Historia general y antropológica del Área Andina (monográfico)

El original del presente trabajo es de fecha enero 2004 y ha sido actualizado en las siguientes fechas: 2007, noviembre 2009, junio 2012 y diciembre de 2014

Con mucho agradecimiento para el Dr. Julio Teddy García Miranda, quien fue mi profesor de Etnohistoria del Área Andina en 1987

PRÓLOGO

Cuando empecé a escribir este texto su objetivo principal fue el de brindar a los alumnos del 5° semestre de la carrera de Etnohistoria un panorama general de las culturas precolombinas del Área Andina. La primera versión fue hecha en 2004, la segunda fue realizada en 2012 y ahora, diciembre de 2014, ofrezco la presente  Este documento contiene una serie de resúmenes elaborados por quien suscribe, bibliografía comentada de la que suelo utilizar en la clase, recomendación de sitios de internet en donde se pueden encontrar artículos recientes sobre el tema andino y diversas imágenes que ayudarán a que este escrito sea más ameno para las personas que recién se inician en el conocimiento de estos pueblos indígenas.

Cabeza clava antropomorfa

Cabeza clava antropomorfa

Representación de una cabeza clava antropomorfa de personaje con tocado y orejeras. Su procedencia, San José de Porcón, Santiago de Chuco, Región La Libertad. Actualmente, diciembre de 2014, forma parte de la colección que se expone en el Museo Arqueología, Antropología e Historia de la Universidad Nacional de Trujillo. Arql. Daniel Castillo B., Administrador Lista Arqueología de Perú,

https://www.facebook.com/ListadeArqueologiadePeru

Los trabajos de investigación arqueológica y etnográfica se han intensificado en los últimos años en los países andinos, por ejemplo, el arte rupestre en el Alto de la Guitarra. Este emplazamiento se haya ubicado, según informa el arqueólogo Daniel Castillo Benitez, en la divisoria de aguas de las cuencas de los ríos Moche y Virú en la costa norte peruana. Los petroglifos examinados -a través de la información arqueológica, el análisis iconográfico y los datos etnohistóricos sobre mitología y ritual-  muestran cómo ese sitio fue “un centro de peregrinaje de grupos costeños y serranos, que cíclicamente adoraron a entidades cosmogónicas y ancestros, en ceremonias relacionadas con las lluvias y el caudal de los ríos, abundancia de animales y calendario agrícola.” Estas reflexiones las presentó en el XVII International Rock Art Congress celebrado en Albuquerque, Estados Unidos, en mayo de 2013.

Recordemos que en el mes de agosto del 2009, en el complejo arqueológico de Huaca Rajada, en la región costeña de Lambayeque, se halló una tumba de un guerrero mochica del siglo I d. de n. e. Según el arqueólogo Walter Alba se presume que se trata de un entierro individual realizado en el siglo I después de Cristo y probablemente el personaje es un “guerrero que formaba parte de la elite del entorno de la familia de los grupos reales de Sipán”. A esto podría sumarse el hallazgo arqueológico de un tramo del Qhapaq Ñan, el camino inca, en Arequipa en marzo de este año. También el descubrimiento de los restos arqueológicos de una necrópolis que evidencia la presencia de la cultura Tiahuanaco en el Valle de Tambo, Arequipa. El periodista Jorge Malpartida informa que los arqueólogos presumen que esto obedece a que los tiahuanacos buscaban  nuevas áreas de cultivo expandiéndose en la costa sur del actual Perú .[1]

Camino incaico en Provincia de Caravelí, Arequipa

Camino incaico en Provincia de Caravelí, Arequipa

Dibujo de Silvia Sáez Delfín

Asimismo, la publicación del excelente trabajo de investigación de Federico Kauffmann Doig, Machu Picchu. Sortilegio en piedra, en 2013, ha significado un avance en el estudio de este formidable sitio arqueológico.

El arqueólogo-historiador Federico Kauffmann Doig en la presentación de su excelente libro

El arqueólogo-historiador Federico Kauffmann Doig en la presentación de su excelente libro

Otro tema que ha provocado un revuelo mundial ha sido el estudio de los restos arqueológicos de la ciudad pesquera de Caral, en la costa central peruana, puesto que ha resultado, según lo han comprobado los especialistas del tema, más antigua que las pirámides de Egipto. Al final de este documento se incluye un anexo con el comentario sobre la labor que la arqueóloga Ruth Shady ha realizado en Caral desde hace 20 años.

Ruth Shady mostrando fotografía de Caral

Ruth Shady mostrando fotografía de Caral

Periodización

Época lítica (dos criterios) 20,000 a 4,000 a. de n.e.

8,000 a 3,000 a. de n.e.

Época precerámica 3,500/3,000 a 1,300 a. de n.e.

(Arcaico)

Período formativo 1,800 a. de n.e. a 1,000 a. de n.e.

[dos criterios] 1,500/1200 a. de n.e. a 1,000 a. de n.e.

(También conocido como Primer horizonte temprano o Primeras cerámicas)

Horizonte antiguo 1,000 a. de n.e. a 400/300 a. de n.e.

Período intermedio antiguo 400/300 a. de n.e. a 600 d. de n.e.

Horizonte central 600 d. de n.e. a 1,000 d. de n.e.

Período intermedio tardío 1,000 d. de n.e. a 1,400/1,450 d. de n.e.

Horizonte tardío 1,400/1,450 d. de n.e. 1532/1533 d. de n.e.

Perspectivas del Medio Ambiente en el Sistema HídricoTITICACA-DESAGUADERO POOPÓ-SALAR DE COIPASA (TD P S) GEO Titicaca (PNUMA)

ÉPOCA LÍTICA

Para este particular puede leerse a Schobinger o a Sanders (véase bibliografía del curso)

Poblamiento en dos vertientes:

a) Recolectores-cazadores (montaña)

b) Recolectores-pescadores (costa)

Recolectores-cazadores

Mac Neish les da una fechación de 20,000 años a. de n.e. Un sitio importante es Piki Machay en Ayacucho, en la sierra central del Perú. Se trata de yacimientos arqueológicos con mayor antigüedad que los de la costa. En la montaña los restos humanos tienen la caja torácica más amplia porque los pulmones son más anchos por la altura.

Se reconocen cuatro fases de estratificación:

1) Pacaycasa: 20,000 a 14,000 a. de n.e. Instrumentos de piedra trabajados toscamente. No hay puntas de flecha. Desbarrancan animales grandes.

2) Ayacucho: 14,000 a 11,000 a. de n.e. Instrumentos más pequeños y labrados (obsidiana, hueso y laja), puntas de lanza y flecha. Animales menores (protollama, venado, cuy). Aumenta el consumo de vegetales como raíces y frutas en relación al período anterior)

3) Jaywamachay: 11,000 a 10,000 a. de n.e. También llamada Huanta, similar a la fase Ayacucho, sólo que se empiezan a extinguir las protollamas para dar lugar a las llamas. Instrumentos no solamente elaborados de piedra golpeada una contra otra, sino pulida (fricción). Se localizan habitaciones rudimentarias.

4) Puente: 10,000 a 8,000 a. de n.e. Ya se dan los primeros pasos para la domesticación de las plantas y animales. Se evita la caza indiscriminada dejando lugares de reserva para caza y recolección. Se cazan los animales maduros, es decir, no se matan las crías ni las hembras como forma incipiente de conservación por medio de la selección para evitar la extinción de especies de caza). Hay construcciones semisubterráneas en las que utilizan pedazos de césped con tierra y lodo (champa). La vestimenta de los hombres de ese período era hecha de corteza de árboles y de las pieles de los animales cazados. Los habitantes de esta parte de los Andes no eran del todo nómadas, pero sí había rotación por la necesidad de buscar mejores tierras según la temporada de caza o recolección.[3]

Perspectivas del Medio Ambiente en el Sistema HídricoTITICACA-DESAGUADEROPOOPÓ-SALAR DE COIPASA (TD P S) GEO Titicaca (PNUMA)

Otro criterio para estudiar la época lítica:

Lauricocha y Toquepala

Cuevas con pinturas de escenas de caza de guanacos.

Lauricocha se localiza en las montañas centrales del Perú a 4,000 m s/n del m y Toquepala a 3,500 m s/n del m en las montañas meridionales. Debido a la evidencia arqueológica se deduce el contacto y posible intercambio con gente de la costa por la presencia de restos de conchas marinas en las cuevas.

En Lauricocha, según Schobinger, se distinguen varias fases de ocupación. Por ejemplo, Fase I (8,000 a 6,000 a de n.e.) y fase II (6,000 a 3,500 a. de n.e.), particularmente, entierros y pinturas rupestres.

b) Recolectores-pescadores

La fase más antigua es de 9,000 años a. de n.e. y la fase siguiente arranca en el 4,000 a. de n.e.

b.1 Ancón (Departamento/municipio de Lima). Costa central, norte de Lima, Valle del Río Chillón. Complejo Ancón-Chillón. Pesca y recolección. No hay restos de habitaciones, sólo instrumentos de pesca hechos de conchas marinas o de piedras de arenal. No hay restos de animales terrestres pero sí de aves marinas. Cementerio preincaico de Ancón, famoso por sus dimensiones.

b.2 Huaca Prieta, costa septentrional. Se han hallado restos de instrumentos utilizados en la pesca como redes de pescar y flotadores. Semillas como frijol, ají, calabaza (3,000 a. de n.e.)

Nota: El pescado era importante en este período no sólo para la dieta sino porque en la cabeza de los pescados ponían la semilla (como fertilizante). Se supone que esta es una etapa de experimentación.

ÉPOCA PRECERÁMICA

Se caracteriza por: horticultura o agricultura incipiente, arte textil, sedentarismo.[5] Como ya se indicó, abarca desde aproximadamente el 3,500/3,000 al 1,300 a. de n.e. que es cuando aparece la alfarería en todos los valles costeros, aunque el inicio del formativo (primeras cerámicas) suele situarse en el 1,800 a. de n.e. en Kotosh (en las montañas septentrionales). Generalmente se divide en dos fases vinculadas al desarrollo primitivo de la agricultura: prealgodonera o pretextil, y la algodonera o postalgodonera.

Fase prealgodonera o pretextil, de 3,500 a 2,500 a. de n.e. Costa central: Ancón (norte de Lima) y Chilca (sur de Lima). En Chilca, se sabe por la evidencia arqueológica, que había establecimientos permanentes de 100 familias (casas semisubterráneas de forma cónica construidas con manojos de cañas y cubiertas de herbaje).

Dieta: recursos marítimos como moluscos y cangrejos, peces, focas, tortugas, aves de litoral, lobos marinos; plantas silvestres y cultivadas como tubérculos, frijol, calabazas domesticadas.

Prácticas funerarias: en los entierros se colocaba al cadáver en posición extendida en vuelto en esteras (petates) o mantos de junco entrelazado y clavados con estacas.

Fase algodonera o postalgodonera, de 2,500 a 1,300/1,200 a. de n.e. (cuando aparece la alfarería en todos los valles costeros peruanos). También se le conoce como cultura de Huaca Prieta (costa septentrional).

Dieta: las plantas cultivadas y silvestres proveían una proporción alta de comida.

Se introduce el cultivo del algodón, su fibra se usaba para los tejidos aunque la invención del telar fue posterior seguramente. Las redes y bolsas se hacían de algodón entrelazado. La agricultura siguió siendo un recurso secundario que se combinaba más bien con la caza, la pesca y la recolección.

En Valdivia, Ecuador y en Puerto Hormiga, Colombia ya había cerámica desde el 3,000 a de n.e. y en algunas partes de la sierra como Kotosh, hacia el 1,800 a. de n.e. (que se distingue por su arquitectura monumental y la domesticación de la llama por primera vez –según algunos autores-), y también en lugares como Ancón-Chillón.[7]

De cualquier modo, los emplazamientos son mayores y ya se observan sitios con arquitectura monumental. Los cultivos se incrementaron con relación a la etapa anterior: ají, calabaza, alubia, lúcuma, achira (raíz comestible), guayaba, jícama y algodón.

En Valle Chillón ya existía una comunidad agrícola litoral incipiente: cultivo de batatas (camotes) y papas. Se supone que hubo migraciones de la sierra a la costa.

Sanders afirma que la alfarería apareció entre 1,400 y 1,200 a. de n.e. en la costa peruana (más reciente que en Mesoamérica y el Área Intermedia, es decir, posterior a ellas).

Hacia el 1,000 a. de n.e., el maíz, la mandioca dulce (yuca) y el aguacate (palta) fueron añadidos al complejo de recolección. Hubo dos variedades de maíz: de mazorca pequeña de poca productividad que se introdujo primero, seguida de una variedad mucho más productiva (900-800 a. de n.e.) que, según Sanders, revolucionó la vida de los pueblos costeros. Este mismo autor, en su obra Prehistoria del nuevo mundo, rechaza la idea de que el maíz fue introducido al área andina por inmigrantes mesoamericanos pues el maíz antiguo procedente de la costa meridional no es de tipo centroamericano, sino proviene de las tierras andinas altas, ya que supone que el maíz pudo se domesticado en las sierras, por lo que existe la evidencia de la vida sedentaria en aldeas hacia el año 1,000 a. de n.e. en las tierra altas lo que supone una mayor dedicación de tiempo a la agricultura en esa región.

Lauricocha (montañas centrales). Otro sitio propio del precerámico es Lauricocha que pertenece al horizonte de puntas foliáceas (en forma de hoja de sauce) en el área andina central. Se encuentra en el territorio alto andino peruano cerca de las nacientes del río Marañón a 4,000 m de altura en zona de puna (pastizales). Consta de 3 cuevas ya estratificadas y excavadas.

Se conoce como la cultura lauricochense datada entre comienzos del octavo milenio y mediados del segundo milenio antes de nuestra era (véase época lítica). Generalmente se divide en 4 ó 5 períodos para su estudio. De éstos, destacamos el IV (1,500 a de n.e. hasta inicios de n.e.), ya que se relaciona con la cerámica “chavinoide” que generalmente fue llevada a Lauricocha desde zona más bajas de la sierra. En las cuevas hay pinturas rupestres que representan escenas de caza de guanacos pintados en rojo oscuro.

PERÍODO FORMATIVO

(Primeras cerámicas)

Kotosh[10] (montañas septentrionales, sierra vertiente oriental). Lugar arqueológico con criaderos de cuy que se alimentaban con desechos alimenticios del hombre. Nichos en donde se domesticaba a estos animales. Como ya se hizo mención, también se domesticó a la llama. Se encontraron restos de plantas: frijol, yuca, ají y choclo (maíz tierno). Sin embargo, no hay evidencia de que el maíz formara parte integral de la dieta de los pobladores de este sitio.

En este período ya hay construcciones (aldeas) y centros ceremoniales. Se empiezan a configurar los ayllus (considerados por algunos autores como clanes unifamiliares) que se diferencian de las bandas unidas por lazos de parentesco de los cazadores-recolectores, lo cual denota un nivel de organización socio-económica y relación con el territorio más complejo. Ya hay un pensamiento religioso más definido con la presencia de un sacerdote elegido por la junta de ancianos que representa una forma incipiente de organización política, aunque obviamente no se habla de una división en clases sociales sino en estratos. También comienzan a identificarse algunas deidades como la serpiente.

En suma, Kotosh se caracteriza por su arquitectura monumental, en particular, el Templo de las manos cruzadas del cual Sanders y Marino comentan en su obra Prehistoria del nuevo mundo, que posee adornos de arcilla modelada como la figura de tamaño natural con las manos cruzadas (anterior a las cerámicas más antiguas de los valles costeros peruanos), y que es una gran edificación con 12 fases de construcción sucesivas; 6 fases cerámicas (la más antigua es hacia el 1,800 a. de n.e.); agricultores aldeanos dedicados a la alfarería. También es importante volver a destacar que la llama formaba parte de su dieta lo mismo que el cuy.

Por último, en la costa norte se desarrolló la cultura de Huaca Prieta (fase algodonera, 2,500 a 1,300/1,200 a. de n.e.), que fue contemporánea de la de Kotosh hacia el 1,800 a. de n.e.

HORIZONTE ANTIGUO

Chavín de Huantar (montañas septentrionales)

Complementar este apunte con la lectura de textos de Luis Millones, Clara Abal, Justo Cáceres Macedo y Virgilio Roel Pineda.

Cerámica de Cupisnique

La cerámica de Chavín, según Laurette Sejourné en su obra Historia Universal, América Latina, antiguas culturas precolombinas, nos muestra que:

“Diversos rasgos la hacen fácilmente reconocible: siempre monocroma, es en general de un hermoso negro homogéneo y pulido; su grabado recuerda la manera de tratar la piedra; tiene forma de botella o garrafa, con un cuello colocado sobre un asa tubular que corona la pieza. Este elemento, conocido como asa de estribo, se repite con variantes regionales al norte y caracteriza a la cerámica peruana en toda América”.[13]

Asimismo, la cerámica de Chavín se diferencia de la cerámica de Tiahuanaco porque esta última es policroma, el norte es oscuro y el sur lleno de color.

