegaron a instalarse pequeñas tiendas de venta al público para ofrecer a la población civil y a muy bajo precio los excedentes de producción de estos alimentos antes de que caducaran.  En los años 50 corría el rumor, a raíz de la “Guerra Fría”, que Alemania poseía grandes depósitos de provisiones para abastecer a la población  ante un posible ataque nuclear por parte de la Unión Soviética y que periódicamente debía ser renovado  por lo que salían a la venta pública ante la caducidad, siendo muy probable que las primitivas raciones de combate Epa hayan constituido gran parte de ese arsenal alimentario.

 Actualmente las Epa no solo son distribuidas entre los soldados en actividad sino también entre la población civil, sobre todo en aquellos lugares donde el ejército alemán presta su colaboración dentro de los organismos internacionales abasteciendo las  zonas de desastre como el ocurrido con el  huracán Katrina, a la que se enviaron  20.000 raciones que luego no fueron utilizadas. 

Entre los alimentos que componen la Epa, sigue figurando la famosa Erbwurst elaborada por Knorr a fines del siglo XIX  además del pan de centeno cortado en rodajas y envasado en latas, queso untable, mermelada de grosellas, salchichas con guiso de lentejas -también enlatado- y calentado mediante un infiernillo y otros menús típicos de la cocina alemana.

Otro país que da mucha importancia a la alimentación de sus soldados es Canadá que realiza periódicamente testeos entre sus mismos integrantes que deben evaluar en un riguroso examen, el sabor, aroma, aspecto y envasado de las raciones  de combate organizado  por el National Combat Rations Program (NCRP).

Analizando las preparaciones  propuestas sorprende la calidad  y variedad de los menús  que componen el IMP Individual Meal Pack (Paquete de alimento individual), entre los que se destacan un Filete de salmón natural con puré de patatas instantáneo; fideos con pollo,  Omelet con salsa para el desayuno, cereales, pan liofilizado, jalea y zumo de peras en polvo.

También el ejército inglés provee en su ORP Operacional Ration Pack (Paquete de ración operacional), para propósitos generales,  menús acorde con sus hábitos alimenticios compuestos en algún caso de salchichas con judías para el desayuno, sopa de crema de pollo, cerdo a la cacerola, Corned Beef guisado con salsa de tomate o puding con salsa de caramelo además de los componentes comunes en todas las raciones militares como aderezos, café, chocolate en polvo, cuchara, servilletas, etc.

Los franceses por supuesto no se quedan atrás e incluyen en los 14 menús de sus raciones de combate RCIR Ration de combat individuelle rechauffable (Ración individual de Combate para Calentar), preparaciones tales como navarín d´agneau (cordero con patatas y hortalizas) liofilizado al igual que un preparado de saumon au riz et légumes (salmón con arroz y legumbres) o un sauté de lapin (salteado de conejo).

Atún con arroz se encuentra en una de las raciones de combate del ejército Japonés que al igual que el chino, con sus fideos con verdura y salsa picante, emplean el método de calentamiento exotérmico.

Los italianos en una de sus RVSC Razione Viveri Speciali da Combattimento (Ración de provisión especial para combate), calientan sobre un infiernillo su minestrone di verdure, carne bovina in gelatina o unos tortellini al ragu y de postre, ensalada de frutas.

Las bolsas de ración individual de combate (IRP-P) de la Federación Rusa, venían en una época profusamente ilustradas a diferencia de los demás países que son absolutamente austeras en su presentación, recordando con imágenes en blanco y negro, con letras  y ribetes en colores, a figuras militares y combatientes de la segunda guerra mundial. Su contenido no ofrecía las “delicatessen” de otros ejércitos conformándose con carne guisada, chorizo o paté de hígado y seguían manteniendo su infiernillo con pastillas de combustible sólido y un abrelatas plegable.

En tanto que el soldado español, manteniendo el prestigio de su buena cocina, calienta sobre un infiernillo el menú número 2 compuesto de  Callos a la Madrileña, Sopa de pollo con pasta instantánea agregando a su ración una lata de calamares en su tinta.

El sistema de calentamiento exotérmico y  el envasado en sobres térmicos se está extendiendo paulatinamente a todos los ejércitos del mundo de manera que cada vez se come con menos bandejas sacando del interior de esas bolsas con una cuchara de mango largo, los platos ya precocidos o liofilizados en tanto que para beber, el soldado solo ha de mezclar agua con el zumo en polvo que está dentro de un sobre del cual bebe y el resto lo conserva presionando sobre su cierre plástico hermético. 

QUE NOS ESPERA EN EL FUTURO 

DOCTOR GERALD DARSCH  (Fotografía de  Juan R. Meléndez, Jr.)  

Mucha gente ignora lo cerca que estamos de aquellas historias de ciencia ficción que vemos a menudo en el cine donde los futuros soldados emplean armas láser, extraños uniformes como el  Exoskeleton sobre el cual está inspirado Iron Mann o Robocop; el Big Dog, una mula robot para transporte de carga  o sofisticados microprocesadores capaces de actuar sobre distintas áreas del cerebro humano, todas ellas desarrolladas por DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency ) Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa de los Estados Unidos.

