Historia del mole en San Mateo Xalpa

Martha Delfin GuillauminHace un par de meses fui con Hugo, mi esposo, y nuestra hija Silvia de visita a San Mateo Xalpa, uno de los catorce pueblos de la Delegación Xochimilco de la Ciudad de México. Una querida alumna universitaria, Marisela, nos invitó a su casa para disfrutar de la comida hecha por su madre que tenía, al parecer, el turno de una mayordomía. Ese día domingo 21 de septiembre se celebraba la fiesta al santo patrono, San Mateo, y se realizaba una fiesta en el pueblo que, aparte de las deliciosas bebidas como el pulque o las ricas viandas, mazorcas de maíz hervidas o tostadas a las brasas, esquite y el pan de fiesta que se vendían en los puestos a lo largo de la calle, incluía juegos para los niños, un par de castillos de fuegos artificiales, el baile de los Chinelos, esos danzantes que “brincan” al bailar vestidos con atuendos de vivos colores y sombreros adornado con cintas y lentejuelas, y música de banda. Sigue leyendo

Historia del Tabasco o malagueta

A Ingenio Triana

Carlos AzcoytiaNunca me cansaré de denunciar el robo histórico por parte sajona de, entre otras cosas, la historia de la gastronomía, algo alentado por los ‘copistas’ latinos que mal traducen dichas ‘historietas’, un expolio vergonzoso y vergonzante tanto para los que sirven de forma bastarda a dichos propósitos como de aquellos que las difunden sin molestarse en comprobarlas, porque aún los hay que creen que por repetir mucho una mentira, con el tiempo, se puede convertir en una verdad, hasta ese punto tan miserable puede llegar el ser humano, se anula de la mente colectiva a un país que cambió el mundo en provecho propio de forma sistemática, claro está que en lugar de defender nuestro patrimonio histórico los hay, académicos, que casi piden disculpas.

Releyendo un ejemplar del Semanario de Agricultura del año 1801 encontré el extracto de un libro que me puso en la pista para hacer el presente trabajo y del que muy poco o casi nada existe en Internet, tan sólo un subproducto de dicho vegetal en forma de salsa, y claro está, un invento norteamericano, que casualidad, donde se dice lo siguiente (ver Wikipedia que de ahí los copistas han sacado todos la misma información): “La salsa Tabasco fue inventada en 1868 por Edmund McIlhenny, un ex banquero de Maryland que se había mudado a Luisiana hacia1840. En un principio, McIlhenny usaba botellas de colonia para distribuir su salsa entre sus familiares y amigos, pero cuando comenzó a venderla al público en 1868 ordenó la compra de «botellas de colonia» nuevas a una vidriera de Nueva Orleans, conservándose su forma en los frascos empleados en la actualidad.1 La empresa fundada por McIlhenny se ha mantenido en la propiedad de sus descendientes desde su muerte en 1890 hasta el presente, siendo Paul McIlhenny su actual director ejecutivo, el cuarto de la compañía.1

  1. The Economist «Some like it Avery hot» 24 de marzo de 2011. Consultado en abril de 2011”.

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Historia de la mitología y sacralización de los alimentos en Norte y Centro América

A mi compañera de investigación Martha Delfín, sin ella este trabajo estaría plagado de errores

Carlos AzcoytiaCuando comencé a escribir el presente trabajo lo tomé como un descanso en mi investigación a caballo entre otros dos que me tienen muy ocupado y casi colapsado por la complejidad en sus contenidos y de los que ya tendrá noticias más delante. Este ‘casi’ descanso, como casi todo cuando se toma de forma seria, se ha ido complicando hasta convertirse en otro de similares características, aunque éste lo estoy tomando ya como un reto que debo solucionar.