Rasgos generales de la cultura de Chavín de Huantar: cerámica, asa de estribo, culto al felino.

Elementos patrimoniales de Chavín de Huántar

Antecedentes: Durante el período formativo en Chavín ya se habían domesticado plantas y animales. Luego aparecen la cerámica, los centros ceremoniales y los tejidos de algodón. Chavín fue la primera cultura panperuana (la suelen comparar con la cultura olmeca, sitio La Venta). Algunos autores sostienen que Chavín era un centro repartidor de agua a través de canales para irrigación agrícola. Otras teorías suponen que sólo era residencia del grupo sacerdotal y de los productores de cerámica: centro religioso.

Se supone que los mochica de la costa norte los invadieron o que los sacerdotes, al perder su fuerza, prefirieron enterrar a la ciudad porque Chavín no tenía fuerza militar. Otra teoría sobre la decadencia afirma que Chavín fue invadido por grupos regionales.

Paracas (costa sur)

También dentro del Horizonte antiguo se encuentra Paracas (arqueológicamente reconocida como Paracas cavernas y Paracas necrópolis). Se incluye el siguiente fragmento del texto de Justo Cáceres Macedo para brindar un panorama general de esta cultura en sus dos fases:

“LA CULTURA PARACAS”

“La cultura Paracas es una sólida tradición sureña que se desarrolló entre los 700 y 200 años antes de nuestra Era. Se extendió aproximadamente desde Cañete por el Norte hasta Yauca por el Sur y de la que Ica fue un centro importante. Sin embargo no pudo librarse de la influencia de Chavín, por lo menos por cierto tiempo. Pero cuando lo logró dio origen a un fenómeno nuevo y sobre esas bases se desarrolló la cultura Nasca.

Su descubridor el Dr. Julio C. Tello separó la cultura Paracas en dos épocas que denominó Paracas Cavernas (con tumbas en forma de “cavernas”) y Paracas Necrópolis (con tumbas enterradas en un cementerio), siendo la primera la más antigua.

El estilo Paracas ha sido subdividido en 10 fases secuenciales, de las cuales las primeras 8 representan Paracas Cavernas y las últimas dos Paracas Necrópolis. Sobre la aparición de esta cultura nada se sabe, lo hace súbitamente y no están claros ni los antecedentes ni las causas.

Durante las primeras ocho fases (Paracas Cavernas) la influencia de Chavín es constante, pero sin llegar a comprometer la independencia fundamental de Paracas.

En los inicios de Paracas Necrópolis se produce una especie de interludio independiente y luego en los últimos tiempos (fase 10 de Paracas) se hace sentir una fuerte influencia de una cultura local, llamada Topara y que se extendía entre los valles de Cañete, Chincha y Pisco.

PARACAS CAVERNAS

Se caracteriza por sus vasijas de cuerpo esférico de dos picos cortos (a veces uno de ellos transformado en un motivo escultórico-zoológico) unidos por un asa puente [asa de estribo]. Especialmente típica es su decoración de figuras incisas y pintadas después de la quema, con pintura resinosa de colores amarillo, blanco, negro, verde, rojo. También lo es la decoración con pintura “negativa”.

Los tejidos de Paracas, han entrado a la historia por su belleza y la habilidad técnica que representan. En Paracas Cavernas además de las técnicas de un solo elemento como las redes, el tejido de aguja, el torcido y el trenzado, se hizo amplio uso del brocado, bordado, telas simples y pintadas y telas dobles.

PARACAS NECRÓPOLIS

Constituye la fase temprana de la cultura Nasca, y se distingue por sus mundialmente famosos “mantos” de bordados policromados con figuras hieráticas.

Los fardos funerarios de Paracas Necrópolis no tienen rival, tanto por la cantidad como por la calidad de las telas que envuelven la momia. De forma generalmente cónica, cerca de un diez por ciento de estos fardos alcanzan una altura superior a 1.50 m. Los cadáveres sentados en cuclillas en sus canastas muestran cráneos trepanados y cabezas deformadas intencionalmente; van adornadas con collares de concha, diademas y narigueras de láminas de oro.

Las telas están confeccionadas con lana de camélidos y de algodón. Los “mantos” miden un promedio de dos metros y medio de largo por un poco más de un metro de ancho. El fondo es una tela de lana o algodón sobre la que se ha bordado, con lana, motivos policromos. Estos son pequeños y se repiten con diferentes combinaciones. Representan seres mitológicos y muy eventualmente motivos geométricos. Aparte de los famosos mantos también tejieron esclavinas o especie de “miniponcho”, cintas, fajas, camisas con o sin manga, pañetes o “waras”, “llautos” o especie de turbante, la “ñañaca” o tela doblada y sujeta a la cabeza que caía hacia la nuca.

Los mantos fueron prendas de vestir, y luego funerarias. Cubrían todo el cuerpo, colocados sobre la espalda, o sobre la cabeza.

Pero lo que ha hecho famoso al hombre de Paracas, es la práctica de trepanar los cráneos. La técnica de los orificios se efectuaba en Paracas Cavernas y la técnica circular era empleada tanto en Paracas Cavernas como en Necrópolis. Es importante señalar que en un 65% de los casos hubo supervivencia suficientemente larga del paciente, pues hay un franco proceso de regeneración del hueso.

La cerámica de Paracas Necrópolis representa figuras de frutos y de animales en forma realista, con sólo la aplicación de engobe[15] blanco que baña la vasija toda. Su forma típica es la vasija ovoide con dos picos tubulares unidos por asa puente; tradición ésta que perdurará en Nasca, con despliegue de color.

El culto a los muertos, que se refleja en sus complicadas tumbas, es un caso único en la historia humana porque el uso de la gran cantidad de tejidos que se enterraban, nos demuestra que el sentido de la muerte era un pensamiento constante del hombre paraquense.

En cuanto a la arquitectura, Paracas no levantó grandes centros ceremoniales como en la Costa Central y Norte. Hacia fines de los tiempos de Paracas hay una clara unificación y podría ser que el famoso sitio de Peña de Tajahuana haya sido la capital.” [16]

Léase a continuación la información que se incluye acerca de Paracas:

La península de Paracas, al Sur del puerto de Pisco, está, hoy totalmente cubierta por la arena y las dunas, es un desierto azotado por el viento, que semeja un país muerto. Las más recientes excavaciones dieron la razón a la señora Carrión Cachot. Esta investigadora de la arqueología peruana, ya fallecida, afirmó con insistencia que, en épocas antiguas, parte del desierto de Paracas se había convertido en un país fértil, si se hubiera extraído la arena del desierto hasta una cierta profundidad y descubierto así el fondo húmedo. Esta humedad era originada por corrientes subterráneas. Con anterioridad se habían encontrado ya habitaciones subterráneas en el curso de excavaciones efectuadas por los peruanos en la península de Paracas. Pero las más recientes excavaciones han puesto al descubierto viviendas completas, cubiertas con techo de paja. Se hallaron también cementerios y restos de población.

Desde que Tello visitó varias veces la península, entre los años 1923 y 1925, y descubrió una necrópolis con más de cuatrocientas momias en sus envoltorios funerarios; al aparecer a la luz del día las soberbias mortajas las autoridades peruanas tomaron medidas para que nadie robara tan valiosa propiedad nacional. Hasta hace poco ningún arqueólogo había obtenido licencia para excavar en la península. Nadie pudo impedir, sin embargo, que los buscadores de tesoros desenterraran piezas de la extraña cerámica de Paracas y momias amortajadas con valiosos tejidos, y los vendieran a altos precios fuera del país. Sin embargo en el mercado artístico apenas han aparecido hasta ahora tejidos de Paracas. Sus elevadísimos precios siguen aumentando constantemente. Antes de que el nombre de Paracas se conociera fuera del Perú, algunos de sus extraordinarios tejidos habían llegado ya a museos o a manos de coleccionistas. Desde hace muy pocos años se sabe que el llamado estilo de Paracas no es propio únicamente de dicha península sino también de los valles de Nazca e Ica, situados un poco más al Sureste.

Pintura de una mortaja de algodón que sirvió de envoltura a una momia. Divinidad con pelo y cinturón de serpientes. Estilo Pre-Paracas. Según Bird y Bellinger.

Se acostumbran a distinguir dos fases en la cultura Paracas: la de las «cavernas» y la de las «necrópolis». La fase de las «necrópolis» se considera posterior; su denominación se basa en los dos tipos de enterramiento dados a conocer por Tello. Los bordados de los llamados mantos son incomparables por los delicados matices de su colorido. Su color y su calidad, como escribe Junius Bird, uno de los mejores conocedores de los problemas técnicos de la arqueología andina, jamás volvieron a repetirse después.

No puede ponerse en duda la sucesión en el tiempo de «cavernas» y «necrópolis». Es curioso que la fase de las «cavernas» no posea un arte del tejido tan extraordinario, pero haya producido sin embargo una cerámica policromada de gran interés, mientras que en la fase de las «necrópolis» los objetos de barro de color uniforme palidecen frente al esplendor único e inimitable de sus tejidos.

Una gran cantidad de tipos de tejidos eran ya conocidos en las fases «cavernas», entre ellos la estameña, y también los bordados de punto llano con hilos de lana sobre tejido de algodón. Junto a los colores naturales de la lana y el algodón, blanco y pardo, existían dos matices de rojo y un azul verdoso. La simple pintura sobre tejido de algodón acostumbraba a usarse en una especie de velo que servía de máscara para las momias; la pintura es muy sencilla, en distintos tonos de amarillo o marrón, un poco de rojo y menos azul. Se representaban figuras de dioses o serpientes.

El proceso de preparación más importante para tejer era el hilado de los copos. Prueba de ello es que con simples husos de mano se lograban producir estambres extraordinariamente delgados. Además del algodón se utilizaba ya un poco de lana de llama; su uso aumentó gradualmente, lo cual era señal de crecientes relaciones comerciales con las regiones montañosas, ya que únicamente en ellas viven las diferentes especies de camélidos productores de lana. Las llamas y las alpacas, los únicos grandes animales domésticos de América, debieron criarse en la Sierra en época relativamente temprana, mientras que la vicuña, más esbelta y elegante, y con mejor lana sólo vivía en estado salvaje.

En la época de los incas se organizaban de uno en otro año cacerías de vicuñas para los emperadores incaicos. Los animales, encerrados en rediles, eran trasquilados y puestos nuevamente en libertad. Su finísima lana se reservaba para el atuendo de los personajes más importantes.

Las prendas de vestir de la gente de la época de las «cavernas» eran túnicas cortas, en forma de camisa, faldón turbante y cinto. El vestido de uso corriente de los antiguos peruanos que en sus partes esenciales, se usaba aún en la época de los incas, aparece ahora por primera vez.

Las tumbas llamadas «cavernas», son cavidades excavadas en las rocas con gran esfuerzo y considerable gasto de energía; la parte superior de estos sepulcros está a veces tapiada y alcanzan una profundidad superior a los siete metros. En el fondo, los pozos se ensanchan formando cámaras funerarias de planta circular. El tipo básico de estas sepulturas era usado también en el Oeste de México, en Colombia y en algunas provincias de la montaña ecuatoriana.

Las primeras tumbas de Paracas, descubiertas por Willian Duncan Strong, en Ocucaje, valle de Ica, en el año 1953, contenían solamente un cadáver y eran fosas estrechas, mucho más sencillas que las descritas, cubiertas con cantos de río circulares o masas de arcilla. Por el contrario en una sola de las tumbas excavadas en forma de botella y descubiertas en la península de Paracas, se encontraron hasta cincuenta y cinco cadáveres, envueltos en sencillos ropajes de algodón.

Se pudo comprobar que en muchos de los cráneos había señales de trepanación, practicada tal vez por razones de magia medicinal. Se trata de una operación común a varias culturas del mundo antiguo. Los orificios de algunos de estos cráneos de Paracas aparecen cubiertos por una placa de oro. Se encontraron también cuchillos de obsidiana que debieron servir de instrumentos quirúrgicos; con ellos practicaban los médicos-sacerdotes las arriesgadas operaciones.

La conocida necrópolis de la península propiamente dicha posee cámaras subterráneas rectangulares, de las que Tello extrajo, ya en los años veinte, más de cuatrocientas momias ataviadas con riquísimos tejidos. En este lugar se observa una gran pompa en el culto que se tributaba a los muertos, no superada en épocas posteriores de la historia del Perú. Los vivos parecen haber pasado toda su existencia pensando en la muerte, mientras tejían los delicados mantos o bordaban los dibujos de las grandes mortajas con el típico colorido, de gran belleza ornamental. Casi ninguno de estos vestidos fue llevado en vida. Se tenían exclusivamente para los muertos, a veces se confeccionaba repetidas veces una misma prenda para la misma persona.

Las momias, desnudas y en cuclillas, se envolvían en varios ropajes de basto tejido de algodón como si se tratara de las capas de una cebolla, la boca y los ojos se cubrían a menudo con pequeñas placas de oro y los dedos de las manos y pies se ataban con cordones. Los rostros oscuros se cubrían con polvos de óxido de hierro y adquirían un color de sangre fresca. Las cabezas, que se deformaban desde la primera infancia por procedimientos antinaturales, resultaban de una estrechez anormal.

Es posible que antiguamente en la península de Paracas, hoy totalmente desértica, se mecieran al soplo del viento extensos campos de algodón, llenos de flores rojas y amarillas. Sus blancas semillas proporcionaban la materia prima para la gran variedad de vestidos y ropajes funerarios que los indios confeccionaban.

Los «mantos», los grandes sudarios adornados con bordados simbólicos o recamados (bordado de realce), son auténticas obras de arte. Su contenido religioso, aparte de otros méritos, los sitúa entre las grandes obras del arte universal. Se representan seres mitológicos, monstruos, guerreros y danzarines con pequeñas cabezas de enemigos como trofeo de guerra, aves representadas con mayor o menor naturalismo, peces y anfibios junto a extraños engendros propios de la fantasía de un pueblo místico.

Existen demonios que vuelan por el aire, arrojan serpientes por la boca y llevan a menudo coronas en su cabeza, sostienen abanicos de plumas, mazas, carcajes y cuchillos para sacrificios en sus garras de animal. Por todas partes encontramos cabezas cortadas mostrando los dientes; a menudo se simplifican mucho y parecen trofeos mágicos de terribles divinidades.

Demonio flotando en el aire. Bordado multicolor sobre el fondo gris oscuro de una gran mortaja («manto»). Estilo necrópolis de Paracas. Según Bird y Bellinger.

Hay algo en estos tejidos que posiblemente atrae mucho más a nuestros ojos humanos que a los de los dioses a los que se destinaban; es la riqueza y la armonía de los colores. Tras un minucioso estudio comparativo han podido contarse 190 gradaciones de color y 22 colores diferentes en un sólo manto. Los colores minerales y vegetales se han conservado casi inalterados. El ritmo de los colores en una sucesión de figuras iguales dentro de un solo tejido, ha sido interpretado por Tello como el simbolismo de un calendario lunar, obedeciendo seguramente a reglas de carácter religioso. Lo que nosotros suponemos efecto de una intención puramente decorativa, obedecía sin lugar a dudas a un sentimiento religioso. El sentido de la armonía en el color y la composición de las figuras dentro de una tónica es verdaderamente única. Se ha calculado que la confección de estos grandes sudarios debió costar varios años de trabajo. Los pintores modernos, cuyas obras no se destinan a los muertos ni a los dioses, sino que son producto de un juego individual de sentimientos puramente personales, terminan sus obras en mucho menos tiempo.

En la famosa necrópolis de Paracas sólo se encontraron momias masculinas. ¿Se trata acaso de dignatarios sacerdotales que, en el más allá, servían de abogados ante los dioses? Ubbelohde-Doering fue el primer investigador que expuso con claridad la idea de que los personajes y objetos pintados eran oraciones gráficas, más adelante tendremos ocasión de comprobar la verdad de esta opinión. Entre las momias se encontraron además algunos envoltorios que no contenían ningún cadáver sino que estaban llenos de habichuelas.

El rápido desarrollo de este importantísimo alimento lo convirtió en un símbolo de fecundidad. Aparecen también en uno de los pocos tejidos de algodón pintado de las necrópolis de Paracas. En él se representa un demonio en figura de felino o un sacerdote ataviado como tal, representado con gran realismo. Las pinturas sobre tejido vuelven a aparecer en épocas posteriores.

