Tarécuato, Michoacán, el atole y el antiguo camino de la sal

Martha Delfin GuillauminHace años vi un excelente documental hecho en Venezuela a fines de la década de 1950 que aborda el tema de las salinas de Araya, me llamó la atención la manera como sacaban los pedazos de sal y los molían con golpes de palos convirtiéndolos en granos empleando una técnica que por siglos se repitió hasta que llegaron las máquinas y los hombres empezaron a explotar las salinas de otra manera más moderna. En dicho documental hecho por Margot Benacerraf se puede apreciar, además, que Araya formó parte de las riquezas del imperio español durante el período colonial ya que la sal era tan valiosa como los metales preciosos llegando a ocasionar que en esa península venezolana hubiera un fuerte militar para defender las salinas contra los piratas holandeses. Sigue leyendo

Historia de Colombia tras su independencia

Cecilia Restrepo ManriqueUna vez lograda la Independencia de las colonias americanas respecto a España, se empezaron a realizar una serie de escritos dirigidos a los países europeos con la descripción y ubicación de los países recién liberados, en busca de nexos y lazos comerciales. Esta situación surgió por la restricción comercial que España exigía a sus colonias, en que les impedía tener intercambios de productos con otros países.En particular, me refiero al caso de la Nueva Granada hoy Colombia.

Al liberarse Colombia, emprendió con una búsqueda de mercados en Europa y lo hizo a través de textos y libros, donde, algunos autores, se ocuparon de describir los recursos humanos y naturales del país.

A raíz de esta estrategia hubo un aumento de viajeros extranjeros que vinieron a Colombia en busca de aventura, de inversión monetaria, de crear mercados y de posibilidades económicas en las excolonias. Sin embargo otros factores y cambios propiciaron esta llegada de extranjeros a Colombia, estos fueron: “la expansión comercial de Europa; la expansión de los medios de transporte y la independencia de América”. (Olave, 2009: p2)

Se dieron escritos en los dos sentidos, desde Colombia hacia el exterior y luego desde los nuevos visitantes extranjeros hacia sus países de origen, en ambos casos resaltando la vida social, económica y política del país. Sigue leyendo

Morelos, México, la lucha por la alimentación y el buen vivir

Para Silvia Gabriela, una buena luchadora

Martha Delfin GuillauminHace unos días fui con los alumnos y varios de los profesores de la maestría en Desarrollo Rural de la Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Xochimilco a realizar una práctica de campo a la provincia de Morelos. En esta actividad académica tuvimos la oportunidad de escuchar las voces de la gente campesina de varios de los poblados del oriente de esa entidad, amén de disfrutar de ricos platillos y dulces tradicionales, estos últimos hechos con huautli, es decir, amaranto.

Los lugares que visitamos fueron Tlalnepantla, Amilcingo, Huazulco y Tepoztlán. En cada uno de ellos pudimos oír la explicación de su sistema de agricultura campesina y los problemas a los que se enfrentan. Trataré de abordar esta temática a los largo de mi escrito. Sigue leyendo

Hambre y enojo en el motín de 1692 (México)

«¡Señor, tumulto!» Abrí las ventanas a toda prisa y, viendo que corría hacia la plaza infinita gente, a medio vestir y casi corriendo, entre los que iban gritando. «¡Muera el virrey y el corregidor, que tienen atravesado el maíz y nos matan de hambre! (Don Carlos de Sigüenza y Góngora)

Introducción

Para comenzar este escrito vale preguntarse qué relación se da entre una crisis agrícola y un movimiento armado, entonces, recuerdo mis clases de historia económica y la explicación dada por mis profesores sobre cómo los precios del maíz en México, el hambre del pueblo y la especulación de los comerciantes se conectaban para dar como resultado un alzamiento popular en contra de la mala política gubernamental. Específicamente en la guerra de independencia de 1810 o en la revolucionaria de 1910 había habido previas crisis agrícolas.

Cuando dicto la cátedra de rebeliones indígenas, particularmente las campesinas del siglo XIX mexicano, me encuentro con el problema de definir el término rebelión puesto que viene acompañado de otras voces como motín, sublevación, tumulto, alzamiento, insurrección, revuelta, por nombrar algunas de ellas. Durante el comienzo del curso, al revisar los movimientos de resistencia indígena y de otros grupos étnicos del período colonial como antecedentes inmediatos, es frecuente hallar la referencia a diversas luchas indígenas en regiones del occidente de la Nueva España como La Nueva Galicia, el actual Estado de Jalisco, o del sur, como Oaxaca. En el caso particular de la ciudad de México, la antigua Tenochtitlan, los tumultos se dieron particularmente en el siglo XVII como, por ejemplo, el de 1624 y el de 1692. De este último es del que trataré de escribir para explicar la crisis agrícola, qué la ocasionó y sus consecuencias sociales.

En el motín de 1692 participaron principalmente los indígenas inconformes, particularmente los de Tlatelolco, que lanzaron piedras y prendieron fuego a las casas del cabildo, el palacio virreinal y los cajones de telas que había en la Plaza de Armas. Don Carlos de Sigüenza y Góngora, un criollo intelectual, coordinó las labores de rescate y salvó de la quemazón a los documentos de los archivos de esos sitios que se incendiaban. El daño provocado al palacio virreinal, que entonces era de dos pisos, se puede observar en un óleo de Cristóbal de Villalpando que realizó en 1695, tres años después del siniestro, en el que se ve que falta un costado del lado izquierdo del palacio. En el fondo se observan los volcanes Popocatépetl e Iztaccihuatl, cubiertos de nieve, cosa que ahora el cambio climático impide desafortunadamente. En nuestros días, esa pintura forma parte de la colección de Lord Methuen en Corsham Court, Inglaterra. Sigue leyendo

Historia del cerdo, marrano, cochino, puerco o chancho y jabalíes

El presente trabajo es una actualización de otro de fecha
octubre de 2007 del mismo autor y de una ampliación de 
diciembre de 2008

Carlos AzcoytiaLa historia del cerdo está íntimamente ligada a la del hombre, tanto que sería imposible imaginar el desarrollo de las civilizaciones en el neolítico sin la participación en la dietética de este animal, que por sus características lo hicieron ideal para cubrir las necesidades de aportes de proteínas y grasas a la población.

Como todo alimento es discutido el origen de la domesticación de este animal, cuyo antecesor es el jabalí, el cual fuera de la época de celo es relativamente fácil de manejar, sobre todo sus crías, las cuales, junto con sus madres, merodeaban los asentamientos humanos con doble finalidad, la primera para alimentarse de sus desechos y la segunda para intentar protegerse de los depredadores, los cuales huían de los humanos.

Todo parece indicar que la domesticación tanto del cerdo, como de la oveja, la cabra y el buey se efectuó en Anatolia en Turquía, una vez que los homínidos se asentaran, entre otros lugares en la llanura del altiplano de Konya, desde donde seguro se sabe que se domesticaron los garbanzos, las lentejas, los guisantes y otras leguminosas (ver mi artículo dedicado a la historia de los garbanzos). Sigue leyendo