En principio la idea era hacer un estudio sobre la mitología de los alimentos en América, de forma que con el tiempo enlazara con otros similares de otras partes del mundo, pero se ha ido complicando hasta convertirse en un gran estudio de investigación, que por otra parte me deja el sabor de boca que está incompleto, así que intento solucionar dicho problema en ir sumando, más adelante, a este trabajo todo lo que encuentre y sea novedad, por lo qué debe tomarse lo que está leyendo en un trabajo vivo que irá creciendo en el tiempo, de ahí qué le aconsejo, si está interesado en el tema, que lo visite con cierta regularidad.

El ser humano como tal, casi desde sus orígenes y como animal social que es, se formó en grupos familiares estables de recolectores, para más tarde en plurifamiliares, formando concentraciones de población, tras la domesticación tanto de animales como vegetales, que hizo más fáciles sus vidas, tema en el que no voy a entrar en el presente trabajo por lo qué lo invito a leer un ambicioso proyecto inconcluso que comencé hace ya algunos años y que puede ver en ‘La loca historia de la gastronomía’. Sigue leyendo

Gastronomía de Tzintzuntzan y Santa Fe de La Laguna, Michoacán (México)

Martha Delfin GuillauminHace unos días en Tzintzuntzan, el 25 de julio, estando mi esposo y yo de visita en ese bello poblado, tuvimos la suerte de hablar con dos señoras que comerciaban con plantas y dulces cada una. La señora Reina Molinero Carrillo vendía plantas, como la ruda que le compramos; ésta es para protección y buena suerte, según la creencia, aparte de que huele muy bonito. La señora Ana María Rendón Cornelio ofrecía dulces de frutas y le compré uno muy rico de chilacayote. Estábamos en la explanada frente al exconvento franciscano de Santa Ana, construido en el siglo XVI. Allí, además, se comercian artesanías de palma, cerámica y ollas de barro destinadas a los turistas.

Tzintzuntzan, “lugar de colibríes”, es un pueblo que queda en las inmediaciones del Lago de Pátzcuaro; alguna vez fue la capital del imperio p’urhépecha, pero, luego de la conquista española, los poderes políticos fueron llevados a Pátzcuaro, también una población comarcana lacustre, hacia 1539-1540. En Tzintzuntzan están las ruinas de las yácatas, es decir, las pirámides, de los p’urhépechas, que conservan su majestuosidad. En la construcción del templo y del edificio conventual fueron utilizadas piedras labradas de este centro ceremonial prehispánico. Sigue leyendo

Historia de la gastronomía de Tacubaya (México)

Actividades económicas realizadas por la población indígena novohispana de Tacubaya: una reflexión

Tacubaya es una zona de la Ciudad de México que actualmente se ubica en parte de las Delegaciones Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo, es un conjunto de colonias (barrios) populares, de clase media y clase media baja, y uno que otro conjunto residencial de gente adinerada. Ahora poco se puede apreciar de su antiguo esplendor, éste ha sido ocultado por las construcciones que se amontonan, el mercado, las estaciones del metrobús y del metro Observatorio, Tacubaya, Patriotismo o Juanacatlán. Nadie se podría imaginar que lo que ahora es asfalto y concreto alguna vez fue un hermoso paisaje arbolado con ríos y caídas de agua. Tampoco se pensaría que este sector de la ciudad fue un pueblo de indios durante el período colonial perteneciente al Marquesado del Valle, y ni por asomo se supondría que su historia es mucho más lejana, mítica, porque allí se guarecieron los aztecas (mexicas) luego de su derrota en Chapultepec en el año 5 técpatl (1276 d.C.) y allí tomaron el átlatl, es decir, aprendieron a usar el lanzadardos según la información que se desprende de la lectura del Códice Aubin y de la Tira de la peregrinación (Rivas y Durán, p. 4).

Asimismo, la otra manera de encontrar a Tacubaya representada en los códices es como un cántaro rebosante de agua, esto se aprecia en el Códice Mendocino, y es precisamente el que se ha usado más frecuentemente como referente de Tacubaya puesto que el emblema que aparece en el metro para indicar la estación de Tacubaya es precisamente la representación de un cántaro repleto del vital líquido (García Parra y Bustamante Harfush, p. 14). Sigue leyendo