Modo de hacer aguardientes en el siglo XVII: Aceite de claveles y de café

Sólo la revolución puede sanar el cáncer que padece esta democracia que agoniza, la ciudadanía debe de tomar la bandera de lo que los políticos y sindicatos están matando.

Carlos AzcoytiaEl presente trabajo es continuación de otro matriz, base para comprender mejor la forma de cómo se hacían a finales del siglo XVII los anises, aguardientes y licores, titulado ‘Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII’ y que puede leer..

Comprendemos bajo un mismo artículo estos dos licores, el de claveles y el hecho con café que debe de ser una delicia probarlos, siendo estas sus fórmulas.

Aceite de claveles.

Para la destilación se hace uso solamente de claveles encarnados obscuros que tengan olor de clavo: a las flores se las quitan sus pistilos, y doce libras de ellas se ponen en una vasija de barro con cuatro azumbres y media de aguardiente refinado. La vasija se tapa con exactitud y se dejan en infusión las flores por espacio de un mes. Entonces se pasa el licor por un tamiz, y lo que quede sobre él se pone en una cucúrbita con dos azumbres o poco mas de agua de fuente, y puesta al fuego en baño maría, se destila hasta el grado del agua hirviendo: este producto se mezcla con la tintura espirituosa, echándole al mismo tiempo media onza de canela. Un mes después de esta operación se pasará a componer el aceite. Para lo cual se harán clarificar y poner en punto tostado 21 libras de azúcar, y se expondrá el jarabe al aire libre por espacio de cinco o seis días, después se deslié en un azumbre de agua destilada de clavel aromatizada con clavo, y se le mezcla la tintura espirituosa; se remueve fuertemente la mezcla, se pone en botellas grandes, se le deja reposar por espacio de quince días, y se le filtra y aclara por el método ya prescrito. Sigue leyendo

Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII

 

Carlos AzcoytiaTrascribo casi de forma literal, con muy pocas correcciones, un trabajo fechado en 1799 en el que se enseña a fabricar aguardientes, entre ellos el ron y licores espirituosos, paso previo e indispensable para narrar la historia del primero de ellos porque considero que es de las más interesantes de las bebidas como se verá en su momento y donde casi todo se le debe a un inglés, mezcla de aventurero e impostor, que salvó del caos a un país, Jamaica, que acababa de conseguir descolonizarse de Francia de la forma más brutal que pueda imaginarse y cuyos coletazos de miseria y pobreza llegan hasta la actualidad.

Este trabajo, dada su extensión lo dividiré en capítulos, los menos posibles, pero indispensables para que el lector llegue a ser experto en el conocimiento de las destilaciones y pueda, si lo desea hacer en casa con las debidas precauciones, su propia destilería, algo que hace tiempo yo hice con buenos resultados que terminaron en casi borracheras.

Si sigue fielmente los distintos trabajos aprenderá a fabricar sus propios aguardientes, anises y licores, algunos de ellos hoy no se fabrican pero que a finales del siglo XVII tenían gran predicamento entre las clases adineradas y estaban considerados bebidas de élites, tanto es así que el autor que trascribo, que por cierto es anónimo, hace la siguiente anotación al final del trabajo: Sigue leyendo