La cerámica de la fase de las necrópolis posee una mayor perfección técnica que la de las cavernas; las paredes de las vasijas son más delgadas y mejor cocidas. Un experto (Kroeber) afirma que la producción cerámica de esta época, de color marfileño y sin decoración, «posee una elegancia refinada y muy especial; es el punto final, muerto, de una evolución artística». No compartimos este criterio relativista, porque Kroeber no sabía aún que después de las vasijas marfileñas se encontrarían otras policromadas.

Las excavaciones por capas, realizadas por W. D. Strong dieron como resultado el descubrimiento de la prioridad de la cerámica de las cavernas, designada por este investigador con el nombre de «estilo primitivo de Paracas». Esta cerámica inaugura la tradición de la policromía, característica de la cerámica peruana meridional. Existen botellas de cuello delgado, con o sin asa, bandejas profundas, recipientes con dos caños unidos entre sí por un puente que constituye el asa, y también otras del mismo tipo con una cabeza humana o zoomorfa en lugar de una de las bocas. Entre las manifestaciones más curiosas de este estilo encontramos toscas figuras de barro llanas y achatadas, decoradas con incisiones, una pintura fría, con los contornos acentuados por gruesas líneas incisas, una especie de «cloisonné», caracteriza y relaciona todas estas formas.

Los colores pastosos, poco brillantes, se aplicaron seguramente en polvo, con un medio de fijación insuficiente, después de la cocción; ello explica su poca estabilidad. El brillo velado de esta decoración posee, sin embargo, un especial encanto. Un rojo profundo, un amarillo oscuro que predomina y un verde oliváceo o azulado constituyen toda la gama. Aparecen también vasijas de color negro, sin decoración.

Cuenco de barro pintado después de la cocción. Tiene los contornos incisos. Ser diabólico en figura de felino y con la lengua en forma de látigo. En la parte que muestra la figura aparece provisto de un cuchillo de obsidiana; en la cara posterior se reprodujo llevando una cabeza humana reducida. Museo etnológico de Berlín.

La frecuente representación de seres mitológicos con rasgos de fiera, sitúa el estilo primitivo de Paracas dentro del Horizonte de Chavín. Además del «cloisonné» existe la decoración puramente geométrica, pintada con la llamada «técnica negativa», resaltan en color claro, que es en realidad el fondo destacado bajo una capa de color pardo oscuro.

En la primitiva cerámica de Paracas alternan muchas veces en un mismo recipiente, la pintura negativa con la decoración positiva, de contornos incisos que antes hemos descrito; mientras que en el estilo posterior se emplea la técnica negativa en muy pocas piezas y, finalmente, siempre sola. El gusto por las curvas y espirales, típico del estilo Chavín, contrasta con las ornamentaciones angulosas de la cerámica Paracas..”[17]

Esta información complementaria la pueden consultar en los textos de Juan Schobinger y Justo Cáceres Macedo:

Paracas (costa meridional, departamentos de Ica y Lima):

En el complejo Paracas Cavernas se han localizado cementerios con tumbas en forma de botella. Por ejemplo, en una tumba se hallaron 29 momias (muertos “doblados”), 4.5 a 6 metros de profundidad. Paracas Necrópolis, cámaras subterráneas rectangulares que contienen fardos funerarios de forma generalmente cónica, de aproximadamente 1.50 m de altura (“tumbas enterradas en un cementerio”). Vasijas de cerámica (pintura negativa), tejidos de algodón, telas bordadas, agricultura, pesca. En Paracas se encuentran viviendas semisubterráneas. Se cultivaba algodón y no se utiliza la lana para tejidos por la ausencia de camélidos. Es decir, en esa época en Paracas se encuentran más tejidos de algodón; la lana se incorpora en la elaboración de los tejidos costeros más adelante. Producción textil, telas de 2.90 m de largo en que tejen más de dos personas seguramente. Los tejidos son policromos. Los cementerios están fuera del poblado y de la zona de producción. Región árida, fuertes vientos (paracas), la agricultura era por irrigación (sistema de canalización). Principal cultivo: algodón.

Pachacamac

Acerca de otro sitio arqueológico importante conocido como Pachacamac que fuera nombrado así por el dios que allí se adoraba en el período prehispánico, María Rostworowski y Antonio Zapata comentan que: «Dominar las fuerzas telúricas le valió una amplia difusión en todo el espacio del antiguo Perú. Pachacamac no fue solamente un dios local sino que se levantó hasta alcanzar la categoría de panandino. Peregrinos de cuatro partes del mundo entonces conocido lo visitaban en grandes ocasiones, cuando se cumplían sus principales rituales. En esas circunstancias miles de personas, incluyendo numerosos curacas y principales acudían al santuario de Pachacamac a rendirle tributo. Sus poderes le valieron una larga continuidad histórica. De hecho, fue venerado por mil quinientos años, desde comienzos de nuestra era hasta la llegada de los españoles».

El dios de los Yungas –u hombres de la costa–, entonces, no declinó jamás ante la fuerza de divinidades como Wiracocha o el Sol; sólo empezó a eclipsar ante la labor de los extirpadores de idolatrías españoles. Su santuario fue respetado por todas las civilizaciones que se aposentaron en la zona durante los quince siglos previos a la llegada de Francisco Pizarro y sus huestes. Fueron los hombres de la cultura Lima, a comienzos de nuestra era, quienes iniciaron la edificación del santuario. Los huari, algunos siglos después, y los habitantes del señorío Yschma luego de que la influencia huari declinara, respetaron el centro religioso tanto como el imperio inca. Cada grupo humano lo afirmó y lo administró en su momento, añadiéndole estilos arquitectónicos, modelos de gestión, diversos mitos y relatos que finalmente hicieron del actual complejo arqueológico un muestrario de lujo para entender las mutaciones y estadios del vasto recorrido cultural que el hombre prehispánico trazó en estas tierras. Para el afortunado visitante Pachacamac supone un viaje temporal fascinante a través de edificaciones erigidas con varios siglos de distancia. La Huaca de los Adobitos (típicas del Intermedio Temprano), el Templo Viejo (cuya remodelación corresponde a la expansión del horizonte Huari), el Templo Pintado (que según Rostworowski corresponde al Intermedio tardío) y el Templo del Sol o el Aclla Huasi de las Mamacunas, de construcción eminentemente incaica y muestra más «moderna» de este complejo arqueológico, se suceden ante la vista del atento visitante como elementos de un palimpsesto en que se manifiestan los alcances de la mentalidad prehispánica y su paulatino desarrollo. Pachacamac es, por estas mismas características, una verdadera joya para los investigadores y estudiosos de ese recorrido cultural en la historia del Perú.[19]

Pachacamac

PERÍODO INTERMEDIO ANTIGUO

I.- Nazca (costa meridional)

Según Laurette Sejourné, se reconoce el estilo artístico Nazca [20] -Huari [21] -Tiahuanaco.Cerámica policroma, textilería (mayor uso de lana, no tanto de algodón). Se encuentra en la costa sur de Perú (Río Grande).

Se supone que sus habitantes llegaron a practicar la “caza de cabeza” lo cual les significaba prestigio social. Según José Antonio del Busto, se trata de las cabezas-trofeo que adornan el cuerpo de los hombres de Nazca: “Los guerreros, no sólo los caudillos principales, gustaron de traer atados al cinturón los cráneos de sus enemigos. Son las famosas cabezas-trofeo que penden también de los tobillos, rodillas y manos de los vencedores. Algunos báculos ceremoniales las traen atadas a su parte superior. Todas estas cabezas-trofeo tienen un agujero en la frente por el que se desliza una cuerda para poderlas colgar. La piel de cada una de ellas ha sido curada hasta conseguir el apergaminamiento sin menoscabo de la pintura facial primitiva; el cabello está cuidadosamente peinado, los ojos vaciados y con los párpados cosidos, la boca cerrada y sus labios atravesados con dos espinas de cactus… El papel de estas cabezas debió ser mágico; también el de recordar viejas victorias sobre poderosos enemigos.” [22]

Kawachi, localizada en el Valle del Río Grande fue su ciudad principal. Además de ser un sitio habitacional populoso, tenía en su centro un templo sobre una estructura piramidal de casi 20 metros de alto hecho de varias plataformas. La base económica de los nazquenses fue la agricultura y la pesca, aunque también se les ubica como guerreros y mercaderes (según del Busto, los nazquenses tuvieron en Ayacucho un mercado de enlace con la selva). Asimismo, se destacaron por ser magníficos artesanos, en particular sobresalientes pintores ceramistas (alfarería pictórica). Los tonos y los matices de esta pintura son de gran calidad llegando a emplear hasta once colores entre los que destacan el negro y el beige bajo. Algunos autores suponen una continuidad cultural e histórica entre Paracas y Nazca, que inclusive se remonta a Chavín, es decir, a través de Paracas es que Nazca recibió una posible aunque remota influencia de aquel sitio (representaciones pictóricas de cráneos degollados, reminiscencias felínicas, apéndices linguales, figuras monstruosas de cuyas bocas sale la lengua bífida creando nuevos seres que a su vez se reproducen como ciempiés –vermes-).

De cualquier forma, desde fines de la década de 1930, la razón por la cual Nazca (Nasca) es reconocida mundialmente es debido a la presencia de dibujos y líneas en las pampas arenosas de Nazca (realizadas en el 500 d. de N.E., 520 Km2 de superficie). Se supone que fue un gran calendario porque era un pueblo agrícola. Luis Lumbreras le llama “domesticación del tiempo”. En las figuras se distingue una araña, aves, animales como el mono o la serpiente, astros (estrellas y sol). Se supone que el zorro (aunque también dicen que es un perro) representa a la sabiduría, la serpiente a los temblores y a los volcanes porque sale de la tierra. Las líneas son de diversas formas (rectas, curvas, quebradas, paralelas, cruzadas, convergentes, espirales).

Los nazca (nasca) o nazquenses se distinguieron por sus obras hidráulicas ya que realizaron túneles o acueductos subterráneos para conducir el agua (en el subsuelo de Nazca existe agua subterránea); la altura de estos acueductos es del tamaño de un hombre y pueden llegar a sobrepasar el kilómetro de longitud. Esto les permitió en plena pampa desértica crear las condiciones idóneas para la agricultura por eso se explica la espectacular traza del calendario. Para realizar los dibujos se quitó la primera capa de tipo ferroso y dejando a la vista la segunda capa que es caliza con una profundidad de 30 cm., según del Busto. Llama la atención que algunas carreteras y caminos actuales atraviesan los dibujos y que estos solamente pueden ser vistos desde lo alto (globo aerostático o avioneta), algunos autores opinan que los nazcas llegaron a construir uno globo para poder realizar dicha obra (y ya saben que no falta quien diga que algún viajero interplanetario que llegó de visita fue el autor de los dibujos y las líneas…).

Tarjeta postal con vista área de la figura de mono, Nasca

Al sur de Nazca, en Chaviña, se encontró un entierro (complejo de pequeñas tumbas de forma circular) con ofrendas humanas –al parecer gente sacrificada-, animales y artefactos. Los cadáveres estaban en cuclillas y envueltos en mantas de algodón En Nazca se aprecia una estratificación social mayor en el que el grupo sacerdotal sobresale.

Nazca sobresalió por su textilería en la que, al parecer, se usaba más lana que algodón. En los textiles (que no alcanzan la maestría de Paracas) puede haber entrelazados hilos de plata o de oro, y plumajes, aunque se supone que estas prendas serían portadas exclusivamente por guerreros y sacerdotes. También se han hallado numerosos instrumentos musicales entre los cuales destacan las flautas (antaras).

Nazca es importante para la conformación del imperio Huari (Wari). El imperio Huari-Tiahuanaco dominó a Nazca.

«Momia de un individuo adulto de sexo masculino, en postura fetal, la manos descansan sobre los hombros. Proviene del desenfardelamiento de Nazca, el mismo que fue abierto dentro de un proyecto cuidadoso de investigación.»

“Esta momia como muchas otras, forma parte de los ritos del antiguo Perú del culto a los muertos, pues dentro de la concepción del mundo andino, la muerte física no significaba realmente la muerte, sino más bien era el inicio de la vida imperecedera en el más allá, por lo que había que preservar los cadáveres sometiéndolos a complicados procesos de momificación. El cadáver se conservaba en su integridad, sin eviscerización, porque el individuo al morir sólo pasaba a un proceso de descanso, por lo que había que colocar el cuerpo, antes que llegue al estado de rigidez, en postura fetal. Seguidamente se procedía a colocar los envoltorios, cuyo número y calidad, estaba en relación con la jerarquía social del individuo.” [24]

II.- Mochica (costa norte)

También en el período intermedio antiguo se encuentra la cultura Mochica (0-700 d. de N.E. según Lumbreras ó 330 a. de N.E. al 500 d. de N.E. según otras fuentes). Ubicada en el valle del Moche, costa norte de Perú. Esta cultura se caracteriza por sus textiles de algodón policromado y sus sofisticados sistemas de irrigación, así como por su cerámica realista.

Fase inicial o premochica

En la fase inicial o premochica, también conocida como Cultura Vicús [25] (300 a. de N. E.), se ubica Salinar en la costa norte (actuales departamentos de Lambayeque y La Libertad). Salinar, a su vez, dio origen a un sitio llamado Cupisnique (cerámica roja). Aquí se han hallado vasijas de doble vertedero y asa de estribo cuyo estilo perdurará hasta la época de los incas. Salvador Canals Frau vinculó este sitio de Cupisnique con Chavín de Huantar (costa-sierra). En esta misma fase premochica, se empieza a consolidar una agricultura de riego (canalización). En la zona se han encontrado entierros con los muertos envueltos en tela (1.5 m de largo, seguramente tejido por una sola persona). La ofrendas que acompañan dichos entierros incluyen vasijas con evidencia de que contuvieron bebida y comida, mates (calabacitas) con dibujos.

Otro centro premochica es Gallinazo (Gallinazo-Virú), también identificado como Peña, en la costa norte. Se caracteriza por las vasijas con color “en negativo”. Éstas son pulidas y no delineadas por otros colores. Gallinazo recibe influencia del arte chavinoide, particularmente, en el trabajo de los metales (cobre, oro y plata), ejemplo, figuras de jaguar (felino). Este sitio marca un período de transición entre la caída de Chavín de Huantar y la aparición de otros centros regionales que se desarrollaron en la costa norte de Perú.

Fase mochica

El territorio moche o mochica se extendió por los valles de la costa norte (Piura, Loma Negra, Lambayeque –Sicán-, Pampa Grande, Sipán, Moche, Chicama, Virú, Santa, Nepeña y Huarmey). Según algunas fuentes, pudo tratarse de una especie de “señorío extendido”, o un conjunto de señoríos (curacazgos) confederados de carácter cultural-religioso no militarista.[26] Sin embargo, la evidencia arqueológica hace suponer que era un pueblo guerrero.

En esta cultura sí se encuentran sitios ceremoniales monumentales hechos con ladrillos de adobe como Huaca del Sol y Huaca de la Luna (Trujillo). La Huaca del Sol es una gran base piramidal con otras estructuras piramidales encima (figura un zigurat mesopotámico), fue un lugar de adoración aunque no se encuentran evidencias de que haya tenido un templo en la parte superior. [27] La Huaca de la Luna es de un solo pedestal y es más pequeña.

Se observa un alto desarrollo de sistemas de irrigación para la actividad agrícola. Por ejemplo, hasta el día de hoy existe y continúa en uso un canal de irrigación de 113 kilómetros de largo que fue construido por este pueblo mochica. No había ganadería intensiva (pastoreo de auquénidos o camélidos), ésta era una actividad secundaria. La agricultura y la pesca eran las principales actividades. Lo anterior se explica porque al nivel del mar (costa) la ganadería de altura (llama, alpaca) se practicaba poco. Fueron magníficos navegantes.

Hay indicios de urbanización, habitaciones en torno de las huacas para sacerdotes y la élite. Los sitios habitacionales más alejados alrededor eran para los productores agrícolas y estaban hechos de adobe.

Su gobierno era teocrático, aunque se distinguía una dinastía (linaje, sucesión, grupo privilegiado), es decir, la herencia de poder dentro de un grupo [28]. El gran señor era nombrado Ci Equich (Ci Quic), era el máximo sacerdote-gobernante. [29] Subordinados al Ci Equich estaban los Alaec, una especie de caciques (lo que para los incas serían los curacas), eran jefes militares y al mismo tiempo, eran sacerdotes, ellos organizaban los ejércitos. En la figura de estos gobernantes, según Roel Pineda, se concertaba el poder político con el religioso. Obviamente, estos grandes señores dominaban de tal manera al pueblo que controlaban la mano de obra para la construcción de los canales de regadío. Un grupo especial de alfareros se encontraba más vinculado a los sacerdotes para producir cerámica (alfarería) fina. En esta cerámica se observan algunos signos que hacen suponer que se trataba de un sistema de escritura, aunque bien podría tratarse de un sistema de cuentas.

