Caminos, comercio y mercados de los pueblos Muiscas de Colombia en el siglo XVI

Cecilia Restrepo Manrique
Noviembre 2006

Referencia del libro de Carl Henrik LANGEBAEK titulado "Mercados, poblamiento e integración étnica entre los Muiscas. Siglo XVI", edición del Banco de la República.1987. Bogotá. 

El libro trata de la comunidad Muiscas y sus recursos naturales del siglo XVI, explica de qué manera explotaban estos recursos, cómo se autoabastecían a través de la agricultura, la cacería y la pesca, cuales eran sus productos de intercambio, así como, sus rutas comerciales. Analiza, entonces esta circulación de productos que realizaban los indígenas en su propio terreno y con los vecinos para adquirir lo necesario en su manutención. La información  fue obtenida a través de los testimonios de “visitas” después de la conquista, documentos en los que los datos no son muy específicos ni completos. 

Descripción del grupo Muisca

La comunidad Muisca  pertenecía al grupo lingüístico denominado Chibcha, tenía un alto nivel de organización social y política en comparación con otras comunidades de  la región. Los Muiscas estaban localizados en la Sabana, los valles interandinos fríos y las tierras cercanas a la cordillera Oriental, abarcando un territorio desde el páramo de Sumapaz, al sur, hasta el valle de Chicamocha al norte. Su organización se basaba en confederaciones de caciques que correspondía a un alto rango de dominación territorial. 

El medio ambiente de los Andes era rico en nichos y recursos naturales los cuales eran explotados por sus habitantes, existía gran variedad de climas, tierras, temperaturas, flora y fauna. Su patrón de asentamiento de aldeas separadas y viviendas dispersas, les permitía desplazarse por las diferentes zonas y tener acceso a sus riquezas. 

El patrón denominado “pisos térmicos” era el utilizado por los indígenas, esto les concedía el poder sembrar en diferentes climas sus productos, de esta forma cuando la cosecha en un sitio no era posible recurrían a otra región donde la obtenían buena. Este control de pisos térmicos de los muiscas “sugiere el desplazamiento de indígenas sobre distancias relativamente reducidas[1], aunque no se descarta la posibilidad de viajes más lejanos, por lo que existirían rutas y caminos, no sólo para llegar a sus labranzas sino para comerciar con sus vecinos. 

Circulación de productos 

Para referirse a la circulación de productos es necesario revisar la “tributación”. El tributo consistía en dar un producto a quien se consideraba su cacique en reconocimiento de su autoridad y poder. El fin del tributo por parte del cacique era redistribuirlo entre su comunidad de acuerdo a los requerimientos. Los productos del tributo eran muy variados, entre éstos figuraban comestibles como maíz, turmas, pescados y carne de venado.

A la llegada de los conquistadores, la principal actividad económica de los muiscas era la agricultura, ellos disponían de técnicas y herramientas adecuadas para esta labor según sus necesidades. Se conocen las terrazas de cultivo, los camellones, las zanjas de desagüe en terrenos planos para evitar las inundaciones y posiblemente técnicas de irrigación. 

Algunos productos agrícolas muiscas fueron el maíz, el cual se podía sembrar en clima frío o templado, los tubérculos como  la papa cuyas sementeras se encontraban en tierras frías al igual que los cubios, las hibias, chuguas o ullucos de los páramos, la batata y la yuca también pertenecientes a la familia de los tubérculos pero que se producían en tierra templada, otros como  los fríjoles, y los árboles frutales de guayabas y pitahayas. 

El intercambio de productos agrícolas se dio entre los muiscas especialmente con los de su mismo grupo lingüístico, “los chibchas” y en otras ocasiones con vecinos de otras tribus, este intercambio surgía cuando sus cosechas eran quemadas por las heladas o por algún fenómeno natural, estos intercambios consistían en sal por turmas y maíz; vasijas de barro por maíz o algodón y oro por maíz, sal y papas. 

