95 formas de cocinar las patatas en el siglo XIX

Carlos AzcoytiaAntes de entrar de lleno en la recopilación de la cocina de la patata del siglo XIX creo importante hacer la salvedad de comentar la preocupación de todas las sociedades, de todas las épocas, en lo referente a la conservación de los alimentos, no estando la patata fuera de dicha necesidad hasta el día de hoy.

Los españoles y los europeos en general no hicieron caso o no tuvieron en cuenta las costumbres de los indígenas en el tratamiento de los vegetales para hacerlos más digeribles o conservables, llegando a errores fatales como ocurrió con el maíz, que produjo tantas muertes por la carencia de vitaminas, y que durante casi un siglo fue una enfermedad que no sabían cómo atajar, me refiero al Mal de la Rosa o la Pelagra. Con respecto a la conservación de la patata ocurrió otro tanto ya que el llamado, en la región del lago Titicaca, chuño es una patata desecada y congelada que se rehidrata cuando es necesario su consumo y cuya técnica consiste, una vez recolectada, en lavarlas y humedecerlas para posteriormente secarlas al sol y exponerlas al frío de la noche, que en esas latitudes es bastante bajo, en primer lugar por la altura de esas tierras donde la cota media es de 3.800 metros sobre el nivel del mar y por su proximidad al ecuador. Con estos bruscos cambios de temperaturas se repite dicha operación por cuatro o cinco días, dependiendo de la consistencia de la patata. Posteriormente eran y son pisadas por mujeres especialistas en dicha técnica con el propósito de pelarlas y quitarles toda el agua que contienen, quedando de esta forma preparadas para su posterior consumo. Sigue leyendo

Una curiosa ley para los taberneros y mesoneros en España en el siglo XVI

Carlos AzcoytiaSiguiendo con el gran monográfico dedicado a la alimentación en Sevilla, justo en el momento de la llegada a América y su conquista, y estudiando las Ordenanzas de la ciudad dictadas por los Reyes Católicos en 1512, encontré una serie de leyes que regulaban el gremio de los taberneros y mesoneros que pueden ser de gran ayuda para comprender el funcionamiento de aquellas primeras industrias de hostelería, pioneras en España, y de segura aplicación en todo el territorio nacional.

No se entendería en su totalidad lo que cuento si a la par no se leyeran otros trabajos relacionados y concatenados con este y que obran al pie del presente trabajo.

La regulación por medio de ordenanzas, la mayoría de ellas dictadas en Santa Fe (Granada) en plena reconquista de la ciudad, dan idea del gran proyecto de estado que tuvieron dichos reyes y consecuentemente podremos comprender mejor su proyección hacia el Nuevo Continente y que todas juntas ofrecen una visión completa de la sociedad de entonces. Es cierto que muchos de dichos capítulos de las ordenanzas fueron recopilados de otras más antiguas, adaptándolas a una ciudad que se expandía al ser el centro de la Conquista, hay que recordar que desde Sevilla partían todas las expediciones no sólo a América, sino también, por ejemplo, para dar la vuelta al mundo y era en ella donde estaba el final de trayecto de todas las aventuras y comercio marítimo con las nuevas tierras. Sigue leyendo

Historia de la caza en la Sevilla del siglo XV

Carlos AzcoytiaHabiendo comenzado el estudio del consumo de carne en Sevilla, justo en el siglo del descubrimiento de América, de pronta publicación en nuestro sitio, me topé con unas Ordenanzas, de dicha ciudad dictadas por los Reyes Católicos, que contienen tanta información que merece un estudio pormenorizado para saber, entre otras cuestiones, el motivo de escoger Sevilla como centro y receptor único de todos los productos que iban y venían entre ambos continentes, así como las costumbres, modo de vida, leyes, producción, abastos de alimentos o distribución de ellos, antes y en el momento de la gran aventura, una de las mayores emprendida por la humanidad, de la conquista de tierras que suponían más de cincuenta veces el reino de donde procedían los españoles.

Sin llegar a comprender y conocer que ocurría en el punto de origen de las expediciones, con sus infraestructuras y abastos, se tendría una muy pobre idea de todo, como ha sido hasta ahora, que más se han primado las gestas y los personalismos, sin tener presente que nada de todo eso se habría conseguido sin una base estable donde apoyarse.