Cerámica mochica (moshika). Se dice que ésta no sólo representa y explica el sentido artístico de este pueblo, sino que informa cómo era la vida social cotidiana. Por ejemplo, la cerámica costumbrista mochica representa escenas de caza, gente peinándose, guerreros venciendo a un enemigo, parejas realizando el acto sexual, sacerdotes adornados con joyas, una mujer amamantando a su bebé, gente bañándose, prácticas curativas, es decir, muestran la vida cotidiana de la sociedad mochica.

En cuanto al uso de los metales (oro, plata, cobre, bronce), los mochicas fueron expertos artesanos, aunque según Roel Pineda, “la motivación que explica los extraordinarios avances de la tecnología metalúrgica de entonces fue de orden religioso, no económico”. [30] Destaca el oro plateado que requería una tecnología sumamente compleja según explica este autor.

La cultura Chavín influyó a las culturas Mochica y Tiahuanaco (Tiwanaku) en el culto a la serpiente.

La lengua de los mochica era el muchik o yunga.

Los mochica fueron invadidos por los huari (wari). Luego, al declinar la cultura mochica siguió la cultura Sican o Lambayeque, continuidad histórica hasta los chimúes en los valles costeros septentrionales.

Cultura moche, ceramios arte erótico

Tarjeta postal peruana

Vida cotidiana, ceramio mochica

El siguiente texto es sumamente interesante acerca del sitio arqueológico de las tumbas reales de Sipán, cultura moche:

Tumbas reales de Sipán

La tumba del Señor

Los primeros indicios de una posible tumba importante se presentaron en la misma unidad central, en el momento de alcanzar un nivel comprometido por las tumbas posteriores y remoción de los profanadores. La homogénea disposición de adobes unidos por argamasa que integra la estructura platafórmica, se encontraba alterada por un relleno de tierra. Este, formaba la figura de un rectángulo de 5 mts. de largo total y 3 mts. de ancho, por donde continuaba hacia el Este sobrepasando el límite de la unidad de excavación. Afortunadamente, las muy recientes perforaciones clandestinas, interrumpidas por nuestra presencia, quedaron en la parte superior y sólo la más profunda de ellas pasó de largo rozando apenas el extremo Norte del rectángulo.

Al llegar a las vigas carbonizadas del techo, nuestro personal debió mantener especial cuidado en definir improntas y huellas. Finalmente, pudieron apreciarse en toda su disposición y detalles las características y espesor de los maderos casi inexistentes, formando una trama original de diecisiete vigas transversales que corren paralelamente de Norte a Sur y apoyan sus extremos sobre dos pares laterales. Se trataba de maderos rústicos con una longitud variable entre 3.50 y 4 mts y un espesor de8 a 20 cms., ligeramente separados uno del otro entre 10 y 20 cms. Por la curvatura, nudosidades y algunos restos en barro húmedo, podrían considerarse como troncos de algarrobo, árbol de madera fibrosa y resistente, típico de la Costa Norte. La superficie de todo el techo mostraba un fuerte hundimiento de hasta 30 cms. en la sección central, donde algunas vigas dejaron señales de fracturas y asomaban partes de unas extrañas cintas de cobre que despertaron las más variadas conjeturas del grupo.

La mayor sorpresa y quizá el momento más importante de toda la excavación, nos esperaba al extremo Sur. Retirando con cuidado una concreción de barro, al fondo de un espacio vacío, un pequeño y diminuto rostro de oro plantó su enérgica mirada. Tratábase de una figura humana central de una oreja de oro, sin duda el objeto de arte más bello y delicado del conjunto y, probablemente, el mejor exponente de orfebrería Mochica conocido hasta la fecha.

Los restos de quien comenzó a ser llamado «El Señor de Sipán», en alusión a su evidente rango, se encontraban orientados cardinalmente con mucha exactitud: la cabeza hacia el Sur y los pies hacia el Norte. El mayor problema que debió afrontarse era la mala conservación de los objetos de cobre, fuertemente afectados por la oxidación. Muchos de ellos se encontraban en total proceso de desintegración y resultaba prácticamente imposible movilizarlos sin un tratamiento previo efectuado con consolidantes acrílicos aplicados a pincel para evitar una adhesión masiva de objetos individuales. En algunas piezas, este proceso sólo podía efectuarse por un lado y en varias aplicaciones sucesivas para garantizar su integridad y posterior movilización hacia un tablero cuadriculado que correspondientemente reproducía con exactitud la ubicación de cada especie o fragmento. Pese al considerable tiempo y esfuerzo que se debía invertir, se era a la vez consciente de que constituía esta la única manera de facilitar su interpretación, futura restauración y restitución museográfica como conjuntos unitarios.

Las representaciones principales se repiten con notable exactitud debido a su confección sobre un molde bivalvo común, llamando la atención el burdo acabado superficial con rebordes, imperfecciones y faltas de retoque o bruñido antes de la cocción. Todo parece indicar que estas vasijas, de apresurada manufactura en serie y sin huellas tangibles de uso, fueron fabricadas única y exclusivamente para depositarse como ofrendas, cumpliendo un importante requisito de cantidad.

Imagen de la tumba del Señor de Sipán

La tumba del Viejo Señor

Continuando con la excavación, se decidió bajar a una sección de un promedio de 4×3 mts. al extremo Norte entre las dos unidades. Se trataba de explorar la desconocida sucesión arquitectónica en la base del paramento Sur correspondiente al nivel superior central. Después de registrar una secuencia de rellenos constructivos, aproximadamente a 5 mts. de la superficie actual, nos encontramos con un piso de barro que pertenecía, por el momento, a la más antigua construcción de la plataforma que sólo se elevaría entre 6 y 8 mts del terreno circundante.

Un sospechoso hundimiento en este arcilloso sello arquitectónico sugirió establecer su naturaleza localizándose inmediatamente abajo dos vasijas globulares de engobe blanco, volteadas y ubicadas entre los límites curvos de una intrusión que había cortado los adobes originales de la construcción subyacente. En ese momento, aún no se presagiaba el estar cerca a otro importante descubrimiento. Unos 80 cms. más abajo se localizó otras vasijas globulares erguidas y semejantes. Se trataba de cántaros «cara gollete» de buen acabado, engobados en blanco y con diseños en rojo. Sorpresivamente, al centro de la intrusión, debajo de una capa de tierra oscura, brilló al sol un hierático rostro humano en oro que decoraba el vientre de una araña primorosamente trabajada en este metal. Progresivamente, las herramientas finas y pinceles fueron exponiendo una curvada superficie con residuos de fibra vegetal, sobre la que descansaban diez arañas semejantes. Un impresionante collar aparecía colocado como componente final de un fardo integrado por centenares de placas de cobre y otros ornamentos cubiertos de óxido verdoso.

Las vasijas se distribuían a lo largo de una fosa angular de 1.60 mts. de ancho que se proyectaba dentro del perfil Sur. Una adecuada y segura protección volvía a sellar momentáneamente la tumba, mientras parte del personal ampliaba otra sección hacia ese lado, bajando progresivamente los 6 mts. de profundidad para tener finalmente, después de algunas semanas, la base del recinto funerario completo: una fosa rectangular de 1.70×2.60 mts., en cuya sección central se ubicaba el envoltorio.

Notoriamente, el formato de esta tumba resultaba diferente al de las cámaras del «Señor», el «sacerdote» y el «guerrero». El recinto funerario fue originalmente excavado como una fosa elíptica que en su base tomaba forma rectangular, careciendo del techo de maderas, hornacinas laterales y, evidentemente, ataúd. Sin embargo, sus reducidas dimensiones mantuvieron la estabilidad del relleno y las construcciones sucesivas, facilitando una mejor conservación. Se trataba de un entierro de mayor antigüedad y aparentemente más simple. Salvo el sector Sur, los límites restantes quedaron perfectamente definidos, no existiendo la posibilidad de otros acompañantes laterales, aparte de una llama y una mujer, sin ornamento alguno, que parecía haber sido sacrificada momentos antes de su entierro. En contraste con estas características, el collar de oro y volumen del fardo parecían desdecir de una menor jerarquía.

Dentro de la tumba del «Viejo Señor de Sipán» fueron hallados numerosos bienes tanto funerarios, como de mando, de rango y de culto, los que muestran comparativamente una mayor variedad y riqueza iconográfica. La diversidad de imágenes referidas a divinidades o atributos resulta notable por sus formas y dimensiones. Tres parecen constituir también los más importantes seres mitológicos: el «felino antropomorfizado», el «hombre cangrejo» y la «deidad de los ulluchus». Otros íconos o figuras de menor tamaño pueden ser de segundo orden ritual o menor grado mítico (máscaras realistas o pequeños personajes con serpientes).

La tumba del Sacerdote

Paralelamente al registro de la tumba del «Señor de Sipán» el equipo llevaba a cabo la prospección y descombraba superficialmente otras áreas de la edificación en secciones diagnósticas y alternas. Con la finalidad de establecer los componentes arquitectónicos y extensión de posibles contextos funerarios u ofrendatarios, se decidió limpiar una unidad al extremo Sur Este de la plataforma. Los primeros niveles del cuadro contenían escombros y fragmentos diversos. Luego encontraríamos algunos restos de muros correspondientes a posibles recintos superficiales. Inmediatamente después comenzó a configurarse en la estructura original de adobes un área de relleno regular y simétrico, parecido al de la tumba del Señor. Su progresiva excavación definía una apertura de 4 x4 mts., orientada también cardinalmente.

De inmediato, afloraron las impresiones de caña de un ataúd desintegrado que originalmente contenía el entierro de un joven adulto en posición extendida sobre sus espaldas con la cabeza al Norte. Observando su indumentaria y los objetos con él enterrados, se llegó a la conclusión de que se trataba de un «guardián». Mientras se dibujaba y trataba el entierro descrito, se continuaba la excavación de la sección restante del recinto. De este modo fue hallado otro ataúd intacto, cuyo desconocido contenido no dejó de despertar las expectativas del equipo frente a la posibilidad de una segunda tumba real. Por lo pronto, el formato del recinto, guardián, cámara y ataúd central, resultaban semejantes, al igual que su relativa contemporaneidad.

Al verse toda la primera capa del fardo funerario, quedó claro que el personaje principal se encontraba extendido y con la cabeza al Sur. Adornando a este fardo se encontraron diversos objetos como orejeras circulares de cobre dorado y algunas piezas de oro y turquesas; una nariguera ovalada bimetálica -de oro y plata-; una nariguera de oro elíptica y convexa en cuya parte posterior estaban grabadas rústicamente dos porras de combate, símbolo probable de la protección brindada al pueblo por este personaje y un collar en cobre dorado de hasta nueve cabezas humanas, entre otras cosas.

Al retirar estas prendas y ornamentos, quedaba expuesto el esqueleto completo del personaje cuyo examen, in situ, determinó a un varón adulto muerto entre los treintaicinco y cuarentaicinco años de edad, de 1.60 mts. y fuertes inserciones musculares en los huesos. No presentaba signos de enfermedades o malnutrición. Cerca a la mano derecha descansaba un cuenco metálico de 10 cms. de diámetro con tapa circular a manera de patena, similar a las copas ofrendatorias frecuentemente registradas en las importantes escenas de sacrificios o liberaciones radiantes entre el «ser radiante», «guerrero-sacerdote» o el «Señor», encarnación evidentemente de estas funciones y un segundo personaje que correspondería al encontrado en este ataúd, al que se denominó «El Sacerdote».

Junto con este personaje, se encontró los restos de 4 personas más: una mujer principal, otra en condición de servidumbre, un asistente masculino y un niño, cuyo entierro pareciera vincularse a la simbología religiosa tocante a la regeneración y paso al mundo de los muertos, ya que junto con él fueron enterrados un perro y una culebra.[32]

Tumba del Señor de Sipán. Collar de cuentas de cabezas humanas de plata

Nota:

Si quieren ingresar a la página del Señor de Sipán, el Señor Viejo y/o el Sacerdote, deberán colocarse en la referida página:

http://www.yachay.com.pe/especiales/sipan/index.htm

Luego, si por ejemplo desean ver al Señor de Sipán, entran al collar de maní (oro y plata) y le dan clic en donde aparece el símbolo geométrico de color azul verde con la cruz roja delgada que lo atraviesa. Entonces, tendrán la imagen del Señor y podrán elegir la pieza que deseen apreciar.

Información complementaria:

Los mochica adoraban a Ai-Apaec, “El Hacedor” (véase cerámica que lo representa); fueron magníficos navegantes, sus embarcaciones fueron hechas de fibra de totora (tanto los llamados caballitos como las embarcaciones más grandes); obtenían el guano en la islas de Chincha; es posible que ellos hayan iniciado el sistema de mensajería a través de los chasquis. Además de la pesca, su principal actividad económica fue la agricultura que desarrollaron gracias a un sofisticado sistema de irrigación, entre sus cultivos destacaron el maíz, la papa, el camote, la yuca, el frijol, el ají, el maní, las calabazas, la palta, el pepino, la jícama y la papaya, por mencionar sólo algunos. La lengua muchik todavía se hablaba en la costa norte peruana por cerca de 40,000 personas hacia 1644 y el cura Fernando de la Carrera escribió una gramática. Para ahondar en estos aspectos culturales puede leerse la obra ya citada de José Antonio del Busto.

Ai-Apaec sacrificando un ave

La Señora de Cao

La Señora de Cao, sacerdotisa, guerrera y reina.

Una mujer gobernante mochica.

Para este apartado tan interesante pueden revisar la Revista Clío, España, diciembre de 2010, la cual tiene un excelente artículo titulado “La Señora de Cao, una <dama de hierro> en el Perú Prehispánico” escrito por Laura Manzanera.

En pdf lo pueden consultar en:

http://xa.yimg.com/kq/groups/2461690/57280425/name/Sra+Cao.pdf (Consultado el 26 de octubre de 2011),

Por otra parte, Roberto Ochoa ha escrito el siguiente artículo sobre la Señora de Cao publicado en el diario La República de Perú el lunes, 8 de febrero de 2010:

El nuevo Museo de sitio del complejo arqueológico de “el Brujo”, en la Libertad. La dama de Cao y el museo de sitio se integraron a los nuevos circuitos turísticos de la región La Libertad.

Ella no tenía mas de 25 años, era esbelta, bajita, de hermosos rasgos mochicas y de largos y bien cuidados cabellos negros. Tan joven y ya era una reina. Ahora se sabe que murió de complicaciones en el parto pese a que gozaba de buena salud. Hasta se puede afirmar que comió como una reina pues los antropólogos sólo diagnosticaron una incipiente caries.

El hallazgo de su tumba en una plataforma funeraria de la Huaca El Brujo revolucionó los conceptos históricos de la civilización Moche. Su cuerpo de apenas 145 centímetros de alto mereció un fardo de un metro ochenta centímetros, es decir, casi medio metro de envoltorios que albergaban finos mantos bordados, 31 narigueras de oro, 23 estólicas (armas ofensivas capaces de lanzar flechas a más de cien metros) y esas enormes porras propias de un bravo guerrero moche. Muy cerca se hallaron los restos de una adolescente sacrificada antes del entierro y de un supuesto guardián de la tumba.

Pero hallar piezas de oro en un entierro moche ya no es ninguna novedad. La Dama de Cao, empero, sorprendió al equipo de arqueólogos dirigido por Régulo Franco por los tatuajes que se conservan en su piel momificada pese a que debió morir hace más de 1,500 años.

Unos diseños de estilizadas arañas y serpientes adornan su brazo hasta los dedos de su mano izquierda. En su momento simbolizaron su cualidad de sacerdotisa, guerrera y reina: hacedora de la fertilidad, señora de la lluvia, bruja de las tinieblas y guardián de los ancestros.

Una extraña iconografía maravilló a los arqueólogos. Una mujer pallar con las manos sobre el vientre de un recién nacido sostenido por su madre… algo inédito en un contexto funerario que no ha sufrido los estragos de huaqueros.

La tumba fue hallada a fines del 2005 y casi cuatro años después se inauguró el nuevo museo-mausoleo diseñado de tal manera que su imponente arquitectura se mimetiza con la vecina Huaca El Brujo y la Huaca Partida, ambas ubicadas en una enorme explanada que semeja una herradura justo a orillas del mar. Y es que la Huaca El Brujo ya es una visita obligada en los circuitos turísticos de Trujillo, más aún si consideramos que desde abril de este año cuenta con su propio museo de sitio donde descansa en paz el cuerpo de la Dama de Cao.

