La cerveza en México

Estudio de Martha Delfín Guillaumin
Agosto
2010
 

 

 

                          


Receta farmacéutica que incluye el uso de cerveza.
Escritura sumeria cuneiforme, cultura mesopotámica
[1]

                                                                                      

Hablar de la cerveza[2] en México es tratar de un tema muy apetecible; sin embargo, a pesar de que actualmente es una bebida muy importante en el consumo popular, hay que tener en cuenta que la producción de cerveza en México se dio en forma consistente desde finales del siglo XIX en épocas del gobierno de Porfirio Díaz. Durante el período virreinal, ¿se bebía cerveza en México?, ¿se producía y se consumía cerveza en la colonia? Para tratar de contestar a estas preguntas haré una breve mención de lo que se acostumbraba beber en México en tiempos remotos.

                                                                                      

Antes de la llegada de los españoles a territorio mexicano, las bebidas elaboradas por los indígenas eran hechas de distintos frutos como la piña o la guayaba, por ejemplo, pero también se empleaba el agave para producir pulque (octli en náhuatl), es decir, una bebida fermentada que se usaba en los rituales en Mesoamérica. Asimismo, se producían otros brebajes alcohólicos como la chicha de maíz, mejor conocida en el norte de México como tesgüino. Hasta la fecha se sigue elaborando agua fermentada de tuna de nopal llamada colonche. Otro líquido fermentado importante es el sotol (agavácea) en el Estado de Chihuahua. Una bebida que hasta nuestros días se usa como refresco es el pozol:

 

El pozol es maíz molido y fermentado que al ser diluido con agua produce una suspensión blanca que se consume como bebida refrescante y nutritiva. Se puede agregar a la bebida sal y chile molido, azúcar o miel según el gusto o los fines a que se destine.

El pozol se consume durante las comidas o como refresco a cualquier hora del día. Los indígenas de Chiapas o de otros estados del Sureste lo llevan como provisión antes de emprender un viaje o antes de iniciar su jornada de trabajo.[3]

 


Mezcal oaxaqueño

El pulque dejó de tener un consumo restringido ritual y se convirtió durante el virreinato en una bebida popular, pero, además de ir a embriagarse a las pulquerías, también se acostumbraba tomar pulque con moderación en las casas “decentes” a la hora de la comida. Otro líquido importante hasta la fecha es el agua de horchata (hecha con semillas de melón o con arroz), de tamarindo, de jamaica, de naranja y de limón con chía. El melón, la flor de jamaica, también llamada rosa de Abisinia, el arroz, el tamarindo, la naranja y el limón fueron traídos por los españoles, pero rápidamente se convirtieron en ingredientes de refrescos muy disfrutados, las llamadas aguas frescas. Además del pulque, la gente en el México colonial saboreaba -y continúa saboreando- el mezcal, una bebida aguardentosa de maguey fermentado y destilado. En el siglo XVI los indígenas empezaron a preparar el tequila, también de agave fermentado y destilado con los alambiques que trajeron los europeos. Los aguardientes de caña de azúcar (traída por los españoles)[4] también se convirtieron en bebidas alcohólicas sumamente disfrutadas por los campesinos indígenas y las clases populares citadinas. Sí llegó a producirse cerveza en el período virreinal, pero no se dieron las condiciones para que fuera aceptada como una bebida popular.

 

La primera concesión real ofrecida por la Corona Española para establecer una cervecería en territorio nacional, le fue otorgada a don Alonso de Herrera en permiso fechado el 12 de diciembre de 1543. Este primer centro productor estaba localizado en la población de Amecameca, [actual] Estado de México, próximo al denominado Paso de Cortés.


Con una caldera como equipo y limitado en el abastecimiento de cebada y trigo, testificó don Alonso de Herrera en 1544 que su brasería (del francés brasserie, cervecería), tenía un alto costo de producción, por lo cual la vendía a ocho reales la arroba.


Sin embargo, la acogida que los españoles e indígenas le dieron en sustitución de las bebidas fermentadas locales, harían que el visionario Herrera proyectara la ampliación de la pequeña fábrica y planteara incrementar las cosechas de cebada y trigo.


A pesar de lo promisorio del arranque, se gravó un fuerte impuesto a la bebida, lo que aunado a las disposiciones reales de cerrar las fronteras y limitar las actividades económicas en las colonias para proteger los mercados ya establecidos en Europa, privó al Continente Americano en las zonas de dominio español, del establecimiento de más centros de producción cervecera. Esto provocó el incremento de las importaciones de cerveza española y europea.


Transcurrido el Virreinato, nuevas perspectivas sociales y económicas propiciaron el auge de la producción de cerveza en el México Independiente. Desde este momento y hasta 1890, la producción de cerveza se fue generando con un promisorio futuro.
[5]


Cervecería Cuauhtémoc[10]

 

En el siglo XX, la introducción de los refrescos de soda, las gaseosas, transformó el consumo de bebidas en México. A esto hay que sumar que durante el porfiriato, a fines del siglo XIX, se empezó a producir cerveza en México y su consumo se volvió parte de las costumbres civilizadas de la época,[6] el pueblo de cualquier modo adoptó a esta bebida burbujeante.

 

En México, la moderna industria cervecera nació el 8 de noviembre de 1890, con la fundación de la fábrica de Hielo y Cerveza Cuauhtémoc en Monterrey, N. L., origen de lo que es hoy Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma. Aquella fábrica fue el fruto de la visión de don Isaac Garza y don José Calderón, quienes compartieron desde años atrás el trabajo y el impulso emprendedor. En la junta directiva, encabezada por don Isaac Garza, estuvieron también don José A. Muguerza, don Joseph M. Schnaider y el Lic. Francisco Sada Gómez.[7]

 

La cerveza mexicana es muy sabrosa, tiene fama internacional. En la actualidad es una bebida obligada en los festejos, también se disfruta a la hora de una comida familiar en fin de semana. Sin embargo, su alto consumo también caracteriza a las personas que gozan de más de este brebaje. Es muy apreciada por el pueblo en general. En suma, sabe muy rica. Pruébese un “Submarino” que consiste en colocar un caballito[8] lleno de tequila dado vuelta en un tarro al que se le vierte cerveza. ¡Salud!

 


Envases de cerveza mexicana[9]

 

 

 


 

[1]  Samuel Noah Kramer, La cuna de la civilización, Madrid, Time Life Books B.V., 1981, p. 135.

[2] “Cerveza - Bebida alcohólica hecha con granos germinados de cebada u otros cereales fermentados en agua, y aromatizada con lúpulo, boj, casia, etc.”, información proporcionada por nuestra compañera Cecilia Restrepo que la tomó de La palabra del día el 21 de marzo de 2006.

[4] Carlos Azcoytia Luque, Historia de la cocina occidental, Madrid, adamaRamada ediciones, 2004, p. 88 y siguientes.

[5] Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, http://www.ccm.com.mx/ (Consultado el 14 de agosto de 2010). Lo señalado entre corchetes es mío.

[6] Actualmente la producción y el consumo de vino se ha vuelto más general en México. Por ejemplo,  hay bodegas de vino como en Parras, Coahuila. Véase nuestro artículo http://www.historiacocina.com/paises/articulos/parras.htm

[7] Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, http://www.ccm.com.mx/ (Consultado el 14 de agosto de 2010)

[8] En México se le llama caballito al vaso pequeño tequilero.

[9] Fotografías digitales tomadas por Martha Delfín para este artículo.

[10] Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, http://www.ccm.com.mx/ (Consultado el 14 de agosto de 2010)

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