Historia de la introducción en Suiza de la sopa de Rumford en 1800

Carlos AzcoytiaSiguiendo con la serie dedicada al hambre en Europa y la expansión por todo el continente de las ideas del conde de Rumford, en especial de la sopa que llevaba su nombre, nos vamos a detener en su llegada a Suiza y los efectos tanto beneficiosos como perjudiciales que produjo y su adaptación a la gastronomía de dicho país.

Pese a la miseria que pasaba el pueblo, con verdaderas hambrunas y un paro galopante, no tuvo desde sus comienzos buena acogida entre los más menesterosos, ya que al igual que el intento de introducir las patatas en la alimentación en Sevilla en 1573  o las sopas de sobre en 1779 para alimentar los ejércitos en Francia pocos años antes, casi crea revueltas populares al considerar, equivocadamente, que dicha sopa era agua sucia y poco sustanciosa y así encontramos lo que se decía en 1801 sobre ella y contra la finalidad con la que estaba siendo distribuida entre la población en los medios impresos: “Se pensó en introducir en los cantones más empobrecidos por la guerra la sopa económica; pero lo impidieron varias circunstancias, no siendo la menor dificultad la que oponía la falsa idea que de ella se tenía de que era clara y de poca sustancia. Los mendigos fueron los que principalmente se reunieron para declamar contra ella, como que su establecimiento les quitaba la vida vaga, licenciosa, ociosa y criminal en que se hallaban”. Sigue leyendo

Historia del hambre en Europa y el conde de Rumford II

Para tener una lectura coherente y completa aconsejamos leer el primer capítulo de este monográfico.

Rumford se planteaba su ignorancia en lo referente a la nutrición y escribía: “Me admiraba infinito ver la diferencia que se encontraba en unos mismos alimentos según las distintas maneras de aderezarlos, no solo en cuanto al gusto, sino también en cuanto a sus propiedades nutritivas; y hallé que las buenas calidades de una sopa dependían más bien de la elección de los ingredientes y de su cocción lenta y bien dirigida, que de la cantidad de sustancias sólidas que se emplease para hacerla; hallé que el arte y el talento de un buen cocinero valen más que el dinero cuando se trata de comer; hallé que una sopa era más nutritiva cuando estaba más apetitosa; finalmente me aseguré de que con muy pocos alimentos sólidos se puede matar el hambre y gozar de buena salud, si están bien aderezados, y de que a poca costa se puede mantener un jornalero en cualquiera país. Sigue leyendo

Historia del hambre en Europa y el conde de Rumford I

A modo de prólogo y superposición con los problemas actuales de España y la crisis económica.

Hoy, finales de julio de 2012, leer al conde de Rumford necesariamente nos lleva a reflexionar sobre la política económica que se vive en España en la actualidad, porque mirar el pasado es válido para comprender errores y aciertos del presente si se sabe leer entre líneas y se encaja, dentro del puzle internacional, todos y cada uno de los actos que, a toro pasado, nos pueden parecer lógicos sus desenlaces, sin detenernos muchas veces en extrapolar los datos y no siendo conscientes que los problemas sociales siempre fueron los mismos, en su forma más básica, desde que los humanos decidieron formar los estados.

El gran cambio político, económico y social de la Era Moderna parte, según la mayoría, en el momento que el pueblo francés decidió su futuro con la toma de la Bastilla, una aventura sin retorno cuyas consecuencias fueron imprevisibles en aquellos primeros momentos, cuando el pueblo pasaba hambre porque hasta le faltaba lo básico, el pan.

Desde ese momento, y durante dos siglos, hasta hoy, aún tiemblan las tierras con los ecos de aquel terremoto a modo de réplicas y dónde, como bucles, las mafias de políticos se alternan en el poder de forma absolutista, abusando y robando a todos aquellos que en teoría los pusieron ahí y que debían defender y mirar por sus intereses. Sigue leyendo