Pero El Brujo siempre albergó sorprendentes hallazgos. Lo mejor es que estos descubrimientos no sobresalen por sus piezas de oro y plata, sino más bien por su portentosa arquitectura y los coloridos relieves que han servido para desentrañar la historia de la civilización moche. Uno de ellos, denominado el “Muro del Tema Complejo” sigue siendo un enigma para los arqueólogos e historiadores.

Pero la visita también sirve para conocer la vecina Magdalena de Cao, un pequeño poblado célebre por sus chamanes y curanderos.

Como todo poblado que se respete en el Perú, su nombre es hispano y su apellido autóctono. En este caso, Cao es una toponimia moche que ha servido para identificar toda la zona, incluyendo el vecino yacimiento arqueológico. Es así como la Huaca El Brujo, su nuevo museo-mausoleo, y la vecina Magdalena de Cao complementan los atractivos turísticos de Trujillo y se han convertido en la puerta de entrada para el Circuito Turístico Nor-oriental.

La Dama de Cao nos espera.

Diversas imágenes de la Señora de Cao

HORIZONTE CENTRAL

Tiahuanaco (Tiwanaku), región del Collao

Pueblo agricultor y comerciante en el Collao (Altiplano boliviano). Se compara con Teotihuacan por ser el primer centro urbano grande en la zona andina. Se localiza a 3,842 metros sobre el nivel del mar, a 21 kilómetros al sureste del lago Titicaca, en Bolivia.

Se distingue por su cerámica policromada, la arquitectura monumental de piedra como el Kalasasaya y la Puertadel Sol, los cultivos de la papa, quínoa y maíz, el pastoreo de llamas y alpacas (lana y charqui), la caza de aves y la pesca en el lago Titicaca, así como en enclaves localizados en la costa. Se cree que los habitantes de Tiahuanaco, según Roel Pineda, introdujeron la técnica de los “camellones” (waru waru en quechua, suka kollo en aymara) con el objeto de drenar tierras pantanosas del altiplano y para conservar agua, utilizada en la época de secas y también para contrarrestar las heladas, de esta forma, afirman Sanders y Marino, unos 800 kilómetros cuadrados del terreno pantanoso próximo al lago fue convertido en un sistema de presa y canales “similar en muchas de sus características a las chinampas de la cuenca de México”.[34] En cuanto a la metalurgia, ésta se destacó por los trabajos de cobre, bronce estañífero y bronce arsenical. Actualmente los habitantes de la región siembran cereales y tubérculos. Por otra parte, vale mencionar que los pastos de altura ofrecen el alimento para las llamas y alpacas que desde tiempos lejanos fueron domesticadas, como ya se dijo, en la región de la puna o altiplano boliviano.

Al parecer, el sol fue la principal divinidad en Tiahuanaco, que, por cierto, era considerado “el ombligo del mundo”. Muchos mitos de creación tienen que ver con Tiahuanaco, entre ellos los de los incas.

Laurette Séjourné en América Latina, Antiguas culturas precolombinas establece el estilo artístico Nazca (costa meridional) –Wari (montañas centrales) –Tiahuanaco (montañas meridionales-altiplano). Éste se caracteriza no sólo por su decoración sino por la policromía que la diferencia de la sobriedad monocromática del norte. Según Wendell Bennett, citado por Séjourné: “…la correlación que existe entre la complejidad de los dibujos y la multiplicidad de los colores constituye la característica más importante de la cerámica de Tiahuanaco”. Para Séjourné, la cerámica de Tiahuanaco es tan diferente que parece provenir de otra fuente distinta a Chavín aunque sí recibió influencias de este sitio pues en la primera fase de cerámica tiahuanaquense se observan las formas de Chavín, a saber, botellas, base anular, paredes rectas y fondo plano, aunque “ignora el asa que corona la pieza y se distingue por un vaso alto, desconocido en Chavín, del que los incas hicieron el recipiente sagrado por excelencia, el kero[37]

Kero-Perú

En Tiahuanaco se ha encontrado evidencia de contacto con la selva, Canals Frau analiza los artefactos utilizados para el consumo de paricá (yopo), así como la presencia de arcos y flechas, todos ellos de origen selvático.

Por otra parte, según Sanders y Marino, Prehistoria del nuevo mundo, en Tiahuanaco existen “dos amplias avenidas, en sentido este-oeste y norte-sur, que se encuentran en una intersección en forma de T. Las estructuras excavadas en el núcleo están orientadas hacia estos ejes y pueden clasificarse de acuerdo con cuatro tipos básicos: templos construidos sobre plataformas escalonadas y elevadas, y templos construidos sobre plataformas bajas, residencias de la élite y tumbas”.

Como ejemplo del primer tipo de templo, en el sitio se localiza una pirámide de 140 x 180 m en la base y 15 m de altura llamada Akapana.[38] Estos autores, comentan que inicialmente se suponía que se trataba de una colina natural “regularizada con muros de contención que funcionaba como fuerte y refugio”, pero excavaciones más recientes demuestran “que es una plataforma artificialmente escalonada con un templo en la cima”. Como ejemplo del segundo tipo de templo tenemos al Kalasasaya que es una estructura muy importante ya que contiene a una de las construcciones más importantes de este sitio, la famosa Puerta del Sol. El Kalasasaya es descrito de la siguiente manera por estos autores:

“Se trata de una plataforma baja de tres metros de altura, con unas dimensiones en la base de 126 x 118 m. En la parte más alta habían pequeños edificios que servían de templetes y un patio hundido intercalado en el cuerpo de la plataforma.”.

En cuanto a las residencias de la elite, los autores citados dicen que éstas “están integradas por habitaciones dispuestas en torno a patios centrales”. Por último, al referirse a las tumbas, Sanders y Marino observan que: “Otras estructuras incluyen pequeñas cámaras subterráneas, que al parecer servían de tumbas. También se encuentra en este emplazamiento un sistema de conducción subterránea de agua”.

Asimismo, estos autores mencionan que estas construcciones fueron hechas de piedra, grandes bloques de piedra labrada perfectamente acoplados y unidos sin argamasa, portales de templos recortados en un solo bloque pétreo, escalones procesionales, en los que cada escalón está esculpido también con una sola pieza de piedra, inclusive llegaron a ensamblar algunas construcciones mediante sujeciones de cobre o con junturas muescadas de bloques de piedra. [39] Les sugiero que lean esta parte en la obra citada porque es muy interesante.

A su vez, la cultura tiahuanaquense se caracteriza por la escultura en piedra, entre la que destacan las enormes estatuas esculpidas sobre columnas, cabezas salientes (clavas) y esculpido en bajorrelieve de carácter rectilíneo.

Al parecer, el dios principal de Tiahuanaco pudo ser el que se encuentra en la Puerta del Sol, (“el dios de la puerta”, véase imagen superior), también se ha hallado representado en la cerámica. Se trata de un ser de carácter antropomórfico perfectamente ataviado y que sostiene una vara en cada mano (propulsor de lanzas, aljaba de dardos en cada mano). Sus ojos se proyectan en forma semialada y lleva un tocado adornado con cabezas de puma (puma también es una palabra quechua por cierto). A cada lado de la figura central se encuentran 48 paneles rectangulares dispuestos en tres filas. Cada uno contiene una figura humana que corre hacia el personaje central o se arrodilla ante ella. Algunos autores consideran que esta deidad puede ser identificada como Wiracocha. [41] Roel Pineda, advierte, que las figuras que le rodean son antropomorfas y tienen cabezas de halcones y águilas, y considera, al igual que Clara Abal, que el personaje central es el mismo que aparece representado en la Estela Raimondi de Chavín. [42]

Una de las teorías más aceptadas para explicar el declive de Tiahuanaco es que sus habitantes fueron sometidos por el imperio Wari (Huari) también llamado Walpa. Los Wari se localizaban en Ayacucho, en las montañas centrales al sureste de la actual ciudad de Lima. Los wari establecieron sistemas de caminos que los comunicaban con los pueblos más importantes, es decir, con las capitales de las regiones. Sembraron la papa, y se dedicaron al pastoreo de camélidos, se distinguieron por sus tejidos, los tapices hechos por los wari muestran la magnificencia y exquisitez de este pueblo. El imperio Wari, al igual que Tiahuanaco, declina hacia el 1,000 – 1,100 de nuestra era.[44]

Según Roel Pineda, el centro del Estado Wari (este autor evita el término imperio), se encontraba al lado de la actual ciudad de Guamanga (Provincia de Huamanga, departamento de Ayacucho), y en el momento de mayor florecimiento se extendió hasta Cajamarca (por el norte) y hasta el Qosqo (Cuzco) y Puno (por el sur), por el oeste hasta Cailloma y Arequipa, y por la costa norte entró hasta los linderos con Lambayeque, absorbiendo a la antigua cultura Moche, influida por Chanchán. [45]

Territorio Huari-Tiahuanaco

Huaco silbador.

Ceramio cultura Piura

Cultura Piura

En Piura se desarrolló la cultura Vicús, conocida originalmente como cultura Sechura, cuya cerámica de gran plasticidad llamó mucho la atención de arqueólogos y coleccionistas.

Sus tumbas profundas con rasgos de forma y decoración la vinculan con las culturas regionales del Ecuador y Colombia, pero a su vez, su constante asociación y semejanza con la cerámica Mochica, establece un vínculo muy fuerte con las culturas Lambayeque y Trujillo.

Desde luego, los antecedentes de Vicús se remontan al período formativo, donde pueblos como el de Ñañañique muestran una cultura muy semejante.

Después de Vicús y luego de un largo proceso de desarrollo, se forjó la Cultura Piura, cuyos últimos representantes fueron conocidos con el nombre de tallanes. En esta etapa surgió el urbanismo, con centros importantes como Narihualá.[49]

PERÍODO INTERMEDIO TARDÍO

CHIMÚ (costa septentrional, capital Chan-Chán)

Para este apartado léase el material anexo al final del mismo. También en el libro Religión e imperio de Conrad y Demarest, en las obras ya citadas de Sanders y Marino, Sejourné, Canals Frau, Cáceres Macedo y Roel Pineda podrán encontrar información sobre esta cultura.

Pueblo guerrero, practicaron la “herencia partida”, institución que fue tomada por los incas, y que consiste en que el heredero principal se queda con el cargo político pero no con la herencia material. Veneraban a las momias de sus gobernantes. Levantaron construcciones que incluían, como en el caso de Chanchán, palacios y plataformas sepulcrales. La densidad de población llegó a los 100,000 habitantes en la capital Chanchán. La ciudad, construida con adobe, estaba dividida en 10 barrios/ayllus con especialistas, esto indica ayllus de linaje (unidades de linaje), cada ayllu tenía sus propias calles y muros de adobe, el agua llegaba a todas las casas. Chanchán fue un centro urbano-comercial. Para la agricultura intensiva en los valles costeros (que gracias a ello se volvieron fértiles), realizaron magníficas obras hidráulicas que incluían enormes sistemas de canalización.

Al ser continuadores de la cultura Moche-Lambayeque, los chimúes hablaban la lengua yunga o muchik. Fueron excelentes orfebres, ceramistas (cerámica negra), y tejedores. Sus textiles llegaron a mezclarse con hilo de oro y plata, también con plumas de aves selváticas. El uso de metal (cobre y bronce) sirvió no sólo para uso ceremonial y ornamental, sino para fabricar instrumentos agrícolas (instrumentos de producción). También, además de tener como principal actividad económica a la agricultura, la navegación y la pesca fueron distintivos de esta cultura. Los chimúes adoraban a la luna (mareas, pesca).

La organización social chimú era militarizada, destaca el Ci-Equich o Ci-Quic (gran señor), el Alaec (cacique, sacerdote y jefe-militar), los Pixllac o artesanos (orfebres, ceramistas, tejedores), los Paraen (agricultores), los yanas (siervos, naborías) que eran los prisioneros de guerra.

Dos generaciones de incas trataron de dominar a los chimúes, luego, en 1465, fueron vencidos por aquellos porque les cortaron la entrada de agua potable a la ciudad después de un prolongado sitio. Sin embargo, fue tal el reconocimiento que los incas tuvieron de este pueblo guerrero que los incorporaron a su ejército y el Cápac Chimú (Señor de los chimúes) era reconocido en la elite del ejército imperial del Tahuantinsuyo.

Debido al respeto que los incas sintieron por los chimúes fue que formaron una alianza con ellos (según aclaran algunos autores como Roel Pineda), además, les permitieron continuar con su organización militarizada y el uso de la lengua muchik, lo cual explica el porqué en 1644 todavía había hablantes de la misma. Además, los incas llevaron orfebres chimúes al Cusco en calidad de mitimaes.

A continuación lean los anexos. Pueden iniciar el tema de Incas con el texto de Conrad y Demarest.

Anexo 1

La cultura chimú tiene un origen legendario. El fundador de la dinastía sería un héroe mítico llamado Tacaynamo o Taycanamo (Naymlap), el cual llegó a las costas lambayecanas con una gran flota de balsas y muchísimos servidores. Fue recibido por los indígenas con respeto y devoción, pues todo lo que venía del mar tenía un carácter divino y por ende sobrenatural.

Imagen que representa a Naymlap

En esta época, el límite entre la tierra y el mar era considerado como el fin del mundo. Todo lo que se encontrase más allá pertenecía a otro universo. Al de los dioses o al de los muertos.

A lo largo de los años, los chimú, adquirieron la reputación no solamente de ser los maestros en el arte textil, sino también los mejores orfebres y metalurgistas del Perú. Es en todo caso indiscutible, que la mayor parte de los objetos hechos en oro y cobre son atribuidos a éstos y que la técnica en este campo fue perfeccionada en esta región. Vasos incrustados con piedras preciosas, tumis o cuchillos ceremoniales cuya empuñadura es frecuentemente la figura alada de Naymlap (Tacaymano), máscaras de ojos rasgados que solían poner a los difuntos, bellos huacos de oro y recipientes donde una parte es de oro y la otra de plata son algunos ejemplos de la metalurgia altamente valiosa de esta cultura.

La cultura chimú llegó a su apogeo entre les siglos XII y XIII. La ciudad de Chan-Chán fue conquistada entre 1.460 y 1.480 por los Incas, bajo el mando del príncipe Túpac Yupanqui, quien en nombre de su padre Pachacutec, cortó los suministros de agua y terminó rindiendo a la magnífica capital. La dominación fue total en 1492. Desde entonces los chimús pasaron a ser vasallos del Inca del Cusco. Los que a su vez recurrieron al alto nivel artístico de los orfebres chimús, para perfeccionar a sus propios artesanos. Podríamos decir entonces que es de esta manera que nació la leyenda de una de las riquezas más codiciadas del Perú.

Chan-Chán

Chan-Chán está formada por un conjunto de importantes edificios y recintos amurallados que llamaron arbitrariamente «ciudadelas». A partir de las excavaciones arqueológicas realizadas a lo largo de los años, se ha podido identificar nueve /10/ unidades que han sido edificadas una después de la otra y en épocas diferentes. Ellas podrían corresponder a los sucesivos monarcas, y constituir individualmente los cementerios (huacas) construidos en sus respectivas memorias.

Chan-Chán representa actualmente la ciudad de adobe más grande del mundo. Edificada sobre una superficie de 20 kilómetros cuadrados; está compuesta de diversas obras de defensa al norte y al sur de la ciudad, de calles y plazas comunicando entre sí las diversas unidades. Estanques de piedra, graneros y campos de cultivo. Majestuosidad y grandeza de una ciudad hoy abandonada, que aún proclama a sus constructores como invencibles urbanistas.

La explanada que se observa en la Plaza de las Ceremonias era probablemente destinada a los ritos de ofrenda o ceremonias guerreras.

Unidades interiores de Chan-Chán En estas seis fotos se aprecian algunos detalles de lo que queda de los artísticos bajo relieves fabricados en el mismo material, rindiendo homenaje a las aves (pelícanos ), los peces y al mar. Efectivamente, todo aquello tenía a sus ojos significación divina pues se creía que estos animales guiaban a los muertos a través del mar, hacia otro mundo.

La huaca » del Dragón «

La huaca « del Dragón » o « del Arco Iris «, se sitúa a solo algunos kilómetros de Chan-Chán, en dirección al pueblo de pescadores de Huánuco.

Los bajos relieves están muy bien conservados y los motivos de decoración sugieren que esta huaca fue creada en honor del Arco Iris.

En el friso superior se pueden ver guerreros bailando así como la representación de un dragón.

Huaca » del Dragón » o » del Arco Iris «

Como parte de este anexo lean también lo siguiente:

Chan Chan. Trujillo – La Libertad.

Es la Ciudadela de Barro más extensa del mundo, ocupa 20 kilómetros cuadrados, que ha sido dividida en diferentes sectores por los arqueólogos que la han investigado y cuya construcción comenzó sobre bases más antiguas. Se estima que pudo albergar a por lo menos 35,000 habitantes. Se encuentra en el corazón del estado chimú, junto a la actual ciudad de Trujillo en el norte del Perú.