Por otra parte, si nos detenemos en las leyes que regían la caza nos llevaremos una sorpresa, porque, por el contrario a lo que muchos creían, no era privativo de los nobles, aunque es cierto que en algunos lugares tuvieran exclusividad al ser propietarios de las tierras. Sigue leyendo

Historia de la venta y consumo de pescado en la Sevilla de la Edad Media

Carlos AzcoytiaDe sol se llena el fondo de este río / que guarda entre sus ondas el remedio del amor; / el viento arruga el manto de las aguas / y el sol le lanza una bruñida espada; / siente el río la pena de que se ausente el sol / y por miedo al adiós oculta la llama de su pasión.[1]

No se me ocurría otra forma de comenzar este estudio que no fuera con una poesía de un sevillano casi desconocido en Occidente, Ben Sahl[2], y del que se recoge, entre otros muchos sitios, una copla en el cuento de ‘Las mil y una noches’, porque el Guadalquivir es un río de amor y de vida, de actividad y de paz.

Hoy el río a su paso por Sevilla es como un león domado, ya no inunda la ciudad, que está en la cota siete sobre el nivel del mar, porque se construyó un canal, el de Alfonso XIII, a los pies de los cerraos del Aljarafe, sus hijos, el Tagarete, el Guadaira y el Tamarguillo se han entubado. Ya no se pesca a su paso por la ciudad porque aguas abajo se construyó una exclusa, no hay barcos de gran calado como antes porque los puentes de cálibo fijo no permiten su paso y ya no se draga su fondo, hoy es en definitiva un elemento decorativo más de la ciudad, que por cierto hasta el año 1992 la ciudad le daba la espalda, como si le avergonzara su pasado y su existencia[3].

Como veremos más adelante en el Guadalquivir abundaba la pesca y era de los principales productores de caviar del mundo, teniendo una medalla de oro en la Exposición Universal de París, allá por los años veinte del pasado siglo, algo que desapareció como consecuencia de la construcción de una presa en el pueblo de Alcalá del Río, aconsejo ver el plano adjunto para situarse y comprender mejor lo que cuento, lugar de desove de los esturiones, toda una barbaridad ecológica si tenemos presente que en la actualidad está en desuso; en el año 1992 se pescaron los últimos esturiones, tres, que fueron a parar a la estación biológica de Doñana donde se conservaron en formol, lo que hizo que de destruyeran sus ADN y hoy no sepamos qué tipo de esturiones eran.

Su excepcional geomorfología: a cien kilómetros del mar, navegable hasta más allá de la ciudad de Sevilla, adonde llegaban las mareas hasta Coria del Río, a unos ocho kilómetros de distancia al sur, con un laberinto de canales y cauces por las marismas, la convirtieron en el puerto más seguro de España, una ciudad del interior con vocación marinera y fue allí donde se fundó el centro del mundo con respecto al comercio con el Nuevo Continente, América; pero antes, mucho antes de eso, Sevilla era un emporio marinero y pesquero como iremos comprobando en este trabajo. Sigue leyendo

Historia de la alimentación en la conquista de Melilla

Carlos AzcoytiaSiempre tuve una afinidad a distancia con la ciudad de Melilla por ser donde mi madre vivió en su niñez, pero fue este año cuando la conocí, al ser invitado a dar una conferencia en el Real Club Marítimo de la ciudad, y donde de alguna forma tenía pendiente con ella un estudio gastronómico que, casi por casualidad, hoy ofrezco.

Aconsejo previamente leer la reseña que le hace por ejemplo Wikipedia para saber de su historia, porque es muy interesante, al ser construida y vuelta a demoler varias veces, siendo esta, la que voy a contar, la de su última reconstrucción y conquista para la corona española, gracias al tesón de los Reyes Católicos y del duque de Medinasidonia, de cuyos archivos saqué la información, de esto hace ya muchos años, y que ahora afloró entre los muchos papeles que poseo.

Esta información es una copia de dicho archivo, fechada el 13 de abril de 1498, y dictada por los Reyes Católicos, siendo un asiento hecho con la Real Hacienda por Juan Alonso de Guzmán, duque de Medinasidonia, del que tengo varios trabajos hechos, incluso un libro editado por la Junta de Andalucía en el año 2008, con prólogo del entonces Consejero de Agricultura y Pesca, Martín Soler Márquez, y dedicado a los salazones y ahumados en Andalucía.

A grosso modo indicar que la toma de sus ruinas se hizo con sigilo de noche, en el mes de septiembre de 1496(1), cuando los habitantes que vivían cerca dormían, llevando en los barcos, desde la península, tablones de madera y cal, de modo que al amanecer los habitantes de la zona se sorprendieron al ver casi una fortificación.

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