Comer carne en Filipinas en el siglo XIX, su historia gastronómica

Esta es la segunda parte dedicada a la gastronomía de las islas Filipinas que conocieron los españoles hasta la independencia de dicho país o el cambio de invasor, Estados Unidos, que la utilizaron como base para abastecer sus barcos de carbón en el comercio con China y posteriormente como emplazamiento militar en el Pacífico Sur y que hoy sufre el poder de un presidente asesino que se jacta de haber matado personalmente a seres humanos y que amenaza a otros de lanzarlos desde helicópteros.

Si en la primera parte contaba el régimen gastronómico en el viaje desde España y su posterior recomendación alimenticia hasta que el español se aclimataba, en esta la voy a dedicar a la ingesta de carnes de todo tipo, pasando por alto, en parte, la de los nativos, ya que el reducido grupo de militares destacados allí sólo dominaban las costas, dejando las partes interiores de las islas casi sin explorar, por lo que este trabajo se circunscribe a la alimentación de la llamémosle parte ‘civilizada’.

Siguiendo comentando la topografía médica del general jefe de Sanidad Militar de las islas Filipinas a mediados del siglo XIX, nos sorprende con esta primera apreciación en lo referente a los gustos nativos: «Poco escrupulosos en cuanto á la elección de los alimentos, los indígenas comen y aun aprecian ciertos animales que los europeos miran con repugnancia. La lista de las especies para ellos comestibles es muy extensa, puesto que comprende la mayor parte de los mamíferos, de las aves, de los peces, de los crustáceos, muchos moluscos, y algunos reptiles é insectos que el País produce. Hablaremos solamente de los alimentos animales más conocidos y generalizados, porque son los que interesan á nuestro objeto«. Sigue leyendo

Historia de la alimentación de las Filipinas española: El viaje.

Con motivo del estreno hace poco de la película «Los últimos de Filipinas», un ‘remake’ de otra del año 1945, que narra uno de los actos épicos más importantes de las tropas españolas en la pérdida de su imperio en 1898, reavivó en mi la curiosidad sobre el tema que desde pequeño me impresionó por el arrojo y la tenacidad de unos soldados, abandonados a su suerte, que resistieron hasta más allá del deber, y que, a su vuelta, no fueron recibidos como los héroes que eran, eso fue reconocido años después, y donde los gobiernos de turno, con su golfeo de siempre, consintieron la decadencia de un país en favor del enriquecimiento propio, al igual que en la actualidad, sin invertir en tecnología, los barcos españoles por ejemplo eran de madera contra los norteamericanos de acero haciendo que tuvieran que embarrancarlos para ser más certeros en los disparos al tener su artillería menor distancia y ser menos precisos, o el dar una alimentación a la soldadesca en algunos casos paupérrimas, lo que hacía que sufrieran más por el estrés en los combates. Sigue leyendo

Carnavales y una comida en Potosí en el siglo XIX

Curioseando en un libro de viajes traducido del francés, editado en el año 1842, encontré un maravilloso relato relativo a un almuerzo celebrado en casa de la viuda de un mercader importante de las famosas minas de Potosí, anterior a la revolución, y que debió celebrarse en una fecha no más lejana del día 27 de febrero de 1830, ya que en dicha fecha llegó a dicha ciudad el autor del relato pasando pocos días allí.

En el relato de dicho viaje coincidió con la llegada a dicha ciudad justo al día siguiente del martes de carnaval y donde cuenta, desde la perspectiva de un europeo imbuido por la revolución, momentos históricos que no deberían perderse pese a lo sesgada que pueda ser la información.