Los muros fueron edificados con adobes y adobones y levantados sobre fundamentos construidos con piedras y tierra. Las diversas unidades arquitectónicas de Chan Chan han sido bautizadas principalmente con nombres de destacados arqueólogos como Tschudi, Hule y Tello entre otros. Las paredes de la ciudadela, así como de las pirámides del entorno, se caracterizan por su decoración estucada expresada con pequeños diseños conocidos como «arabescos». Estas figuras eran elaboradas en las paredes de barro aún húmedas.

Existe la hipótesis fundada en las tradiciones orales, de que su extensión no se basó en métodos de conquista sino en pactos federativos. De este modo los distintos ámbitos dentro de la gran ciudad debieron de corresponder a los pueblos incorporados al reino, y no a la discriminación por raza de castas u oficios. [50]

«…Chan-Chán es una ciudad extinta, desierta en medio del desierto…Cuando se hace un esfuerzo mental de reconstrucción de esta antigua ciudad; cuando se piensa en ese maravilloso pasado, en los poderosos príncipes que la han edificado, y en el pueblo incansable que, bajo una dirección inteligente y sabia, creó ese vasto conjunto de construcciones y cultivos, se cree ser víctima de un mal sueño…Uno se pregunta asombrado en nombre de qué principio de grandeza, de fuerza o de civilización, un mundo tan mezquino, tan pobre, tan pequeño, ha reemplazado la fecunda actividad de los pueblos que fueron aniquilados porque fueron juzgados y condenados como bárbaros…», Charles Wiener, Perú y Bolivia: Relato de viaje, 1880.

Mapa de Perú, Enciclopedia Microsoft Encarta 2000

Anexo 2

Dinastía inca (Capaccuna)

Manco Inca

Sinchi Roca

Lloque Yupanqui

Mayta Cápac

Cápac Yupanqui

Inca Roca

Yahuar Huaca

Viracocha Inca (¿ – 1438)

Pachacutec (1438 – 1471) [Cusi Inca Yupanqui]

Túpac Inca (1471 – 1493)

Huayna Cápac (1493 – 1525)

Huáscar (1525 – 1532)

Atahualpa (1532 – 1533)

Área Andina: “Unidad cultural de pueblos agricultores de tiempo completo”. Economía basada primordialmente en agricultura combinada con pesca, caza, recolección, pastoreo, comercio y tributo.

Organización social: desde aldeas agrícolas hasta imperios consolidados con un poder central.

Imperio Inca o Tawantinsuyu (Chinchasuyu, Condesuyu, Antisuyo, Collasuyo): de 8 a 15 millones de habitantes, casi un millón de kilómetros cuadrados, 4,500 kilómetros de largo. Abarcaba desde el sur de Colombia hasta el río Maule en Chile. La Cordillera de Los Andes fue su “columna vertebral”, su eje.

Kirchhoff: “Súper área cultural de pueblos cultivadores superiores”.

Rasgos o elementos culturales: agricultura, centros ceremoniales y urbanos, comercio, guerras de conquista, tributo, pastoreo, especialización de cultivos (papa, maíz, quínoa, coca, etc.), sistemas de regadío (canales, camellones, terracería o andenería), dinastías en el poder (particularmente la última etapa con los incas), organización socio-económica y política alrededor del ayllu (comunidad, ancestros, linaje, tierra), panteón (religión de estado, culto a Inti), idioma oficial (quechua, runa simi: “lengua del hombre”).

Datos de interés sobre panteón andino:

Pachacámac y Wiracocha: deidades panandinas preincas.

Illapa – trueno, granizo, lluvia, dios relacionado con fenómenos naturales, agricultura. Nombre dado por los indígenas al arcabuz y a Santiago Apóstol.

Inti (sol) – Coricancha (oro, patio), templo dedicado a su culto.

Anexo 3

Área Andina

Geografía, orografía, clima, flora y fauna.

Paul Kirchhoff es quien crea el concepto de Mesoamérica. Él habla de caracteres o elementos culturales exclusivos, comunes y/o ausentes entre esta súper área cultural de pueblos agricultores y otras como sería el Área Andina. De esta forma, compara dichos elementos mesoamericanos con los de los pueblos de las llanuras de Norteamérica, “The Greater Southwest” (luego se crearán los conceptos de Árido América y Oasis América), los pueblos de la selva (Amazonía), los Chibchas.[52]

En particular, es el estudio del Área Andina el que nos ocupa ya que, al igual que Mesoamérica, se trata de una súper área cultural de pueblos agricultores de tiempo completo, mismos que se organizaron desde las aldeas agrícolas hasta los imperios consolidados con un poder central. En la obra de Kirchhoff se puede leer al final una lista de los elementos comunes entre ambas áreas, así como aquéllos que fueron exclusivos de cada uno de ellos, un ejemplo de esto último sería el caso de la coca en el área andina.

Asimismo, hay que reconocer algunas singularidades de esta vasta región austral. En principio se deben recordar las estaciones del año boreal y austral:

Estaciones del año

Boreal

Austral

Meses

Primavera

Otoño

marzo-junio

Verano

Invierno

junio-septiembre

Otoño

Primavera

septiembre-diciembre

Invierno

Verano

diciembre-marzo

Se debe tener presente lo anterior porque así se entiende el calendario agrícola y ritual de los pueblos andinos.

También es importante que se revise constantemente el glosario que se anexa para que sea fácil la lectura de los materiales. Muchos términos pueden resultar extraños, sin embargo, son los que se prefieren en la región andina. Algunos son de origen taíno arahuaco como ají (chile), español como arveja (chícharo), o quechua como ayllu (calpulli).

La Cordillera de los Andes se convierte en referencia obligada cuando se estudia la geografía y orografía andina.

Datos orográficos

Chala (costa peruana) [53]

0 a 500 ms/n del mar (actualmente sin actividad agrícola). Clima desértico,15 Km. de ancho en promedio, 17-18° C. En algunas partes como Atacama (N de Chile) y Chanchán (N de Perú) es seco con precipitación pluvial prácticamente nula.

Yunga marítima

Oscila entre los 500 a2,300 ms/n del mar. Clima templado, en las inmediaciones de la costa es húmedo [54], pero a partir de los1,500 m s/n del mar es seco, 18° C de temperatura promedio anual,300 mm a1,600 mm de precipitación pluvial (de temporal). Producción agrícola de riego y temporal. Principales productos en el Perú actual: maíz, trigo, cereales (avena), leguminosas y caña de azúcar. Cría de ganado caprino, vacuno, equino y porcino (chanchos).

Quishua (Sierra)

2,300 a3,500 ms/n del mar. Zona fría y seca (aunque en comparación con las temperaturas dela Punapuede decirse que es templado), precipitaciones de temporal (1,000 a2,000 mm). En la época inca se sembraban maíz y tubérculos (papa). Actualmente se practica una ganadería mínima.

La quishua (quishwa) o sierra es un valle o quebrada protegida que se encuentra a menor altura que la puna. Ahí sí se da el maíz porque más arriba en la puna se rompería la planta por los fuertes vientos. Desde la antigüedad se usó como fertilizante al guano de la costa y las cabezas de pescado. En la quishua se construyeron sistemas de regadío y terrazas de cultivo (andenería). La presencia del guano y las cabezas demuestran una interacción entre la gente de la costa y la de la quishua.

Costa Montaña

Puna o Altiplano

Ésta a su vez se divide en:

a) Zona Suni (3,500 a4,000 m s/n del mar), clima frío y seco con precipitación pluvial de dos tipos: líquida y sólida (nieve, granizo). Lluvias normales en verano (diciembre-marzo) y sólida en invierno (junio-septiembre). Pastizales que favorecen la ganadería (pastoreo) y cultivo de tubérculos.

b) Jalca (4,000 a4,800 m s/n del mar), muy frío, precipitación pluvial líquida y sólida con tempestades eléctricas. Zona de camélidos andinos (llama, alpaca, vicuña, guanaco).

c) Janca o Cordillera (4,800 a 6,768 m s/n del mar), nieve perenne. Nevado Huascarán, Cordillera Blanca. [55]

Yunga o selva

Ésta, a su vez, se divide en:

a) Selva o yunga pluvial (2,300 a 1,000 m s/n del mar), se conoce como ceja de selva, 20° C, de1,000 a2,600 mm de precipitación pluvial. Cultivo de cereales y coca.

b) Rupa-rupa (1,000 a 400 m s/n del mar), productos tropicales (café y cacao actualmente) y tala de madera, 24° C promedio anual.

c) Omagua (400 a83 m s/n del mar), 26° a 28° C. Explotación de madera. ¡Calurosa

Valles interandinos

Son valles de altura. Éstos se conectan por medio de los pasajes intercordilleranos. Para darse una idea puede pensarse en el valle de México como se conecta con el de Puebla a través de los pasajes intermontañosos del Eje Volcánico.

A su vez, el intercambio de productos entre los pueblos de ambos lados de la cordillera ha sido una constante a lo largo del tiempo. Por ejemplo, la coca es un producto del lado selvático, el guano es recolectado en las costas. En 1580, de Garay describe las “camisetas del otro lado dela Cordillera” que usaban los indios pampas. Este tipo de atuendo era la vestimenta de los incas.

Hidrografía

Los ríos pueden ser de varios tipos: los de costa (Océano Pacífico), los de valle de altura y los que vierten sus aguas hacia el Océano Atlántico. Un río costero sería el Rímac (Lima, Perú), uno de los ríos de valle de altura sería el Urubamba, un río selvático sería el Amazonas que desemboca en el Océano Atlántico. Los ríos que se forman de los deshielos pueden ser, al principio, pequeños riachuelos que al unirse forman conjuntos hidrográficos más grandes, tal sería el caso del río Marañón, uno de los principales afluentes del río Amazonas.

Corrientes marinas

Las principales corrientes marinas son la de El Niño y la de Humboldt. La de El Niño es tibia, la de Humboldt es fría. Se supone que le pusieron El Niño porque se acerca en las épocas de Navidad. Ambas provocan que la humedad sea del 100% en períodos de invierno austral (junio-septiembre). No llueve en la costa peruana,[56] pero se mantiene la alta humedad y con neblina, lo cual favorece que en esa estación invernal haya abundante vegetación, es una transformación muy interesante del paisaje antes seco durante el estío.

Vientos

En Perú se presenta otra singularidad en sus costas, específicamente en las del sur de Lima, es decir, en el Departamento de Ica.[57] Allí se encuentra la costa desértica de Paracas, de hecho esta palabra significa “vientos”. A pesar de esto, en esa zona se desarrolló en la antigüedad una gran cultura, sus habitantes se dedicaron a la pesca, la recolección del guano (fertilizante), a la agricultura aprovechando las corrientes subterráneas y construyendo sistemas de regadío. También es famosa por sus entierros (necrópolis).

En la puna o altiplano también hay fuertes vientos, sequías y heladas. Como ya se dijo, se trata de una región alta y fría con pastos abundantes para llamas y alpacas (pastoreo) y zona de cultivo de papa, quínoa [58] y tubérculos en general como la oca (turma dulce).

Pastoreo

El Collao, situado en Bolivia, es una meseta al sur y este del Lago Titicaca. Allí se habla el aymará, está enla Punaalta y fría. Según autores como John Murra, el cultivo de tubérculos como la papa y la domesticación de los camélidos (llamas y alpacas) se originaron en esta zona que estuvo densamente poblada.

Conclusión de este apartado

La Puna y la Quishua (altiplano-pasto, sierra-valle alto) forman una unidad y una sola área cultural. Según Murra, “las zonas más características son la puna o altiplano, y la quishua o sierra que se interpenetran y forman juntas el medio decisivo donde se desarrolló la civilización andina”. Es decir, son zonas etnogeográficas andinas.[59]

De esta forma, los sistemas de regadío (canales, waru-waru o camellones), los caminos de piedra (Cápac Ñan, Camino del Inca) y los andenes (terrazas de cultivo) son -junto con el cultivo de tubérculos como la papa y el pastoreo de camélidos (llamas y alpacas)- algunos de los elementos culturales del mundo andino, particularmente inca, lo que equivaldría, según Murra, a las mayores conquistas tecnológicas de la civilización andina.[60]

Anexo 4

Pachamama, Madre Tierra

Ciclos agrícolas vitales

Nota: Para este apartado puede consultarse los textos de Virgilio Roel Pineda, Luis Millones, Guamán Poma de Ayala, John Murra, Luis R. González y Silvia Limón Olvera (ver bibliografía del programa Área Andina 2012).

 

A continuación se incluyen dos fragmentos de las obras de Luis R. González y Silvia Limón Olvera, nótese la importancia que se le da dentro de la cosmovisión andina a los rituales agrícolas vinculados con los fenómenos naturales:

1) “El ámbito intermedio del cosmos, sitio donde tenía lugar la unión de los principios masculino [hanan pacha] y femenino [urin o ucu pacha] [61] y que correspondía a la superficie terrestre, era concebido como un rectángulo dividido en cuatro partes, cuyas esquinas estaban determinadas por los solsticios, es decir, por los puntos extremos norte y sur de los horizontes oriente y poniente, es decir, por donde sale y se mete el sol respectivamente. Según J. Alden Mason, inicialmente los marcadores que señalaban el trayecto anual del sol por el horizonte fueron las montañas, pero el Inca Pachacuti mandó colocar cuatro torres de cantería en lo alto de los cerros del este y del oeste para señalar los puntos extremos del sol, que corresponden a los solsticios, y que están asociados con las épocas de siembra y cosecha.” [62]

2) “El ushnu [plataforma] era una construcción característica de los establecimientos imperiales más importantes y simbolizaba la autoridad del poder central. En el Cuzco, era el lugar que ocupaba el soberano para conducir las ceremonias calendáricas. Pero otra de sus funciones era la de servir para las observaciones astronómicas que informaban sobre los momentos del año en que debían dar comienzo los trabajos comunitarios. El ciclo agrícola se inauguraba en forma oficial cada 18 de agosto, día en el cual el Sol y la Luna se encontraban en oposición, el uno en el cenit y la otra en el nadir. En esa fecha, al mediodía el Sol pasaba directamente por encima del ushnu, mientras que a la medianoche lo hacía la Luna.”[63]

Calendario Incaico

Enero: Capac Raimi Camai, mes de los ancestros Febrero: Paucar Uarai, mes de la diversidad Marzo: Pacha Pucui, mes de la cosecha Abril: Camai Raimi, mes de la abundancia Mayo: Hatun Cusqui Aimorai, mes del almacenamiento Junio: Haucai Cusqui, mes de la fiesta del Sol Julio: Chacra Ricui Cunacuy, mes de la distribución de los campos de cultivo Agosto: Chacra Iapui, mes de la preparación de los campos de cultivo Setiembre: Coia Raimi, mes de la Luna y del saneamiento Octubre: Uma Raimi, mes de la fiesta solemne del Agua Noviembre: Aia Marcai, mes de la veneración. Diciembre: Capac Inti Raimi, mes solemne del Sol. [64]

Organización administrativa del Tawantinsuyo para

el control del trabajo, la producción y los tributos

Nota: Para este apartado véanse los textos de Murra y Roel Pineda.

Cada uno de los cuatro suyos eran gobernados por un Apu, también se les decía Suyoyoc Apu, eran hermanos del Inca. Los cuatro formaban un consejo que asesoraba al Inca en la organización política del Tawantinsuyu. También había 12 ancianos consejeros.

Chinchasuyo Antisuyo

Condesuyo Collasuyo

El Quipu camayoc, oficial o mayordomo de los quipus, llevaba la contabilidad de la riqueza, es decir, el registro del número de mantas, alimento almacenado en las kolkas, del ganado, de la población de cada suyo.

También había controladores-visitadores, los Tucuy Ricuq o Tucuy Rikoq“el que todo lo ve”, “el que ve todo”, algo así como “los ojos y oídos del rey” que visitaban las satrapías persas.

El Tocricoc (T’oqrikoq) era el gobernador.[65] Este último era el representante del “Estado” inca, aunque dice Murra, basándose en Rowe, que no se debe confundir con el Tukuy rikoq.

Administración decimal

Nota: Véase en particular a Roel Pineda, p. 440.

Las poblaciones del Tawantinsuyu eran divididas “en grupos de familia con sus respectivos jefes.”

Purej o puric: jefe de familia.

Pisca camayoc: jefe de 5 familias.

Chunca camayoc o Pichca camayoc: administraba 10 familias.

Éstos eran elegidos “democráticamente”.

Pisca chunca camayoc: jefe de 50 familias.

Pachac o Pachaca camayoc: administraba 100 familias.

Pisca Pachaca camayoc: jefe de 500 familias.

