Historias gastronómicas de Argentina. La mesa de Santiago de Liniers: siete días de comilonas

 Estudio de Roberto L. Elissalde
Mayo 2009
  

Raymond Aignasse fue un francés que llegó a Buenos Aires antes de 1791. Se dedicó a la gastronomía y fue propietario de un negocio de café ubicado en la esquina de las actuales calles Reconquista y Perón, frente a la iglesia de la Merced, que tenía dos billares y permaneció abierto durante las invasiones inglesas. A poco de estar en la ciudad, castellanizó su nombre por el de Ramón, pero fue conocido como “Musiú Ramón”, y él seguramente lo utilizaba como una forma de mostrar las calidades de la cocina francesa. Aventajado en el tema de la publicidad en el Telégrafo Mercantil hizo conocer las ventajas de su negocio por medio de este aviso: En el café de M. Ramón, frente al convento de la Merced, se venden diferentes salsas inglesas embotelladas a razón de 5 reales la botella y por docena a 6 pesos fuertes. Dichas salsas son de muy delicado gusto y se usan para condimentar algún guisado, pero especialidad a todo pescado[1].

Por la justa fama que había adquirido el general Beresford lo contrató para que atendiera su mesa durante el tiempo en que ocupó la ciudad[2]. Claro que expulsados los ingleses don Santiago de Liniers, se instaló en el Fuerte y decidió no cambiar de cocinero. 

Claro que quien se debió sorprender fue el Cabildo cuando don Ramón le hizo llegar la cuenta de lo gastado para dar de comer al señor general reconquistador durante siete días desde el 13 al 19 de agosto pasado”.

Para dar una idea de lo que se consumió en la mesa de Liniers, vamos a detallar las provisiones que día a día envió Aignasse a la Fortaleza.

Día 13. 2 jamones, tocino, chorizos,  manteca, huevos, pescado, cordero, verduras, gallinas, vasos, queso, arroz, chocolate, café, carbón, pasas y nueces, harina, patos,  perdices, pavos, candeleros de barro, vinagre, azúcar, pimienta, escobas y garbanzos,  mantequilla, velas, agua, carne, lengua y lomo, leche.

Día 14. Mandados, carnero y patas, pavo, pato, pichones, perdiz, tocino, verduras, criadillas, garbanzos y sal, chorizos y lengua, 2 cuchillos, limones y papel, postres, azúcar, café, licor, carbón, velas, carnes, pollos, leche.

Día 15. Carne, carnero, pavo, pichones. becarinas, patos, criadillas y patas, verduras, pescado, manteca, aceite, alcachofas, velas, postres, café, azúcar, chorizos y garbanzos, leche, sal, carbón, aceite y mostaza.

Día 16. Carne, carnero, gallinas, pichones, patos, becarinas, verduras, criadillas y patas, pollos, pescado, manteca y tocino, postres, leche, café, velas, azúcar y garbanzos, carbón, harina, especies y salchichón.

Día 17. Pavo, perdices, gallinas, patos, becarinas, leche, café, verduras, carbón, carne, cordero, papel y limones, postres, velas, azúcar, pollos, mantequilla, 4 damajuanas de vino, vinagre y arroz, agua.

Día 18. Carne, pollos, becarinas, patos, perdices, verduras, velas, carbón, azúcar, leche, carnero y patas, tocino y manteca, lavandera.

A esto debe agregarse que al primer cocinero se le abonaron 30 pesos, al segundo 18 pesos; a dos mozos 6 pesos, al mozo de comedor 6 pesos y la misma cifra a otros dos que lo ayudaban. Además el 19 no se asentó detalle alguno, aunque se cobró al bulto 30 pesos. El total de lo que abonó el cabildo fueron 249 pesos y ½ real[3].

El artículo más caro fue el vino que costó 38 pesos y el licor 3 pesos y 4 reales.

Es curioso en los rubros el de agua, pero la Fortaleza no contaba con un depósito de tan imprescindible elemento, recién cuando Liniers era virrey el 20 de octubre de 1808, ordenó la construcción de un aljibe[4].

Esta semana de comidas contrasta con la cena que el 12 de agosto el pulpero Domingo Pardal, sirvió a cinco sargentos veteranos del Regimiento de Voluntarios de Montevideo, por la que el Cabildo pagó 5 pesos[5].

De cualquier manera todos terminaron sin duda satisfechos.


[1] JUNTA DE HISTORIA Y NUMISMÁTICA ARGENTINA. Telégrafo Mercantil. Buenos Aires. 1914. Tomo VII. p. 540.

[2] MANUEL DÍAZ GUERRA. Hoteles, fondas y cafés. ACADEMIA DE ARTES Y CIENCIAS DE SAN ISIDRO. Los Días de Mayo. San Isidro. 1998. Tomo II. p. 139.

[3] A.G.N. Sala IX. 19-9-5. N° 46.

[4] FORTIN, JORGE L. R. Liniers. Buenos Aires. 2000. p. 22.

[5] A.G.N. Sala IX. 19-9-5.

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