La entrada de Potosí desde el camino de Cuquisaca, al este de la ciudad y a una jornada, no pudo ser más desoladora, tanto que contaba; “Creía entrar en una ciudad inhabitada; todas las puertas y ventanas estaban cerradas, los mercados mismos se hallaban desiertos y sin provisiones; ni un alma viviente había por las calles; el prudente cóndor que ordinariamente huye de la morada del hombre cerníase sobre la ciudad y parecía admirado de la soledad general”. Dicho silencio mortuorio no tenía otro motivo que el llegar a la hora de la siesta, costumbre muy española, unido al cansancio que tenían sus habitantes por la fiesta de los carnavales celebrados la noche anterior, haciendo bueno el dicho de que ‘tras la tempestad viene la calma’ y de camino podemos saber que llegó un miércoles. Sigue leyendo

Historia gastronómica de las (Des) Afortunadas Islas Canarias (Cap. I)

Carlos AzcoytiaExisten misterios sin resolver en la historia, valga este comienzo casi como un enunciado televisivo de programa sensacionalista, porque, como consecuencia de las invasiones, muchos pueblos, al haber sido borrada su memoria histórica, han dejado algunas incógnitas que difícilmente pueden ser recuperables, al menos en su totalidad, como es el caso de las Islas Canarias y me explico.

El pasado 4 de junio de 2016 fui invitado a Las Palmas de Gran Canarias a impartir una conferencia con motivo del 130 aniversario de la primera exportación del tomate canario, que llevó por título ‘Historia gastronómica del tomate’, acto patrocinado por la Federación de Exportadores de Tomates y el Gobierno Canario entre otros, y donde tuve la oportunidad de conocer de primera mano no solo las dificultades a las que se enfrenta el sector, del que haré un trabajo extenso,  sino también de forma tangencial, el abandono histórico e identitario de aquellas tierras y que no van más allá de la conquista de las islas en el siglo XV y donde no se llega a vislumbrar la importancia capital que tuvo en la conquista de América en su vertiente gastronómica.

En mis investigaciones me encontré con el gran misterio de los nativos de Las Canarias, un pueblo que emigró a las islas por mar y que no sabía navegar y también unos animales que les servían de alimento que sin duda procedían del continente africano y que nadie sabía cómo pudieron llegar hasta allí, ni incluso si algunos, en el momento de la conquista, eran autóctonos. Sigue leyendo

EL PEBRE: CRONICA DEL PARAISO OLVIDADO

Cocina de Mompox, Departamento de Bolívar. Colombia.

Cecilia Restrepo   y   Doris Méndez.

Cecilia Restrepo

Cecilia Restrepo

Doris

Doris Méndez

El presente trabajo es el producto de una investigación realizada con Doris Mendez, cocinera investigadora, actual profesora de la Universidad del Norte en Barranquilla, cuyo objetivo fue recuperar un plato tradicional momposino llamado Pebre de Pato.

Para realizar este estudio se elaboró un proyecto donde se contó la historia de la región y la ciudad, se analizaron los aspectos socioeconómicos del municipio, y se investigaron asuntos propios de la receta, para luego llevar a cabo el trabajo de campo en la ciudad de Mompox.

La Región Caribe

la presencia de sabanas, páramos, Selvas, desiertos, llanuras, los meandros, ciénagas y estuarios en las desembocaduras de los ríos, así como, los planos inundables, islas y litorales con sus zonas de arrecifes y praderas submarinas junto con su flora y su fauna asociada, convierten a esta región del Caribe colombiano en la más diversa del país y tal vez del mundo” a su vez la costa Caribe jugó un papel precursor en el desarrollo de las civilizaciones de Suramérica. (Cinep. 1998. Tomo I. Región Caribe)

A través de la historia, a las ciudades del Caribe Colombiano se les ha reconocido por su importante contribución a la conformación de nuestra nación. Económicamente, dichos aportes han estado estrechamente relacionados con la intensa actividad comercial generada por sus puertos marítimos y fluviales, hecho que ha llevado a que ciudades como Barranquilla, Cartagena y Santa Marta sean reconocidas entre las “más importantes” de la región y del país. De igual forma a estas ciudades también se les reconoce por haber ayudado a la construcción de nuestra identidad cultural; con expresiones cuyo verdadero valor radica en ser una muestra de la identidad y riqueza cultural (que las migraciones aportaron) de los grupos humanos asentados en el Caribe colombiano. Sigue leyendo