Waranqa camayoc (huaranca = noble): jefe administrador de 1,000 familias.[66]

Pisca Huaranca camayoc: jefe de 5,000 familias.

Huno camayoc o Chunca Huaranca (Waranqa) camayoc: administraba 10,000 familias. Sobre él estaba el Curaca (cacique, “el señor del pueblo”).

Huamami: administraba más de 10,000 familias. Sobre él estaba el Apu.

Varios hunos constituyeron el suyo (como ya se dijo, el jefe máximo del suyo era el Suyoyoc Apu).

Los cuatro suyos formaban el Tawantinsuyu (“Imperio”) y el Inca era el gobernante principal, el señor de los cuatro rumbos, de los cuatro suyos. El Auqui era el príncipe heredero, hijo del Inca y de la Coya, su hermana-esposa. Sólo se permitía el incesto entre los Incas para mantener la Capaccuna, la dinastía, el linaje real; la gente del común no lo practicaba, estaba prohibido. La insignia real del Inca era la mascapaicha, la cual consistía en una borla de lana roja que colgaba en la frente sostenida por un llautu –tira de lana trenzada o tejida que se enrollaba en la cabeza-, la borla llevaba pequeños adornos de oro que colgaban de ella. Según el cronista jesuita Joseph de Acosta, en su crónica de fines del siglo XVI Historia natural y moral de las Indias (léanla, no tiene desperdicio, lo mismo habla de aztecas que de incas) otra insignia real era el arco del cielo, dos culebras que hacían un arco como el arco iris del cielo. Por último, los españoles nombraron Orejones a los nobles indígenas, a los Pacoyoc, porque usaban unas orejeras enormes de oro. Recuerden todo esto mientras disfrutan unos ricos orejones de durazno.

Las tres normas del Tawantinsuyu

“No mentir, no robar, no ser ocioso”

Nota: Pueden constatarlo en los textos de von Hagen, Murra, Millones y en la Revista Cuicuilco. La referencia bibliográfica completa la tienen en el programa de la materia de Área Andina.

Miscelánea

Estos son temas sueltos que sirven de complemento a lo ya visto.

Aya, “todos los demás cadáveres”, véase Conrad y Demarest, p. 149, cita 95.

Desdoblamientos de Inti, (Conrad y Demarest, p. 139): Apu Inti, Señor Sol, solsticio verano; Churi Inti o Punchao, el Sol niño o amanecer, solsticio de invierno; Inti Guauqui, Sol Hermano, padre fundador de la dinastía inca y centro del culto oficial a los antepasados.

En la crónica de Joseph de Acosta también pueden leer acerca de las piedras bezoares que eran cálculos de los guanacos, por ejemplo, que servían según el pensamiento europeo de la época como medicamento y contravenenos.

Según Murra en el Tawantinsuyu la tierra se suponía que era propiedad del “Estado”, pero se trabajaba comunalmente. A esto Murra lo explica como una “ficción legal”: “El dominio era del Inca y sólo el usufructo de la comunidad del pueblo”. [67]

La “mala muerte”: cuando lean la crónica de Cieza, vean lo que dice de los españoles que han tenido una mala muerte. En la historia de la conquista de América hubo mucha gente miserable que formó parte de esta empresa. Casos sobran, en México tenemos como ejemplos deplorables a Pedro de Alvarado y Nuño de Guzmán. Nada más vean el fin de Alvarado para darse una idea de la “mala muerte”. En el caso peruano vean cómo murieron Francisco Pizarro o su hermano Gonzalo, y qué decir del dominico fray Vicente Valverde, el que le hizo la trampa (“requerimiento”) a Atahualpa, se lo comieron los indios en la isla de Puná en 1541.

En la crónica de Juan de Santa Cruz Pachacuti (vean datos en el programa de materia) viene una descripción muy interesante del Coricancha que incluye dibujos. Podría tratarse de un “mapa cósmico” según algunas interpretaciones.

Mito de Inkarri: a pesar de que la versión más consensuada sobre la muerte de Atahualpa es que le dieron “garrote vil” y no murió quemado ni decapitado, aún existe el mito del Inkarri que asegura que la cabeza (el cielo) y el cuerpo (el mundo) se unirán de nuevo cuando éstos se encuentren. Es decir, como asegura la versión popular, Atahualpa fue decapitado, entonces se creó una gran confusión, los indios cayeron en una gran desolación, pero llegará el nuevo pachacutec y las partes se juntarán, así, los pueblos indios del Perú serán felices de nuevo. Todo esto lo pueden leer en Murra (acerca de la muerte de Atahualpa) o en Millones, particularmente en su artículo de la revista Cuicuilco (véase bibliografía del curso). De todas maneras, vale decir, que el cuerpo de Atahualpa fue quemado en varias de sus partes para evitar que lo momificaran, muchas mujeres se suicidaron para acompañar a su señor Atabalipa. Lean a Ricardo Palma, es interesante cómo narra la muerte de Francisco Pizarro. Bueno, eso es todo, ojalá les sirva de algo todo esto.

[68]

[69]

[70]

[71]

Totoral en el Lago Titicaca Perspectivas del Medio Ambiente en el Sistema HídricoTITICACA-DESAGUADEROPOOPÓ-SALAR DE COIPASA (TD P S) GEO Titicaca (PNUMA)

Anexo 5

El trabajo arqueológico en Caral ha sido emprendido con fuerza desde hace ya 20 años por la notable especialista Ruth Shady. Es asombrosa la manera como se puede comprobar que las culturas precolombinas, específicamente la de Caral, no necesariamente hicieron uso de la violencia física para someter a los otros pueblos y ganar su bonanza material y espiritual. La pesca, el intercambio comercial con los habitantes de la sierra y la selva, hicieron de Caral, a su vez, un faro espiritual, como se constata con la zona piramidal redonda.

Asimismo, el uso del algodón para hacer las redes para pescar, el hallazgo de quipus, entre otros restos arqueológicos,  han ayudado a constatar que se trata de una ciudad milenaria y contemporánea a las culturas egipcias y mesopotámicas. [72]

Caral, vista aérea

Caral, vista aérea

Caral-Shady1

Caral, quipus, aritmética, cosmovisión

Caral, quipus, aritmética, cosmovisión

GLOSARIO DE ÁREA ANDINA – 2012

Choclo, elote tierno

Chala, hoja de elote

Palta, aguacate

Poroto, pallar, habichuela, frijol

Papa, patata

Chaucha, ejote

Zapallo, calabaza

Quínoa, planta cuyas semillas son parecidas a las del amaranto (huautli)

Arveja, alverja, chícharo, guisante. Esta voz es del latín, ervilia, y se prefiere en Sudamérica.

Mate, especie de bule, también se le llama así a la yerba mate paraguaya (infusión)

Hatun, alto, elevado, mayor

Hatun runa, hombre adulto, mayor, labrador, tributario

Aclla, joven, virgen

Mamacona, “abadesa”, mujer mayor consagrada al culto por encima de las acllas

Totora, planta fibrosa, especie de mimbre (recipientes, “caballitos de totora”)

Cabuya, planta fibrosa, especial para hacer sogas (como las utilizadas en los puentes colgantes)

Capac, qhapaq, poderoso (“Kapac yahuarniyoc, de sangre real”)

Capaccuna, dinastía Inca

Sapan Inca, Sapa Inca, el Inca, el monarca

Suyo, rumbo, provincia

Charqui, carne deshidratada (como la machaca)

Chuñu, papa deshidratada, conserva (puede ser otro tubérculo no sólo la papa)

Chasqui, mensajero, correo de posta

Taclla, pala de siembra

Chachapoyas, indios de los Andes orientales al norte del Perú, los incas los conquistaron a principios del siglo XVI. Apoyaron a los españoles

Cañar, cañaris, cañares, grupo indígena del norte de Ecuador dominado por los incas a fines del siglo XV. Apoyaron a los españoles

Chulpa, chullpa, monumento funerario de piedra (torre en forma redonda o cuadrada)

Huanca, roca sagrada, representación de carácter histórico (a cargo de los amautas)

Tambo, depósito, posada, estación de caminos, poblado en el camino del inca

Cancha, patio (generalmente cercado), terreno o construcción cercada por un muro, maíz tostado

Pirca, pared de piedra

Pucará, fuerte, fortaleza

Llacta, ciudad (aprovisionamiento, administración, centro religioso)

Cápac Ñan, Qhapaq Ñan, gran red de caminos incaicos (aproximadamente16,000 kilómetrosde longitud)

Waru-waru, camellones, surcos (en las tierras de sembradío)

Kolkas, almacén

Kallanka, galpón, construcción alargada con varias puertas

Katu, catu, mercado

Uncu, camiseta andina

Huara, taparrabos

Tupu, alfiler para ropa, fíbula

Topo, medida de tierra (“cincuenta brazas en largo y veinte y cinco en ancho”)

Pacha, cosmos

Pachamama, “Madre Tierra”, culto, ofrenda ala Madre Tierra, al cosmos

Mamacocha: “Madre Mar”, cocha =agua, culto, ofrenda ala Madre Mar, Madre Agua

Inti, dios del sol

Apu Inti, el señor sol

Churi Inti o Punchao, el sol niño o amanecer

Illapa, dios del trueno, por alusión al tiempo y a los Incas (reyes) muertos. Los indios le llamaron illapas al sonido y esplendor que salía de las armas de pólvora españolas (arcabuces), también se le relacionó con Santiago Apóstol que supuestamente llegaba a ayudar a los españoles (el cielo se abría y en medio del fulgor aparecía el santo mata moros, mata indios)

Wiracocha, Apu -Kon -Titi -Wira -Kocha (señor supremo-fuego- unión, todo junto –tierra –agua), dios creador, como la divinidad llamada Pachacámac (santuario en la costa limeña dedicado a esta deidad)

Tumi, cuchillo, cuchillo ceremonial

Chacra, heredad de labor, huerta

Puna, región alta y fría, altiplano

Guano, huano, estiércol de las aves (marinas), fertilizante

Chacchar, mascar coca

Acullico, abultamiento que se produce en la mejilla mientras se masca la coca

Soroche (Perú), apunarse (Argentina), mal de montaña (se quita mascando hoja de coca o tomando mate de coca)

Cumbi, tejido fino

Ahuasca, tejido, tela común

Sara (quechua), maíz (tahíno arawako)

Ayni, reciprocidad a nivel personal (entre dos personas, “en corto”), devolver un favor, obligación que adquiere una persona ayudada por otra, origen de las relaciones económicas andinas

Minka/minga, reciprocidad grupal, trabajo comunal, especie de tequio

Mita, tanda, turno, vez, servicio personal; en la época inca era el sistema en que los indios contribuían con su fuerza de trabajo, a manera de tributo, para realizar las obras públicas del Tawantinsuyu, especie de contribuyentes en períodos de tiempo determinado; en la época española se institucionalizó a manera de repartimiento forzoso como el cuatequil

Mitayos, -en singular, mitani-, indios de mita, persona que cumple con una mita o turno de trabajo

Yanas, yanaconas, sirvientes domésticos, se les confunde con “esclavos”, prisioneros de guerra empleados en el servicio doméstico

Yanaconazgo, sistema de trabajo empleado por los españoles para que los yanaconas trabajaran en sus casas y chacras (servicio doméstico)

Mitmaqkuna o mitima, advenedizo, colono

Piña, prisionero

Hojotas, ojotas, ohotas, huarache

Ayllu (quechua), hatta (aymara), comunidad, ancestros, linaje, tierra (como el calpulli)

Opa, tonto

Collao, altiplano boliviano

Aja, aca (quechua), chicha (arawako), bebida fermentada de maíz

Ají (voz arawaka), chile

Yuca, mandioca (fécula de la mandioca, tapioca)

Casabe o cazabe, pan de la yuca amarga

Capaccuna, linaje de los Incas, árbol genealógico o dinastía real inca, como se nombraban a sí mismos los incas del Cusco

Panacas, familiares del Inca

Aba-chiriguanos, aba = hombre en guaraní, chiri = frío en quechua, “estiércol frío” (los incas les llamaban así demostrando su desprecio por estos indios que no soportaban el frío cuando los llevaban prisioneros al Cusco)

Apachita, piedras amontonadas artificialmente en los cruces de camino a manera de ofrenda o pedir permiso para pasar

Conopa, idolillo de barro, divinidad doméstica

Huaca, lugar u objeto sagrado

Amaru (quechua), catari (aymara), serpiente

Pata-pata, andén, terraza de cultivo

Poma, puma, “león de montaña”

Huaman, halcón

Cámac, espíritu, fuerza vital (como en Pachacámac)

Apu, señor de un suyo, señor supremo, divinidad, v. gr. Los apus de los cerros sagrados

Hanan, arriba, parte superior, v. gr. Hanan Cusco

Hurin, abajo, parte inferior, v. gr. Hurin Cusco

Capacocha, fiesta de los sacrificados (sacrificios de niños y doncellas en las alturas comola Damade Ampato)

Mascapaicha, borla roja, insignia del inca

Llautu, tira de lana trenzada o tejido que se enrolla en la cabeza

Vincha o bincha, cinta o “apretador de cabellos”, ahora en México ya se usa en el argot deportivo por la influencia de los futbolistas sudamericanos que juegan en nuestro país

Auqui, hatun auqui, príncipe heredero

Coya, mujer principal del inca, podía ser su hermana (incesto real)

Ñusta, princesa inca, mujer de noble linaje

Pacarina, origen, aparición, nacimiento de algo (sagrado)

Mallqui, momia real

Aya, “todos los demás cadáveres”, véase Conrad y Demarest, p. 149, cita 95.

Huasipungo, casa del campesino (Ecuador)

Huasi, casa, como en acllahuasi

Pungo, puerta

Villca, huilca, bisabuelo/antepasado, bisnieto/descendiente, divinidad, sagrado, hechicería: “hechizo que hacía dormir para saber las cosas perdidas”, medicina (arbusto cuyas semillas amargas se usan como purgante), planta alucinógena (semillas usadas como las del yopo o paricá), endemoniado, maléfico, sinónimo de huaca

Willaqumu, sacerdote principal del sol, Coricancha, ocupaba un lugar privilegiado en la jerarquía cusqueña

Coricancha, cori, oro, templo del sol

Tarpuntaes, sacerdotes incas

Huizas, adivinos, hechiceros, sacerdotes, pontífices (así lo traducen y usan en las crónicas)

Pampa, bamba, llanura

Huacanqui, waqanki, amuleto para el amor

Champi, porra, arma inca

Guauqui, hermano

Amauta, poeta, maestro, quienes recitaban las proezas del inca en las fiestas del sol

Llipta, ceniza y cal preparadas para chacchar. La cal se saca de las conchas como el mullu o spondylus

Pacoyoc, orejones por el adorno tan grande que llevaban en las orejas), nobles incas

Taki onqoy o ayra, “enfermedad del canto”, movimiento de resistencia étnica que se dio en el terreno simbólico

Pachacuti, Pachacutec, milenio (era, ciclo), cataclismo, transformación

Auca, enemigo (los españoles usaron con mucha frecuencia esta palabra para referirse a los indios indómitos como los araucanos)

Curaca (quechua), cacique (tahíno arawako)

Anti, amanecer, salir el sol, el oriente, el Antisuyo y su gente, Andes, cobre

Tawantinsuyu, “imperio inca” de los cuatro rumbos: Chinchasuyo, Condesuyo, Antisuyo y Collasuyo

Cusco, “ombligo”, capital de los incas

Mocha, gesto de adoración al sol como lanzar un beso con los dedos (como “persignarse”)

Ichu, icchu, pasto (punas), se usa como forraje y para aglutinar adobe, también en forma compacta para forrar los techos de las casas

Quipucamayoc, el oficial o mayordomo que llevaba la cuenta de los quipus (control administrativo, contabilidad de la riqueza y de la población del Tawantinsuyu)

Qochayuyo, algas, yuyo es la manera como se dice actualmente hierba (yerba) en Argentina, por ejemplo

Makka o maga, nombre en quechua del aríbalo (aryballus), recipiente contenedor (vasija)

Estera, voz de origen latino, petate.

Waru-waru, “camellones” (siembra)

Aríbalo (Inca)

Etnohistoria del Área Andina

PRESENTACIÓN DEL PROGRAMA 2013

El estudio del área andina significa un importante complemento en la formación de los estudiantes de la carrera de Etnohistoria. Los procesos civilizatorios que allí se generaron previo a la llegada de los conquistadores españoles y la forma como éstos llevaron a cabo el dominio de ese territorio resulta muy similar en varios aspectos a lo que se dio en el área mesoamericana. Asimismo, los mecanismos de conquista y colonización tienen varios rasgos muy parecidos. En esa vasta región se creó el Virreinato del Perú que junto con el de la Nueva España significaron los dos reinos/colonias más importantes para la Corona española.