Los Mercados

Una representación tangible del intercambio la  vemos en los mercados, los mercados corroboraban  esta economía de subsistencia con sobrantes para comerciar, estos sitios se convirtieron en el lugar de encuentro de las diferentes étnias que acudían para intercambiar o hacer trueque de unos productos por otros y así satisfacer sus debilidades en cuanto a aprovisionamiento. En estos mercados, que funcionaban en lugares y dias específicos se encontraban diversos elementos  propios del clima y la tierra de origen. Existían también, los mercados especializados como era el de la sal, el de la coca  y el de las mantas de algodón. Los nativos recorrían largos caminos para llegar a su destino y obtener el producto deseado. 

Para determinar “el precio” del intercambio se tenían en cuenta ciertas normas:

-         la calidad, esto se refería por ejemplo al mercado de las mantas, su valor crecía de acuerdo con el tamaño de la manta y el tipo de algodón usado,

-         el transporte, dependía de la distancia que tenía que recorrer para conseguir el producto, es el caso de la sal, en los lugares donde abundaba la sal se conseguía más barata que en otros sitios lejanos.

-         la oferta y la demanda, se refiere a comestibles o productos que se traían desde muy lejos pero que su consumo no era popular, se puede decir que se trataba de artículos exóticos. 

No se ha podido determinar  el volumen de estos intercambios, sin embargo la presencia de estos centros de mercado, como ya se mencionó, refleja la confluencia de los nativos a ciertos sitios a negociar su mercancía, no obstante se cree que era pequeño, pues existían ciertos impedimentos para una fluidez de dichas plazas. La falta de moneda era uno de ellos, ya que, para efectuar el trueque debía haber un interés mutuo entre los productos en cuestión, lo cual no siempre se daba. Nuevamente el transporte era un inconveniente, ya que, por un lado, no contaban con bestias para llevar una considerable cantidad de productos de un lugar a otro, por tanto  lo máximo que se podía llevar era una carga y con eso cambiar lo equivalente, y por otro lado los trechos variaban, cuando eran cerca no había problema pero si se trataba de un pueblo a varios kilómetros de distancia se necesitaban dos o tres dias para llegar caminando, lo que lleva a pensar que tuvieran rutas y caminos más cortos para llegar a sus destinos. 

Repasando a los cronistas, se encuentran algunas frases alusivas a este tema: “una carretera que tendrá como cien leguas de longitud, muy ancho y con sus valladeras” (Piedrahita); “desde él muchos caminos y cortos para poder entrar en los llanos” (Simón) “Un caminillo angosto de indios donde están incadas unas piedras” (Ibarra)[2], aunque los trabajos arqueológicos no evidencian la existencia de estas trochas. 

Según lo que indican los documentos del Archivo, los muiscas no se alejaban mucho de su territorio, se suplían con intermediarios para hacer llegar sus manufacturas a otros cacicazgos y étnias a través de rutas “comerciales”:

-         con el occidente los Muiscas se proveían de oro y algodón, bajando por la cordillera occidental, lo cambiaban por “textiles, cerámicas, tubérculos de altura y sal”.[3] Debido a la situación del territorio Muisca, cerca de las cordilleras (Oriental, central y occidental) permitía a los indígenas desplazarse relativamente fácil y relacionarse con otras étnias, donde el trueque de productos alimenticios era habitual.

-         El río Magdalena y otros, funcionaron como un medio de comunicación eficiente y fueron la vía hacia el norte y oriente .

-         Por el lado Oriental estaban los Llanos donde se encontraron restos de productos muiscas, igualmente en el altiplano se conseguían, según los documentos, comestibles como la miel, el pescado, el maíz y aves así como artefactos para comer como el totumo.

-         Por el sur no se ha encontrado mucha información.

-         La ruta de la sal puede ser consultada en nuestra página. 

Se puede concluir que los mercados con su consiguiente intercambio, jugaron un papel importante en la economía indígena, donde no sólo se trocaban productos comestibles sino otra clase de géneros en su mayoría suntuarios para realizar sus ritos y prácticas religiosas. Los nativos tenían una economía autosuficiente por su adecuado uso de la tierra, su cuidado con el ecosistema y su aprovechamiento de las posibilidades que les brindaban los recursos naturales, por consiguiente esta actividad era  para afianzar lazos con sus vecinos más que para sobrevivir. 


[1] Langeabaek, 1987, pp:44

[2] pp 132

[3] pp 141

Salir de este artículo