Muchos trabajos similares se llevan también a cabo en  el United States Army Soldier Systems Center  (Centro de sistemas del soldado de la armada de los Estados Unidos) dependiente del Departamento de Defensa, un complejo de investigación militar que ya fue mencionado anteriormente, en cuyas instalaciones  de Natick, Massachussets, funciona un departamento destinado al estudio de la  alimentación de las tropas en el que médicos, nutricionistas, físicos y químicos trabajan mancomunadamente para proponer e investigar distintos tipos de alimentos en base a las cambiantes condiciones de combate a la que se enfrentan permanentemente los soldados.

Uno de los programas sobre el futuro de la alimentación en combate, dirigido por el Dr. Gerald Darsch director del proyecto,  consiste en suministrar al soldado nutrientes mediante la aplicación de un parche transdérmico sobre un brazo, similar al empleado para fines anticonceptivos o para dejar de fumar. Si bien el producto se encuentra en la fase conceptual, el objetivo es llegar a proveer de vitaminas y alimentos necesarios para el cuerpo humano cuando se encuentre bajo condiciones extremas o de alta intensidad de combate en las cuales el soldado no pueda alimentarse debidamente. Se prevé suministrarle mediante este sistema suficientes nutrientes para uno o dos días hasta que tenga acceso a una alimentación normal adecuada.

El Dr. Darsch explicó también que los ingredientes que compondrían los mencionados parches transdérmicos tendrán compuestos químicos que envíen información al cerebro del soldado para informarle que su estómago está lleno. Un paso más adelante lo daría la inserción de un procesador en un microchip cuyos sensores registrarían los requisitos metabólicos del soldado y de acuerdo a esa información, activaría un sistema micro eléctrico mecánico para enviar los nutrientes a través de los poros de la piel abiertos  por impulsos eléctricos o por microdiálisis, bombeando los alimentos directamente a los capilares para entrar en el torrente sanguíneo. Otra posibilidad sería la de enviar alimentos encapsulados a través de la piel.

Del campo militar también sería posible trasladarlo al campo civil en ámbitos de trabajo agotador como el de la minería, plantas de extracción de petróleo, bomberos, incluso para los astronautas durante sus maniobras de reparaciones en el exterior  de las estaciones espaciales.

Ante la pregunta de que si todo esto no es más que una expresión de deseo, la respuesta del Dr. Darsch es categórica: “La mejor manera de predecir el futuro es inventarlo”.

En el centro de investigaciones militares de Natick ya han recibido  ofertas de ayuda e inversiones de varias compañías interesadas en este proyecto para comenzar su exploración.

FINAL 

En la actualidad los gobiernos tras la experiencia recogida a lo largo de dos guerras mundiales y muchos conflictos puntuales son conscientes de que ya no es posible reclutar hombres como en épocas pasadas aludiendo al patriotismo como motivo de lucha para defender determinados ideales.

Las condiciones sociales y políticas de casi seis décadas han generado profundos cambios de mentalidad en una sociedad que asiste con creciente preocupación a la caótica situación mundial que genera violencia y conflictos armados teniendo como beneficiarios a las enormes corporaciones financieras sobre cuyos edificios no flamea la bandera representativa de un país, sino la divisa de las grandes empresas multinacionales.

Sin embargo este panorama desemboca en una situación paradójica y absurda cuando se constata que los interesados en buscar soluciones a los grandes problemas de las guerras, son al mismo tiempo los que la generan.

Solo basta echar una mirada a los centros de producción de alimentos para descubrir que son una parte del engranaje de un complejo mecanismo financiero que abastece a los dos bandos, el de la paz y el de la guerra. Es la misma absurda dualidad del capellán del ejército  implorando  a Dios aniquilar al enemigo.

Aunque el deseo de paz estuviera presente en la voluntad de todos los seres humanos, la realidad nos indica que solo se trata de una ilusión porque paradójicamente de la guerra  se alimentan  millones de personas que seguramente no están de acuerdo con ella.

Sin guerra no habría investigación científica militar cuyos avances en poco tiempo terminan beneficiando el terreno civil (comunicaciones, medicina, alimentación, tecnología).

Sin guerra los centros de producción tardarían años en reconvertirse para generar nuevas fuentes de trabajo.

¿Que destino habría que dar a miles de hombres cuya única ocupación es la de guerrear?

Si bien es cierto que la humanidad  ha evolucionado en muchísimos aspectos, el tema de la guerra sigue siendo una materia pendiente. 

¡La paz parece, a veces, una meta verdaderamente inalcanzable! (Palabras de SS Juan Pablo II para la Jornada Mundial por la Paz 1994)

 

Fuentes:

·         Department of the Army
U.S. Army Research Institute of Environmental Medicine
Natick, Massachusetts

      Executive Research Project RS1

            Subsistence Meal Ready to Eat (MRE)

            U.S. Army. 1993 

  • U.S. Army Soldier Systems Center public affaire

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