En este curso se pretende que el alumnado conozca las principales características socio-políticas, económicas y culturales del Área Andina desde la prehistoria hasta los inicios del período colonial. Considerando que este curso representa un primer acercamiento al conocimiento de esta área cultural, se procurará, a través de las sesiones de trabajo, mostrar un panorama general que permita al estudiante continuar más delante de manera autónoma con el estudio de estos temas. La idea es, sobre todo, brindar a los estudiantes de esta materia el contexto histórico en el que se pueden ubicar las antiguas culturas andinas usando como herramienta de trabajo el método etnohistórico y las fuentes documentales adecuadas. Es conveniente señalar que esta asignatura se complementa con la de Historia de América que los alumnos cursarán posteriormente. Asimismo, se parte del supuesto de que este tipo de conocimiento apoyará a los alumnos de la carrera de Etnohistoria en sus trabajos e investigaciones sobre los pueblos indígenas andinos contemporáneos.

UNIDADES

I. Concepto de Área Andina, límites geográficos, flora, fauna.

II. Las sociedades andinas, periodización para su estudio.

II.1 De la época lítica al período intermedio tardío.

II.2 Horizonte tardío. Los incas.

III. La conquista española del Imperio inca y los principales brotes de resistencia indígena durante el siglo XVI

IV. Otros pueblos andinos: Ejemplo, los diaguitas (quilmes), los huarpes y los araucanos [mapuches]

METODOLOGIA Y FORMAS DE EVALUACIÓN

Durante las sesiones la profesora brindará una exposición general sobre los temas propuestos, los alumnos participarán con análisis críticos de las lecturas efectuadas. Se propone la consulta a bibliotecas y centros de documentación. Asimismo, se programará una serie de visitas al Departamento de Audiovisuales de la Escuela para ver cintas que contengan información complementaria al curso dictado en el aula. Se visitará la Sala dedicada al Pacífico americano en el Museo de las Culturas. Se invitará a algún especialista del Colegio de Estudios Latinoamericanos de la UNAM para dictar una conferencia sobre algún tema andino.

En la evaluación se tomará en cuenta: participación en clase, examen parcial, exposición grupal y trabajo final escrito individual. Es requisito para tener derecho a calificación haber asistido al 75% de las sesiones durante el curso tal como lo determina el Reglamento de Licenciaturas de la ENAH.

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[1] http://peruinforme.blogspot.com/2009/08/descubren-en-lambayeque-una tumba.html

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[2] Organización Internacional del Trabajo. «Convenio sobre pueblos indígenas y tribales», 2009,

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_norm/@normes/documents/publication/wcms_113014.pdf (Consultado el 20 de noviembre de 2011).

[3] Para este particular puede revisarse las obras de Richard MacNeish:

a) “The early man remains fromPikimachayCave,AyacuchoBasin, highlandPeru”, Pre-Llano Cultures of theAmericas: Paradoxes and possibilities. Humphrey and D. Standford (Ed.),Washington,D.C., Anthropological Society ofWashington, 1979, pp. 1-47. Basin = cuenca.

b) Prehistory of the Ayacucho Basin, Peru, vols. 1-4. Ann Arbor: University of Michigan Press, 1980-83.

[4] Justo Cáceres Macedo, Culturas prehispánicas del Perú. Guía de Arqueología Peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001.

[5] Existe otro criterio de periodización en que los autores prefieren llamarlo arcaico (2,500 a. de n.e.) y lo dividen en superior e inferior. Se observa un cambio por la domesticación de las plantas y animales, es decir, se desarrolla la producción agrícola y la ganadería (pastoreo de camélidos). La domesticación de animales tiene mayor importancia en la sierra. Se produce una verdadera revolución neolítica cuando se empiezan a practicar la ganadería y la agricultura. El hombre tiene mayor tiempo para experimentar, para mejorar técnicas y dedicarse a actividades como la alfarería lo que significa el dominio de la naturaleza.

[6] Justo Cáceres Macedo, Culturas prehispánicas del Perú. Guía de Arqueología Peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001.

[7] Hace algunos años se hallaron los restos de una ciudad de adobe costera llamada Caral (2,600 a. de N. E.). Se encuentra ubicada en el valle costero del mismo nombre (cerca del Valle de Supe) a 200 kilómetros al norte de Lima.

[8] Ecuador. Tradición y modernidad, Biblioteca Nacional de Madrid, 2007, p. 85.

[9] Justo Cáceres Macedo, Culturas prehispánicas del Perú. Guía de Arqueología Peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001.

[10] Este sitio tiene sus antecedentes históricos, según Schobinger, en el arcaico superior e inferior (precerámico),2,500 a. de n.e.

[11] Justo Cáceres Macedo, Culturas prehispánicas del Perú. Guía de Arqueología Peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001.

[12] Justo Cáceres Macedo, Culturas prehispánicas del Perú. Guía de Arqueología Peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001.

[13] Sejourné, Laurette, Historia Universal, América Latina, antiguas culturas precolombinas, Siglo XXI Editores, p. 202.

[14] Tanto la imagen de la cerámica de Cupisnique, la de los elementos patrimoniales como la del Templo de Chavín de Huántar han sido obtenidas de Justo Cáceres Macedo, Culturas prehispánicas del Perú, Guía de arqueología peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001.

[15] Engobe: materia arcillosa con que se recubre una pieza de cerámica antes de vidriarla. Cenefa: borde.

[16] Cáceres Macedo, Justo, Culturas prehispánicas del Perú, Guía de arqueología peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001, pp. 67-71.

[17] http://www.portalinca.com/paracas/ (Consultado el 7 de junio de 2012)

[18] victorian.fortunecity.com/klimt/83/arteperu/ – 1k

http://victorian.fortunecity.com/klimt/83/arteperu/index.html (Consultado el 19 de noviembre de 2011).

[19] Gaceta Cultural del Perú, Instituto Nacional de Cultura, Lima, Perú, marzo de 2004, N° 2, pp. 13-14.

[20] Hay autores que prefieren escribir este nombre con s, Nasca.

[21] Huari o Wari, en Departamento de Ayacucho al sureste de Lima.

[22] José Antonio del Busto D., Perú preincaico, Lima, Ed. Librería Studium, 1986, p. 179.

[23] Colección familia Sáez Delfín.

[24] http://wiki.sumaqperu.com/es/Cultura_Nazca (Consultado el 20 de noviembre de 2011).

[25] Según Roel Pineda, la cultura Vicús tuvo una amplitud muy grande en el sur ecuatoriano y en el norte del Perú hacia el 2,300 años antes del presente.

[26] Según Roel Pineda no se piensa que haya sido un pueblo guerrero, a pesar de que en el arte mochica hay mucha escenas que así lo harían suponer, sino que éstas más bien representan sacrificios rituales, o religiosos, de carácter propiciatorio.

[27] La Huaca del Sol tiene aproximadamente 140 millones de ladrillos de adobe que pesan 4 millones de toneladas. Véase el artículo de Michael E. Long, “Enduring Echoes of Peru’s Past”, p. 39, en National Geographic, Vol. 177, No. 6, junio de 1990, pp. 34-49.

[28] Copyright © 1999, Telefónica Data Perú, (Consultado el 10 de junio de 2002).

[29] Este dato no lo pierdan de vista para lo que será la herencia partida entre los chimúes y los incas.

[30] http://www.yachay.com.pe/especiales/sipan/index.htm(Consultado el 29 de abril de 2012)

http://www.yachay.com.pe/especiales/sipan/ (Consultado el 7 de junio de 2012)

Roel Pineda, Virgilio, Cultura peruana e historia de los incas, FCE/Universidad Alas Peruanas, Perú, 2001, p. 59..

[31] Cáceres Macedo, Justo, Culturas prehispánicas del Perú. Guía de Arqueología Peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001, p. 87.

[32] Bronce (arsenical o de estaño). El estaño se encontraba en el Collao, la aleación de éste con el cobre sirve para producir bronce. Para una descripción de cómo trabajaban los metales, véase: Virgilio Roel Pineda, Cultura peruana e historia de los incas, FCE, Universidad Alas Peruanas, Perú, 2001, pp. 59, 86-87 y 90-91.

[33] Foto tomada por Martha Delfín Guillaumin el 20 de junio de 2011.

[34] Sanders, William T., Joseph Marino, Prehistoria del nuevo mundo, Editorial Labor, España, 1973, pp.126-127.

[35] Perspectivas del Medio Ambiente en el Sistema HídricoTITICACA-DESAGUADEROPOOPÓ-SALAR DE COIPASA (TD P S) GEO Titicaca (PNUMA).

[36] Perspectivas del Medio Ambiente en el Sistema HídricoTITICACA-DESAGUADEROPOOPÓ-SALAR DE COIPASA (TD P S) GEO Titicaca (PNUMA).

[37] El kero inca era hecho de madera, aunque la forma es similar al vaso tiahuanaquense de cerámica. Séjourné, Laurette, Historia Universal, América Latina, antiguas culturas precolombinas, Siglo XXI Editores, p. 202.

[38] La arqueóloga mexicana Linda Manzanilla ha realizado investigaciones acerca de esta pirámide.

[39] Sanders, William T., Joseph Marino, Prehistoria del nuevo mundo, Editorial Labor, España, 1973, p. 129.

[40] «Puerta del Sol en Tiahuanaco,» Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000. © 1993-1999 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

[41] Sanders, William T., Joseph Marino, Prehistoria del nuevo mundo, Editorial Labor, España, 1973, pp.126-127.

[42] Además del texto de Sanders y Marino, les sugiero las obras ya citadas de Sejourné y Roel Pineda para complementar la información sobre Tiahuanaco, en particular la cerámica y la metalurgia.

[43] Rivasplata Varillas, Paula Ermila, “La Proto-arqueología en Perú en el siglo XIX”, Tema Americanistas, N° 24, 2010.

http://institucional.us.es/tamericanistas/uploads/revista/24/RIVASPLATA.pdf (Consultado el 29 de abril de 2012).

[44] Para profundizar en el conocimiento de este pueblo pueden leerse las obras ya mencionadas de Sanders y Marino, y de Roel Pineda. Es interesante cómo Sanders y Marino analizan las características de lo que ellos denominan período posclásico (800-1532) en los Andes centrales; además, luego de advertir las consecuencias del desplome del imperio Wari, señalan el surgimiento de nuevos señoríos en la costa norte de Perú durante el período posclásico tardío.

[45] Roel Pineda, Virgilio, Cultura peruana e historia de los incas, FCE/Universidad Alas Peruanas, Perú, 2001, p. 72.

[46] Vaso tipo cubilete del estilo Robles Moqo – ofrenda, de base plana con cenefa en relieve con motivos geométricos en el borde. En la cenefa superior se representan motivos de plantas como el maíz, ocas y tarhui. Al centro en plano de relieve la representación de la cara del dios de los báculos. Su altura aproximada es de90 centímetros.

[47] Miranda Dávila, Jessarela, “Sistema de Poder y Territorio. Una reconstrucción del contexto histórico, social y cultural del Qhapaq Ñan. Cuzco, 1450-1500”, tesis de Licenciatura en Etnohistoria, México, ENAH, 2011, pp. 41-42.

http://historyofperu.blogspot.mx/2011/05/frisos-de-chan-chan-cultura-chimu.html

http://blog.travelpod.com/travel-photo/bertstravel/1/1268016235/chan-ch-n.jpg/tpod.html (Consultado el 13 de junio de 2012).

http://www.cipca.org.pe/cipca/webir/regpiura/sellohisto2.htm (Consultado el 20 de noviembre de 2011).

[51] Dibujo de Martha Delfín Guillaumin.

[52] Véase su clásica obra Mesoamérica. Sus límites geográficos, composición étnica y caracteres culturales, México, ENAH, varias ediciones.

[53] Se hace la aclaración que estos nombres corresponden a la geografía peruana, en otras partes de la Cordillera de los Andes se les nombra de otra forma. Por ejemplo, en Argentina, en las provincias andinas, la Cordillera de los Andes se divide en piedemonte, precordillera, cordillera frontal, cordillera principal. Para el caso peruano se cuenta con la clasificación ofrecida por el Dr. Javier Pulgar Vidal que lista ocho regiones naturales (Janca, Puna, Suni, Quechua, Yunga, Chala, Yunga interfluvial, Rupa Rupa). Véase Justo Cáceres Macedo, Culturas prehispánicas del Perú. Guía de Arqueología Peruana, Perú, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, 2001, pp. 9-15.

[54] La humedad se relaciona con la neblina.

[55] El Aconcagua, “Guardián de la montaña”, es la elevación más alta del Continente Americano con 6,959.60 m s/n del mar en la provincia de Mendoza, Argentina, con una temperatura de 30° C bajo cero por la noche.

[56] En contraste, en las costas de Ecuador, a la altura de la línea ecuatorial, las precipitaciones pluviales alcanzan los 2,000 a2,600 mm, son similares en lo fuerte a las zonas húmedas selváticas. A su vez, en las costas del norte de Chile no llueve prácticamente nunca (Desierto de Atacama).

[57] En Perú se llama departamentos a lo que en México se nombra estados. Provincia sería equivalente a municipio.

[58] Quinoa, quinua, quínoa, es palabra quechua. Se trata de una planta originaria del Perú, sus semillas se comen cocidas o se usan como harina, y sus hojas se consumen como verdura. Se parece al amaranto.

[59] John V. Murra, La organización económica del Estado inca, Colección América nuestra, Siglo XXI Editores, México, 1978. p. 30.

[60] Ibid., p. 58.

[61] Según Silvia Limón Olvera, entre ambos se encontraba un espacio intermedio identificado con la superficie terrestre y conocido como kay pacha. En la tierra confluían los dos extremos verticales del cosmos, el arriba (masculino) y el abajo (femenino). Véase su artículo “Génesis y atributos de la diosa madre andina”, en Latinoamérica, Revista de Estudios Latinoamericanos, No. 37, México, CECYDEL-UNAM, 2003/2 (2004), pp. 105-122. Véase en particular las pp. 109-110.

[62] Apud Silvia Limón Olvera, Ibid. Además, la autora comenta en la nota número6 a pie de página que: “A estas torres también hacen referencia varios cronistas, entre los que está Acosta. En relación con esto, hay que mencionar que, de acuerdo con Pease, las fiestas más importantes de los Incas fueron las relacionadas con los solsticios: Inti Raymi en junio, que corresponde al solsticio de invierno y Cápac Raymi en diciembre, que corresponde al solsticio de verano.” Es interesante reflexionar acerca de la fiesta cristiana que los españoles impusieron en vez del Inti Raymi, es decir, Corpus Christie.

[63] Luis R. González, “La dominación inca. Tambos, caminos y santuarios”, en Nueva Historia Argentina, Los pueblos originarios y la conquista, dirección del tomo Myriam N. Tarragó, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2000, tomo I, capítulo VIII, pp. 301-342. La cita fue tomada de la p. 328.

[65] “Gobernador ynga a quien todos obedecían”. Véase p. 441 de Roel Pineda y el glosario de Murra. Recuerden que las referencias a estas obras se hallan en el paquete didáctico y en la bibliografía del programa del curso de Área Andina. En Pachacámac existe un edificio en piedra que era el alojamiento de este gobernador inca.

[66] Murra, John V., La organización económica del Estado inca, Colección América nuestra, Siglo XXI Editores, México, 1978, p. 67.

[67] Cobo citado por John V. Murra, p. 67.

[69] Justo Cáceres Macedo, Culturas prehispánicas del Perú. Guía de Arqueología Peruana, Editora Grimanesa R. Enríquez Lovatón, Perú, 2001.

[70] http://institucional.us.es/tamericanistas/uploads/revista/24/RIVASPLATA.pdf (29 de abril de 2012).

[71] Colección familia Sáez Delfín.

[72] Como las investigaciones sobre Caral son recientes, es difícil hallar bibliografía que aborde el tema, salvo los artículos hechos por la propia arqueóloga Ruth Shady, responsable de este magno proyecto, o textos sobre la pesca de la anchoveta en la Caral prehispánica del arqueólogo Guido Mendoza Fantinato. En este sentido, los lectores de esta Revista Historia de la Cocina y la Gastronomía pueden consultar, por ejemplo:

Ruth Shady a 20 años de Caral: “Todavía tengo muchas preguntas”, miércoles 10 de septiembre de 2014,

http://limamilenaria.blogspot.mx/2014/09/ruth-shady-20-anos-de-caral-todavia.html (Consultado el 14 de diciembre de 2014).

“Caral, la ciudad más antigua de América” y “Palabras de Ruth Shady Solís sobre Caral”, en Correo de las Culturas del Mundo, Vol. IX, nº 81, 15 de marzo de 2011, Centro de Estudios sobre la Diversidad Cultural, coordinador Leonel Durán Solis.

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